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Llegó el sábado y con él, el día definitivo para Bahidorá con las participaciones de sus mejores actos, así como también la apertura del escenario principal Sonorama.
Luego de una noche en la que la temperatura bajó considerablemente, y en el que las frazadas y los sleeping bags fueron fundamentales para no pasarla de lo peor dentro las casas de campaña que cada asistente presentó, mismas que desde tempranas horas ya se sentían como hornos avisando que era hora de levantarse y continuar el la aventura.
En el escenario Asoleadero ya se podían escuchar a la distancia los beats de la selección de discos de reggae que ambientaba el cúmulo de gente frente al río y uno que otro clavadista al caer el amanecer.
El escenario Sonorama abrió sus acciones para su día principal con La Vacación, el dúo compuesto por Caloncho y El David Aguilar, quienes con su guitarra y voces, bastaron para el arranque de actividades, donde realmente, los artistas más interesantes de concentraron en aquel escenario que también recibió la cumbia y versatilidad de Agrupación Cariño; el impresionante acto de jazz por parte de la londinense Nubya Garcia; lo lindo de los temas del “Far In” de Helado Negro y, por supuesto, los headliners que encabezaban esta nueva edición de regreso de festival Bahidorá.
Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe en su proyecto Kings Of Convenience tocaron sus mejores temas a guitarra y voz con el sol a plenitud como parte del público que alegremente recibió cada extracto del dúo noruego. James Blake, por su parte, hizo de Sonorama un portal sónico con la potencia de producción, aunque también con momentos de llanto absoluto al interpretar nostálgicas canciones de sus primeros dos álbumes de estudio.
A pesar de que el clima bajó su temperatura considerablemente, no impidió el calor humano que generó Black Box y su jugo de temas noventero y Dj Koze con un mágico mixtape de house y techno para dar finiquito al maravilloso día que Bahidorá nos ofreció, en una experiencia muy placentera de vivir la música en un ambiente cálido, tropical y de una calidad indiscutible.
Hasta el próximo año, en Las Estacas, para ver qué sorpresas prepara este encantador festival.
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