El Palacio de los Deportes de la Ciudad de México acogió a uno de los fenómenos del K-pop más innovadores y dinámicos del momento el pasado lunes: NCT Dream. El grupo surcoreano, que ha revolucionado la escena musical con su concepto flexible y futurista bajo el concepto Neo Culture Technology, por sus siglas en inglés, ofreció una noche que sigue resonando en los oídos de las fans que llenaron el recinto este lunes.
Las seguidoras, conocidas como NCTzens, ya estaban reunidas y listas para el evento, creando una atmósfera vibrante y eufórica. Las canciones de fondo comenzaban a sonar, estableciendo el tono que no disminuiría conforme avanzara la noche. Las fans, con sus lightsticks verdes, distintivos de NCT, iluminaban el lugar con un resplandor verde característico, creando una marea de luces que marcó el inicio de la noche.
El show, titulado The Dream Show 3: Dream()Scape, comenzó con una explosión de energía. El escenario, adornado con una estética que combinaba rojo y negro, era un despliegue de luces, fuegos artificiales y láseres que ofrecieron un espectáculo visual espectacular. Los seis de los siete miembros, uniformados en elegante vestimenta negra, hicieron su entrada estelar. Aunque uno de los miembros no estaba presente, el grupo continuó con una presencia arrolladora, demostrando por qué son una de las bandas más innovadoras de la industria.
El concierto se inició con la potente “Box”, que estableció el ritmo de la noche con su energía vibrante. La cuenta regresiva para “SOS” creó un momento de anticipación palpable, y el público estalló en vítores cuando la canción comenzó. NCT aprovechó al máximo el escenario, moviéndose a lo largo del pasillo que se extendía frente al escenario, lo que les permitió una cercanía y una conexión especial con los fans.
La estética roja y negra predominó durante “Go”, un tema que mantuvo a la audiencia en un frenesí de emoción. Tras la presentación de las canciones, el grupo se tomó un momento para saludar y hablar en español, agradeciendo a sus fans por su apoyo y preguntando si los habían extrañado. Fue una clara muestra de su aprecio y conexión con su audiencia internacional. Cada miembro, tomando su turno, saludaba y se dirigía a los presentes, generando un vínculo cálido y personal.
Aunque ya habían estado en México poco más de un año antes, su regreso fue esperado con ansias y la respuesta del público fue abrumadoramente positiva. La banda, siempre atenta a la seguridad de sus fans, garantizó que el espectáculo transcurriera sin contratiempos, lo cual fue especialmente notorio cuando presentaron su canción mientras hablaban en español, mostrando su esfuerzo por conectarse más profundamente con sus seguidores.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando sonó “Poison”, donde el grupo aprovechó cada rincón del escenario, moviéndose en diferentes formaciones que deslumbraron a los presentes. La presentación incluyó una pausa en la que se proyectó un video con una narrativa vampírica y elementos visuales que recordaban a escenarios de sueños, capturando la esencia del concepto del show.
Los cambios de vestuario fueron un espectáculo en sí mismos. Desde el uniforme de piloto hasta el atuendo casual/ callejero, el grupo mantuvo la energía alta y la sorpresa constante. El audio, en algunos momentos, presentó desafíos debido a rebotes de sonido, pero esto no desanimó a los fans ni a los artistas. Continuaron ofreciendo un rendimiento dinámico, incluyendo el tema “We go up” y el divertido “Yogurt Shake”, donde se dejaron ver en su lado más juguetón y espontáneo.
El video proyectado durante el show presentaba una estética que evocaba a Alicia en el país de las maravillas, dividida en capítulos que añadían una capa de fantasía a la presentación. Este ambiente se contrastó con el tono navideño y frío durante “Walk with you”, que ofreció un momento de calma antes de la explosión de energía que siguió y que, realmente, nunca paró durante toda la tocada.
La diversión y la camaradería del grupo se hicieron evidentes durante “Candy” y “Pretzel”, donde los miembros interactuaban entre ellos con una química palpable y un estilo relajado. Los cambios de vestuario y las nuevas chamarras provocaron el delirio de los fans, que estaban completamente entregados a la energía del espectáculo.
El clímax del concierto llegó con “Fireflies”, tema que hizo que todo el público saltara con una emoción desbordante. A pesar de la coreografía perfectamente ensayada, el grupo demostró una impresionante soltura y habilidad para improvisar. El segmento de break dance y en la canción “Skateboard” en el escenario ofrecieron un toque adicional de autenticidad y frescura, destacando la capacidad para refrescar y revitalizar la industria del K-pop.
El concierto concluyó con “Like we just met”, un tema que encapsuló la esencia de amistad y diversión que caracteriza a NCT. La banda demostró su habilidad para combinar conceptos diversos, desde lo tierno hasta lo sexy, creando un espectáculo que celebró sus ocho años en la industria.
Sin lugar a dudas, este nuevo concierto de NCT fue una experiencia multifacética y emocionante que reafirmó el estatus del grupo como innovadores en el K-pop, dejó una marca indeleble en el corazón de los NCTzens mexicanos y demostrando que la fiebre del k-pop en nuestro país está latente más que nunca.
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