Si hay una tradición mexicana que ha roto fronteras es justamente la del Día de los Muertos tanto en el arte como en la literatura y el cine a nivel mundial no de ahora sino desde hace décadas. En lo personal recuerdo de niño particularmente dos momentos que me causaron asombro al saber que se dedicaba más allá de una mención a la celebración de los difuntos mexicana.
La primera es la descripción de la tradición en la novela de Ray Bradbury, El Árbol de las Brujas, de 1972 actualmente editada por Planeta y la segunda es el episodio 4 de la temporada tres de la serie La Hora de Alfred Hitchcock de 1964 llamado La vida y obra de Juan Díaz escrito por, justamente, Ray Bradbury donde actúa Pina Pellicer siendo su penúltimo trabajo en pantalla antes de morir.
Y esto es solo un par de ejemplos porque esta fecha ha maravillado a muchas generaciones de extranjeros que han sido hechizados por el colorido, los sabores, la cartonería, los olores, los sonidos y el misticismo que rodea la festividad en panteones y casas de todo México sin importar la clase social; la muerte nos trata igual a todos literalmente.
Y por supuesto que esta celebración no quedó fuera de la cinematografía nacional siendo plasmada de varias maneras tanto en largos y cortos de acción viva o animación casi desde los inicios del cine en mexicano.
Y de todas esas propuestas que se han mostrado en el cine a través de las décadas en este país, quiero proponerte, amable lector, algunos ejemplos de aquellos largometrajes (los cortometrajes requieren un texto aparte) que representan la esencia de la festividad y en cuyo traslado a la gran pantalla, conservaron de principio a fin el misticismo, rituales y el folclor de forma no sólo digna sino muy apegadas a los usos y costumbres centenarios.
Para establecer un listado adecuado, las presentaré en orden cronológico excepto una:
EL AHIJADO DE LA MUERTE (1946) de Norman Foster
A partir de la adaptación del cuento popular español del mismo nombre, los hermanos Janet y Luis Alcoriza escriben un guión ubicado en el campo mexicano de los años 30 para presentarnos una película donde la muerte - representada majestuosamente por la poderosa Emma Roldan - juega un papel muy importante.
Marcando fuertemente la diferencia de clases entre los protagonistas Pedro (Jorge Negrete en un papel hecho a la medida) y María (Rita Conde) son los personajes que se mueven entre el conflicto social, el romance casi imposible y la intervención sobrenatural de la muerte cuidando a su ahijado para que este logre salir adelante de las mil dificultades que le acarrea ser el encargado de la hacienda frente a los hacendados arrogantes también herederos del patrón.
Gracias al diseño de producción del experto Gunther Gerzso y la fotografía impecable de Jack Draper, el director Norman Foster consigue una película de corte sobrenatural donde el campo mexicano se convierte en una especie de limbo donde los personajes luchan por encontrar su camino ya sea a la redención, al amor o a la codicia donde el único con ventaja es nuestro héroe Pedro, el ahijado de la muerte. Una historia que inicia y termina en Días de Muertos para cerrar toda la trama donde no quedan cabos sueltos y con la muerte apareciendo en los momentos clave de Pedro para cobijarlo y protegerlo.
LA DULCE ENEMIGA (1956) de Tito Davison
Comedia supernatural/romántica que sirve para el lucimiento de la guapa Silvia Pinal. Tomando como pretexto la festividad del 2 de noviembre de Los Fieles Difuntos (aquí comienza la ironía de la película) el propio Davison arma una historia de romance que gira alrededor de la figura de la curvilínea Pinal donde sus tres maridos muertos salen de la tumba para recibir la ofrenda de ese día en el panteón: Carlos Riquelme, Joaquín Cordero y Alberto de Mendoza.
Su sorpresa es mayúscula al descubrir que los tres estuvieron casados con la misma mujer que solo los utilizó para escalar en la vida y sociedad; el inexperto millonario, el eterno pretendiente y el que siempre la trato mal, pero recibió las mieles del amor de Lucrecia.
Contada de forma ligera sin grandes pretensiones, el fin de la misma es entretener y de alguna forma “empoderar” el papel de la mujer en un tiempo previo a las revoluciones sociales que sacudieron el mundo al mostrar a una mujer dueña de sus acciones, de sus metas y de su cuerpo para competir con el hombre en igualdad de circunstancias, pero con el encanto suficiente para que ellos hiciesen lo que ella quiere. Incluso por encima del amor.
Curiosamente, a estas fechas, la película no resulta tan políticamente incorrecta y si muy divertida de mostrar una sociedad doble cara que pide igualdad, pero con medida.
DÍA DE DIFUNTOS (1988), de Luis Alcoriza
Aun siendo español de nacimiento, Alcoriza supo entender a la perfección la idiosincrasia del mexicano, así como sus usos y costumbres desde sus inicios como guionista y luego como director. Y esta película es una de esas divertidas situaciones en el cine donde se junta un reparto que para finales de la década de los ochenta era estelar al contar con un variopinto grupo de actores y actrices emanados tanto de la época de oro, del cine de autor de los años sesenta y setenta, así como de la sexy comedia para agruparlos alrededor de la festividad del día de muertos en uno de los tantos y muy concurridos panteones de la Ciudad de México.
Desde las primeras secuencias, donde vamos conociendo a los personajes principales, somos testigos del cotidiano caos y las aglomeraciones, pero esta vez en el contexto de la festividad donde conviven diversos arquetipos femeninos y masculinos nacionales de diferentes clases sociales dejando claro que cuando se trata de la muerte, todos nos comportamos de igual manera.
Una película en la que nos es imposible no evocar a Mecánica Nacional (1972) también de Luis Alcoriza. Una comedia que navega entre la denuncia social, el albur, la chabacanería y los comportamientos que como mexicanos nos balancean entre el gandallismo rampante y la súbita hermandad basada en juramentos etílicos. Una joya del comportamiento nacional previa a la formalidad del entonces llamado Nuevo Cine Mexicano de la década siguiente.
LA LEYENDA DE LA NAHUALA (2007) de Ricardo Arnaiz
La animación en México siempre fue un área del cine mexicano que tuvo muchos altibajos. Entre guiones con humor de pastelazo, personajes bobalicones y una animación carente de fluidez y desarrollo, la animación mexicana no se desarrolló como era esperado pese al gran talento que se tenía en esas décadas.
Tuvo que llegar el 2007 para que se estrenara, justo el 1 de noviembre, La Leyenda de la Nahuala una película que, aún arrastrando varias de las fallas de las películas anteriores, resultó una respetable y bien intencionada propuesta no sólo en temática sino en manufactura y narrativa en lo que sería la nueva animación mexicana.
Con un guión de Omar Mustre y Antonio García, Arnaiz presenta una historia que, si bien es cierto no tiene como columna vertebral el día de muertos, si es el contexto y punto de partida para iniciar las aventuras del personaje Leo San Juan en una saga de películas donde se van sumando diferentes personajes del colectivo mitológico de monstruos y esperpentos mexicanos de todos los tiempos que tienen su origen, justamente, en las leyendas populares.
Otro gran acierto de Arnaiz fue el establecer, como punto de partida, el principio de la época decimonónica para mostrar la tradición de día de muertos y todas las preparaciones de esas fechas en un México previo a la independencia. Una muy recomendable película de animación no solamente para niños de cualquier generación sino para disfrute de toda la familia en estas fechas de días de muertos y todos los santos.
Y para cerrar con broche de oro…
MACARIO (1960) de Roberto Gavaldón
Sin temor a equivocarme y amparado en la pasión que me representa el cine mexicano de esa época, puedo afirmar categóricamente que desde su estreno en el extinto Cine Alameda el 9 de junio de 1960 hasta el día de hoy a esta hora que estás leyendo este texto, no hay (y creo que no habrá en mucho tiempo) una película que represente la esencia del Día de Muertos en México de manera natural, fluida y sin la necesidad de convertir la festividad en un pretexto folclorista como esta del Maestro Gavaldón.
MACARIO es una adaptación libre de la novela corta de B. Traven que a su vez adaptó del cuento de los hermanos Grimm que también adaptaron de la narración tradicional española llamada El Ahijado de la Muerte.
Resaltando de forma honesta la tradición del Día de Muertos, Gavaldón logra realizar una obra de narrativa extraordinaria acompañada de personajes bien delineados, fotografiada majestuosamente por el gran Gabriel Figueroa y un guión impecable de Emilio Carballido y el propio Gavaldón perfecto para lograr las atmósferas rurales con respecto a las creencias de dios, el diablo y la muerte y de paso hacer una denuncia social contra el clasismo, la intolerancia y el miedo a lo que no conocemos para violentarlo y hacerlo desaparecer con el pretexto de atentar contra las “buenas costumbres” son unos pocos de los grandes logros de Gavaldón.
Una de las mejores películas del cine mexicano de todos los tiempos Indispensable en la tradición del día de muertos como las calaveritas, el pan, las velas, el cempasúchil y el papel picado en las ofrendas. Y por si esto fuera poco, primera película mexicana en representarnos en los Oscar y en ganar premios en Cannes.
Así pues, este fue el breve recuento que espero les haya despertado en interés por darse un tiempo en familia y juntarse a ver cualquiera de estos títulos mexicanos relacionados a nuestra entrañable festividad de Día de Muertos.
Les deseo una gran celebración de difuntos y que, en este día, todos sus muertos encuentren su camino de regreso a casa y sean recibidos con cariño, gusto y añoranza acompañados de una rica comida y bebida en la ofrenda que hay en cada una de sus casas.
Y que la noche sea el momento de convivir con las ánimas para saber que los que estamos vivos seremos bien recibidos por aquellos que se nos adelantaron y así continuar la cadena de vida y muerte a la cual estamos enganchados.
¡FELIZ DÍA DE MUERTOS A TODOS!
Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .