Escenario

‘Pedro Páramo’: La realidad mágica de los muertos vivientes en Comala

CORTE Y QUEDA. A 43 años de la última adaptación de la novela de Juan Rulfo al cine llega la versión de Rodrigo Prieto para Netflix, que tendrá su paso por el Festival de Morelia

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Imagen de la película 'Pedro Páramo'.

Imagen de la película 'Pedro Páramo'.

CORTESIA

Pedro Paramo fue la primera novela del escritor jalisciense Juan Rulfo publicada en 1955 y que, de alguna forma, inauguró el movimiento literario del “Realismo Mágico” mexicano. Y esto es un mero trámite debido a que, si de algo puede presumir México, es justamente de la relación que los vivos tenemos con el más allá desde que nos formamos y forjamos como pueblo. Un pueblo rico en tradiciones donde la muerte siempre, repito, siempre ha estado cerca de cada mexicano desde que nace hasta que se encuentra con ella.

Juan Rulfo no sólo entendió esto desde sus primeros cuentos publicados bajo el título de El Llano en Llamas (1953), sino que arropó la mayor parte de su obra bajo este género literario donde la línea entre ambos mundos se difuminaba constantemente para placer del lector no solo mexicano o de habla hispana sino de todo el mundo donde las letras de Rulfo fueron traducidas. Y por supuesto que su llegada al cine no pudo prolongarse por mucho tiempo.

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En 1967, Carlos Velo adapta por primera vez la novela con la asesoría de Manuel Barbachano, Carlos Fuentes y el mismo Juan Rulfo teniendo tras la cámara a Gabriel Figueroa.

En los papeles principales cuenta con Ignacio López Tarso que nació para interpretar a Fulgor Sedano; Pilar Pellicer como Susana San Juan; Augusto Benedico como el Padre Rentería; Beatriz Sheridan como Eduviges Dyada; Carlos Fernández como Juan Preciado; Narciso Busquets como Bartolomé San Juan y John Gavin como Pedro Páramo entre muchos otros.

En 1978 fue el turno del director José Bolaños con Pedro Páramo: El hombre de la Media Luna que tuvo de intérpretes a Narciso Busquets pero esta vez como Fulgor Sedano; Venetia Vianello como Susana San Juan; Bruno Rey como el Padre Rentería; Patricia Reyes Spíndola como Eduviges Dyada; Abelardo San Miguel como Juan Preciado; Julio Bracho como Bartolomé San Juan y Manuel Ojeda como el mejor Pedro Páramo del cine; lo interesante de esta versión fue la música prestada de la película Le Secret de Ennio Morricone.

Para 1981, el Maestro Salvador Sánchez dirige la tercera versión de Pedro Páramo teniendo de intérpretes al mismo Salvador Sánchez acompañado de Guillermo Gil, Cristina Rubiales, Claudio Obregón, Guillermo Orea y Claudio Brook; de esta versión no hay mucha información disponible.

Y ahora, a 43 años de esta última, llega de la mano de Rodrigo Prieto, la nueva versión de Pedro Páramo llega este 6 de noviembre a Netflix luego de un breve estreno en pantalla de cine; por lo que están a muy buen tiempo de darle una re-leída a la novela para tener el parámetro comparativo renovado.

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Pedro Páramo, pese a ser una obra de poco más de 200 páginas, tiene una complejidad como pocas en la literatura mexicana debido a lo exquisito de los personajes, lo espectral de las situaciones y lo poético de la narrativa donde Comala no es sino una especie de purgatorio donde las ánimas en pena deambulan entre los recuerdos y el dolor que emana de las calles oscuras y abandonadas donde Pedro Páramo era dueño no solo de la tierra sino de todos los que ahí vivían.

Y esto fue lo que tuvo a bien adaptar Rodrigo Prieto; dándonos a los espectadores un Comala como no solo no vimos en las adaptaciones anteriores, sino que imaginamos en la lectura de Rulfo. Y gran parte de lo impecable de este telón es el igualmente impecable trabajo de diseño de producción de Eugenio Caballero y la dirección de arte de Ezra Buenrostro quienes nos permiten deambular, como parte de esos fantasmas que se presentan ante Juan Preciado, en las lúgubres calles y casas del espectral Comala.

La adaptación corrió a cargo de Mateo Gil quién puso sobre la mesa todos los elementos para que Prieto diera a sus actores y actrices la oportunidad de, en varios casos, ofrecer interpretaciones que sobresalían a las de sus predecesores en las anteriores versiones.

Es así que tenemos en pantalla a un Tenoch Huerta que da una nueva dimensión al personaje de Juan Preciado retomando la importancia de su presencia al ser quien nos lleva de la mano a conocer el pueblo que su madre tanto quiso.

De igual forma resaltan las interpretaciones de Ilse Salas como Susana San Juan que, por cierto, en esta adaptación lleva un peso sobresaliente en la narrativa, Mayra Batalla como una correcta Damiana Cisneros; Héctor Kotsifakis como un cumplidor Fulgor Sedano; un impresionante Roberto Sosa que nos hace por momentos olvidar el trabajo de Benedico; Dolores Heredia en una muy convincente Eduviges Dyada y un Noé Hernández simplemente perfecto como Abundio Martínez.

El único “pero” es, por desgracia, el más importante. 

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Para mala fortuna de esta versión, el eslabón más débil es quién personifica al que da el nombre a la novela y película: Manuel Garcia-Rulfo como Pedro Páramo.

Pedro Páramo es un personaje descrito como la personificación de la crueldad y el despotismo de quien se siente con el derecho de pasar por encima de quien considere un obstáculo para lograr su cometido. Un ser que, irónicamente, se ampara en el amor para cometer toda clase de atropellos para ir extendiendo su poder sobre Comala hasta adueñarse en su totalidad de la tierra y, como dije antes, su gente; especialmente sus mujeres.

Entonces, ante un personaje con esas características, se necesita un actor que, para comenzar, tenga una presencia en pantalla que imponga, que te seduzca a la par de temerle; que cuando diga: “me cruzaré de brazos y Comala morirá de hambre” sepas que hay que tomarse muy en serio sus palabras.

Y cuando aparece Manuel García-Rulfo en pantalla, lo único que se piensa es: “¿De verdad Comala le tiene miedo a este hombre?”. En muy pocas secuencias donde aparece Pedro Páramo sentimos esa carga de maldad y rencor con la que manipula a todos a su alrededor.

Sin embargo, y por fortuna al no estar todo tan perdido, las secuencias donde se asoma un poco de amor o dolor por la falta de ello, García-Rulfo rescata esa sola esencia del personaje de forma certera y convincente.

Y aun cuando podía parecer muy difícil hacerlo, si pasamos por alto esta interpretación o al menos, no exigimos al actor más de lo que pudo dar, la puesta en escena de Prieto resulta más que convincente. 

‘Pedro Páramo’: La realidad mágica de los muertos vivientes en Comala Video

VOY PARA ALLÁ… YA VOY

En resumen; Pedro Páramo de Rodrigo Prieto se eleva por encima de las demás adaptaciones como la mejor al darnos un Comala como queríamos verlo en pantalla; como una extensión de nuestra imaginación donde el realismo mágico que la elevó como una de las más importantes obras de la literatura hispanoamericana fue trascendental para llevarla a la pantalla.

Y sin duda, para Rodrigo Prieto es la más audaz, acertada e irreprochable manera de mostrarse, ahora, en la faceta de director. KUDOS.