En 2022 se estrenaba X una nueva cinta de Ti West que nos ofrecía una trama que intentaba llegar con una propuesta original para desprenderse de aquellas prácticas contemporáneas donde el cine ha reciclado historias asiduamente. El terror se ha convertido en un soporte ideal para explorar nuevos terrenos narrativos fuera de las franquicias ya conocidas o las reimaginaciones de viejas glorias, entregándonos proyectos como It follows (2014), The Witch (2015), Barbarian (2022) o la misma Midsommar (2019).
Por la natural evolución del consumo cinematográfico, el cine de género se ha adaptado de manera correcta a las exigencias de un público que busca contenidos más compactos y sintetizados, logrando generar cintas como X (2022), una producción de A24 que tomó bajo sus alas y terminó por ser un producto que dio frescura a su año fílmico en turno, sin llegar a ser un detonante coyuntural del terror.
West anunciaría la extensión de su historia con una secuela de dicha entrega, la cual tuvo su estreno durante los primeros meses del 2023 con una aceptación discreta entre el público general. Pearl (2022) protagonizada por Mia Goth, es una historia que su director trabajó durante el rodaje de la primera cinta, viendo una oportunidad de crear productos originales que llevarán su sello personal.
Una granja estadounidense en 1918 es habitada por una humilde familia donde una joven posee el sueño de convertirse en una enorme estrella de teatro o cine a través del baile. La rigidez que su madre impondrá a través de normas familiares, así como la parálisis que su padre sufre, cosecharán en Pearl (Mia Goth) una desbordada obsesión por conseguir su objetivo, sin importar a quién tenga que pisotear en el camino.
El interesante trabajo que ha conseguido la productora y distribuidora A24 a lo largo de más de 10 años se ha visto reflejada en el origen de un grupo de cintas que han alcanzado la etiqueta de “productos de culto”, algunas de ellas con un palpable reconocimiento comercial, y por otro lado, filmes que han obtenido un lugar muy selecto dentro del ojo de la crítica especializada. Esto ha sido consecuencia de una gran libertad creativa que los dirigentes de esta empresa cinematográfica le han brindado a cada uno de los cineastas con los que han colaborado.
Es así como, con sorpresa, Ti West recibió luz verde para iniciar con un proyecto que – con sus dos partes – ha recaudado más de 20 millones de dólares, y que dentro del cine de género obtuvo múltiples alabanzas, sobre todo por la precuela que ha estrenado recientemente.
Pearl (2022) nos encaminó por un viaje a la mente de una joven que llevó al extremo su sed de reconocimiento, derivado de las ataduras del núcleo familiar en el que había estado enclaustrada toda su vida. La frustración mental en conjunto con su deseo de brillar ante grandes públicos creó – paulatinamente – un monstruo que las expectativas sociales y su inherente ambición hicieron que devorara todo a su paso, dejando de lado el sentido común y entrando en una espiral de actos violentos que solo puntualizaron el verdadero conflicto de la historia, la idealización sin objetividad puede llevarnos a la autodestrucción.
Casi como una puesta en escena teatral, nuestra protagonista explora cada uno de sus escenarios, donde se encuentra con cada emoción que la acompañará a lo largo de su travesía y que terminarán por germinar en un racimo de decepciones autoimpuestas; todo empaquetado con un tono que no requiere de elementos contemporáneos del terror y se escuda en las herramientas clásicas del género, potencializando el ambiente y las crisis internas de sus personajes por encima de los sustos baratos y vistas paranormales.
Un drama que va rompiendo su esquema para concentrarse en el verdadero miedo de la historia: el miedo al fracaso, el miedo a no cumplir con lo presupuestado, y la incertidumbre sobre qué camino seguir cuando nuestros sueños son destrozados, no por lo que nos rodea, si no por nuestra forma de enaltecer aquello que quizás no está a nuestro alcance. Esto no quiere decir que la película transite por un discurso pesimista sobre arrojar todo por el drenaje y caer en un conformismo, si no en el hecho de tener la capacidad de revisar que está en nuestro rango de acción y así proceder a una ejecución controlada.
West tiñe un drama con gotas de terror a una propuesta que, si bien uno de sus objetivos es el de aterrorizar al público por medio del salvajismo de su protagonista, el verdadero motivo de que la cinta logre momentos de real tensión es gracias al retrato de los alcances de la ambición humana, y como esta puedo modificar nuestra percepción de la moralidad y todo aquello que nos regula como sociedad.
Finalmente, no podemos dejar de lado la metamorfosis que logra Mia Goth con su personaje, atrapándonos en su disminuida estabilidad mental y cuestionándonos cuál será el momento donde Pearl explotará contra los que le rodean, y más importante, contra ella misma.
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