El actor Oscar Isaac [43 años], acumula una vasta trayectoria con una amplia variedad de producciones y géneros. Dio vida al extravagante Presidente de la empresa Bluebook, Nathan, en Ex Machina [2015], fungiendo como antagonista de Domhnall Gleeson y Alicia Vikander en el filme debut de Alex Garland.
También nos mostró a un ex marido y padre abnegado judío en la nueva versión de HBO del drama Scenes from a Marriage [2021], una miniserie que protagoniza y co-produce junto a Jessica Chastain.
Siguiendo por la línea de ciencia ficción, también aparece como el piloto Poe Dameron en las últimas tres películas de Star Wars, y revistió al duque Leto Atreides en el universo de Dune de Denis Villeneuve; filme que se hizo de varias nominaciones en la pasada edición de los Premios Oscar.
Hasta tener que “sufrir” algunos personajes, como en su primera contribución al cine de superhéroes interpretando al villano mutante Sabah Nur en X-Men: Apocalypse [2016] —por la que se quejó en diversas entrevistas, debido a la cantidad de prótesis y cuidados que requería su caracterización, los cuales hicieron su experiencia “insoportable”—.
Y más recientemente, encarnando a un peculiar antihéroe con trastorno mental en Moon Knight, una de las últimas apuestas televisivas fuertes de Disney+ que concluyó temporada el pasado miércoles 4 de mayo.
Sin embargo, el miedo por padecer otro personaje era algo que definitivamente no estaba en los planes de Isaac. En declaraciones previas al estreno de Moon Knight [el 30 de marzo], admitió:
“Hubo una pequeña parte de mí que pensaba que podría haber una posibilidad de algo interesante aquí. Pero la mayor parte de mí decía: No sé, hombre. ¿Vas a hacer esto a ti mismo de nuevo? ¿Vas a ponerte al servicio de la gran máquina?”, declaró durante una entrevista con NME, refiriéndose al Universo Cinematográfico de Marvel [UCM].
Al pasar del tiempo y la experiencia, el histrión se ha vuelto más selectivo con el tipo de papeles que acepta, inclinándose por personajes con mayor profundidad y complejidad, que aporten al espectador algo más allá del mero entretenimiento, lo cual hizo que se cuestionara sobre los “riesgos” de volver a quedar a merced de una producción del mismo tipo que X-Men.
“Claramente tienen mucho éxito. Pero tuve esta horrible pesadilla de encontrarme durante el rodaje en medio de Budapest con una capa y preguntarme: ¿Qué demonios estoy haciendo con mi vida?”.
Aunque al inicio de la historia conocemos a Steven Grant, vendedor en la tienda de regalos de un museo dedicado a la cultura egipcia, con una vida aparentemente normal, fuera del trastorno de sueño que parece padecer, más pronto que tarde, veremos las anormalidades que llevarán a nuestro principal a escudriñar su presente y pasado.
Bajo un perfil introvertido, inseguro y obsesivo, pero con avanzados conocimientos en egiptología; Grant despertará un día para descubrir que su vida no es lo que creía.
Es entonces cuando entra en la ecuación Marc Spector, el segundo personaje que veremos interpretado por Oscar Isaac. Ambos comenzarán a hilarse durante la trama hasta intercambiar diálogos en la misma escena.
Para el desarrollo de sus personajes, Isaac decidió otorgar un detalle distintivo a cada uno, que más adelante ayuda para el cambio de identidad durante la trama: la voz. Mientras que Grant tiene un tono más agudo con acento británico, Spector reproduce a un típico estadounidense militarizado —perceptible solo en el idioma original, aunque se intentó respetar esta cualidad en el trabajo de doblaje al español latinoamericano—.
“¿Qué pasaría si alguien le pidiera a Peter Sellers que estuviera en una película de Marvel? Y luego pensé en Karl Pilkington”, referenció Isaac, quien se apoyó en diversas figuras de la comedia británica para el desarrollo de Steven Grant.
“Estaba viendo An Idiot Abroad, no tanto por el acento, sino por la comedia, como: a menudo no sabes si él sabe que está siendo divertido. Y hay algo un poco introvertido naturalmente sobre él, lo que realmente me gustó mucho”, destacó.
No obstante, uno de los aspectos que convenció a Isaac de tomar el papel, se debió a la complejidad y el reto que representaba el personaje. Un hombre con trastorno de identidad disociativa que será manipulado por el dios egipcio Jonsu para llevar a cabo su venganza y proteger a los viajeros de la noche.
Aunque es visualmente atractivo ver las transformaciones de los trajes que porta nuestro protagónico, así como las criaturas que enfrenta y las atmósferas que albergan la historia; no es —a mi parecer— el aspecto más destacable de la historia.
La manera de encarar un trastorno mental para escudriñar en el pasado de nuestro principal, donde se descubrirán oscuros episodios de su infancia que repercuten en el adulto que es; forzando al personaje a confrontar dichas situaciones para poder autorescatarse, mientras debe librar una batalla para salvar a la humanidad; hacen de esta serie una de las más atractivas, por lo distintivo de su historia en sí misma y la manera en que su producción la supo proyectar.
“Esta es la primera vez para el UCM donde la historia en sí, trata de una persona y su bienestar”, aseguró Isaac con orgullo.
Sin perder el hilo de la “espectacularidad” usual del UCM, tanto en lo visual como en lo narrativo, vemos una propuesta distinta de lo que anteriormente se ha manejado; aunque continuamos recibiendo la moralidad extremista usual —marcada por ‘lo bueno’ y ‘malo’— se rescata el recurso argumentativo basado en la filosofía de la nuestros villanos y nuestros antihéroes que cuestionan dicha moral y ponen en juicio —literal— las intenciones de cada uno.
Mención especial a la actuación de Ethan Hawke; a quien también vimos en el reciente estreno de El Hombre del Norte, con una breve pero firme participación como el Rey Aurvandil del director Robert Eggers.
Pero en esta ocasión, Hawke entrega al villano de la historia, en los zapatos de un Arthur Harrow impasible y con una superioridad moral razonable, en quien recae algunos de los mejores diálogos filosóficos de la serie.
“Hay innumerables historias de villanos con enfermedades mentales, y tenemos un héroe con enfermedades mentales y eso es fascinante porque ahora hemos invertido todo el proceso. Como antagonista, no puedo estar loco porque el héroe está loco. Así que tengo que encontrar un lunático sano o una fuerza malévola sana. Y ese fue un acertijo interesante para mí descubrir: cómo estar en la dinámica con lo que Oscar estaba haciendo”, declaró Ethan Hawke en otra entrevista.
Aunque existen detalles que generaron polémica dentro de la audiencia, como la representación de la cultura judía en la serie, la producción sale bastante bien librada si ponemos en balanza —no en la de Ammit [chiste local]— los pros y contras que tiene.
Así que, mientras el esperado estreno de Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, nos dejó un extraño sabor de boca entre los absurdos argumentales y su atropellada narrativa, ese mismo día, Moon Knight nos regaló un justo cierre para nuestro personaje en esta temporada.
Aunque la polémica en redes aún ronda la posibilidad de un segundo tomo, debido a la interpretación de algunos usuarios que aseguran que el final post créditos es un guiño que promete la continuidad de la historia; en entrevistas anteriores, los productores aseguraron que se trataba de una miniserie; no obstante, algunos desearíamos que efectivamente Kevin Feige reconsidere.
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