Egresada de la Maestría en Cine Documental de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la misma universidad, la documentalista mexicana feminista Patricia Balderas Castro debuta con su ópera prima, Ahora que estamos juntas, en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
A continuación la sinopsis del filme: “Soy Patricia, protagonista de esta historia que también es la historia de Claudia, de Mónica… de muchas. El encuentro inesperado con un grupo de mujeres detona en mí una serie de reflexiones con las que busco entender mi pasividad ante el acoso sexual callejero, mi historia y la de mi madre. Junto con ellas, descubro que en este mundo violento, acompañarme con mujeres, construir autodefensa y conservar la alegría es revolucionario”.
Este relato es un viaje un tanto introspectivo que se convierte en algo colectivo para poder hablar de las violencias que, tanto ella como muchas mujeres más, han vivido en esta sociedad. En Crónica Escenario hablamos con la realizadora al respecto de este trabajo y su llegada a tan importante certamen cinematográfico.
“Fue algo muy inesperado, no es algo que estaba visualizando, cuando recibimos la noticia fue verlo con la perspectiva de que llegaría a más mujeres, a más espacios. No se trata de hacerse famosa, pero obviamente lo recibimos con la emoción de que esto puede ser un trampolín y una catapulta para que el mensaje se expanda y no quede de manera local, que es el objetivo inicial”, afirmó la realizadora acerca de su selección en el rubro de documental.
Así mismo, Patricia aprovechó para hablar de lo que busca que su cinta genere: “La película trae una campaña de impacto y de esto se trata, de informar y generar debate para validar las situaciones que vivimos en la medida que es importante. El acoso es violencia y es algo que muchas normalizamos, desde no reportarlo comienza la impunidad. Aún no lo dimensionamos, pero estamos muy agradecidas, hay gente interesada en este tema y eso es generar más impacto y que no quede solo en las realizadoras”, dijo.
Es innegable que este tipo de proyecto le da una voz a las mujeres, resonando en estos tiempos incluso desde la complejidad de hacerlo desde una perspectiva muy personal que va hacia lo colectivo. “Fue toda una discusión y proceso porque la empecé a hacer en 2015 y terminó en mayo de 2022 y en realidad al principio no estaba planteado que yo estuviera en la película, sino darle voz solamente. Lo que yo entendí y tomé en los talleres con estas mujeres que aparecen en pantalla es tener una voz colectiva porque eso da más fuerza”, mencionó la directora mexicana.
“Evidentemente tenemos un discurso y una conciencia social que vamos trabajando día a día pero al final generar juntas esta conciencia y aprender una de otras da poder de cualquier acción. Cuando hicimos los performance en espacios públicos no solo era yo gritando sino somos 20 mujeres diversas alzando la voz, y en algún momento lo que sucedió es que tenía demasiadas grabaciones en estos siete años y la realidad me rebasó”, continuó.
“Eso me hizo generar mucho contenido y tuve que hilarlo, pude finalmente hacerlo a través de mi propia historia y algún día hablando con ellas me decían que era muy bueno de mi parte que decidiera vulnerarme con ellas en la pantalla porque, a final de cuentas, no era cualquier cosa, era ventilar los trapitos de tu vida, de la historia y exponiendo a las personas y exponerse uno junto con ellas dentro de este proceso creativo estando todas. Eso fue una reflexión que me gustó mucho de ellas porque no solo estaba detrás de la cámara percibiéndolas sino que estaba con ellas para expresar que entendí lo que estaba pasando y lo que significa todo eso que yo le estaba pidiendo a ellas hacer”, complementó Balderas Castro.
Para generar esa voz colectiva y lograr esa apertura ante los problemas de violencia, Patricia tuvo que crear esa confianza con ellas para llegar al punto en que pudieran abrirse totalmente al respecto. “Fue un camino largo donde tardamos como un año. Tuvimos un taller súper intensivo sobre el acoso sexual en espacios públicos, no nos conocíamos antes”, dijo la cineasta.
“Terminándolo les pregunté si querían participar en el documental y la verdad es que la mayoría no quisieron seguir en el proyecto y solo dos estuvieron conmigo. Más bien tuvo que ver con mi involucramiento, pues a partir del 2016 se da el boom de movimientos feministas en México con la Primavera Violeta y lo que hacía era grabar cada uno de esos pasos, seguir esas acciones y justamente me las encuentro constantemente ahí”, confesó.
“Empezamos a reconocernos más, incluso a cuidarnos en marchas o acciones colectivas y en algún momento me empecé a volver parte de ellas. Yo misma también empecé este camino del feminismo, pues cuando planteé la película de un inicio no era la idea estar involucrada tan de lleno sino ser mera espectadora pero noté un sesgo de conocimiento de mi parte que se convertía en una barrera que estereotipaba justo todo este movimiento. Eso conllevó a estar dentro de su colectivo, el estar día a día con ellas, lo que implicaba también ser honesta. A veces se me olvidaba que estaba la cámara presente y se veía algo más genuino, traspasamos esa barrera del documental para acompañar a otras mujeres”, añadió la realizadora.
Es así que Patricia encontró esta diversidad de voces, de historias y anécdotas que ayudaron a realizar esta voz colectiva de su documental. “Cada una de nosotras venía de lugares diferentes, con historias distintas y sus propias motivaciones, Karen, Diana junto con su hija, Estefany, incluso había mujeres preguntándose si era un tema para abordar más allá de lo que conocían y conforme fuimos coincidiendo me hizo autocuestionarme también lo que yo sabía sobre este movimiento y me acercaba a ellas sobre temas específicos que, a largo plazo, replantearon la idea original de lo que quería hacer con el proyecto. Fue desde reconocer cuándo te están violentando, que el lanzar un golpe cuando alguien te agrede no es generar más violencia, la violencia es que hayas tenido que lanzar ese golpe a causa de lo que iba a perjudicarte en un inicio, el término es legítima defensa”, concluyó.
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