Escenario

‘Un mundo extraño’: Un relato con buen corazón que divierte a ratos pero es vacío en otros

CORTE Y QUEDA. La nueva apuesta de Disney deslumbra por su calidad de animación sin embargo queda a deber en la parte argumental, especialmente porque se escuda en la inclusión forzada

Un mundo extraño
La calidad de animación es su punto fuerte. La calidad de animación es su punto fuerte. (CORTESÍA DISNEY)

Disney ha apostado cada vez más por relatos más diversos o inclusivos, buscando desarrollar nuevas ideas que rescaten al estudio de la aparente monotonía en la que parecen estar cayendo. Y es que basta recordar sus últimas historias, mismas que no han tenido el impacto que se espera de ellas, ya sea en su lanzamiento en plataformas o su estreno en cines. Sin embargo, parece que Un mundo extraño viene a seguir exactamente la misma línea.

Con claros aires de las aventuras clásicas de los años 30 en cine, la cinta de Don Hall explota una premisa similar al Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne, pero usando el recurso de la animación añadiéndole un mensaje familiar con tintes ambientales donde los protagonistas son la familia Clade.

Searcher Clade (voz de Jake Gyllenhaal) y Ethan Clade (voz Jaboukie Young-White) son padre e hijo en esta historia que, debido a un problema en su aldea, tendrán que embarcarse en esta aventura loca donde buscarán romper las fronteras conocidas y ahondar en ese mundo extraño al que hace alusión el título, mientras que, a la par, se desarrolla una trama acerca de la unión familiar y los fantasmas de los legados que tienen encima y que, que aparentemente, les acogía. 

En Un mundo extraño, el guion de Qui Nguyen adolece en sí de la existencia de un villano claro, centrando el conflicto no sólo en la motivación de salvar a su natal Avalonia sino en restaurar los lazos perdidos o incluso debilitados entre los Clade, sobre todo con relación a un familiar perdido, un conocido aventurero que se reintegra a su mundo después de ya no volver con su hijo, pero no por su propia voluntad, sino por accidentes en su última exploración a las montañas.

Cabe resaltar que Hall, el director de este filme, ha tenido algunos aciertos en la compañía del ratón como fue Grandes Héroes (Big Hero 6) así como Raya y el Último Dragón (Raya and the Last Dragon), siendo aplaudido y reconocido en esta empresa. Pero ahora, en Un mundo extraño, la historia personal no basta para cautivar del todo al público, pues parece que entregar el producto final fue más importante que impactar en ellos ante una historia que resulta un poco simple y que termina escudándose en un mensaje de inclusión que no aporta mucho a la trama.

A pesar de esas dificultades donde la aventura parece caer en lo repetitivo para tratar de conquistar a la audiencia más pequeña, este universo tiene algunos interesantes méritos como poder hablar de un tema ambientalista sin necesidad de caer en el panfleto. Eso, aunado al carisma de personajes secundarios, destacando a Splat, hace que el relato llame por momentos la atención.

Sin duda una de las más grandes virtudes de este filme es la calidad de la animación, que viéndola en 3D se disfruta aún más por los colores psicodélicos y la diferencia de ambos mundos que se unen con sus respectivos peligros y ventajas que saben aprovechar e impactar con las tomas. Aunado a ello, encontramos detalles interesantes en el diseño de las criaturas y los mundos llenos de una originalidad única. No cabe duda que cada vez, Disney parece entregar proyectos más detallados con un grado de realismo que sabe explotar a través de las diferencias, involucrándonos en su entorno hasta hacernos partícipes de sus propias reglas.

Incluso en ese sentido, hay que destacar la labor distintiva en la creación de los personajes, pues tomaron elementos de los actores que dan su voz y los lleva a la película, dotándolos de una personalidad bastante bien definida. Los gestos de Gyllenhall, Gabrielle Union son dignos de ser observados.

Otro aspecto impecable recae en la música compuesta por Henry Jackman, quien ha sabido transmitir ese sentido clásico de aventuras antiguas en esta historia. Además, al ser una película familiar, el compositor sabe manejar las notas necesarias que acompañan de buena forma a lo que viven los personajes. No cabe más que esperar lo que podrá hacer próximamente en un proyecto más ambicioso como lo es la película de Super Mario Bros. posterior a esta interesante labor de dar vida a estos universos.

El trabajo de voces también resulta llamativo, resaltando la labor del veterano Dennis Quaid y de Jake Gyllenhall, que curiosamente vuelven a ser padre e hijo como en aquella popular cinta de desastres de Roland Emmerich, El Día después de Mañana. A pesar de no trabajar en el estudio juntos, la química se percibe y ayuda a que, a pesar de los líos argumentales, se sienta un tanto auténtico el conflicto que ellos tienen.

No cabe duda que Don Hall demuestra la influencia de aquellas cintas clásicas para poder crear este imaginativo Mundo Extraño, donde los guiños a cintas como El mundo perdido, King Kong o incluso Viaje insólito, ayudan a cimentar un universo donde el factor de la aventura nos persigue constantemente, aunque no de la mejor manera, en un relato con buen mensaje y corazón que puede ser divertido a ratos pero un tanto vacío en otros.

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