Escenario

‘Pole Dance’, un filme que cierra la trilogía de la violencia de Maryse Sistach, en voz de sus protagonistas

ENTREVISTA. Gimena Gómez y Norman Delgadillo dan vida a una bailarina y un mariachi en el más reciente filme de la cineasta mexicana que se complementa con ‘Perfume de violetas’ y ‘La niña en la piedra’>

La mujer en la ventana
Fotograma del filme. Fotograma del filme. (Cortesía)

La directora Maryse Sistach se tomó 18 años para cerrar su trilogía de la violencia, conformada por las cintas Perfume de violetas (2001), La niña en la piedra (2006), y la ahora estrenada Pole Dance, protagonizada por Gimena Gómez y Norman Delgadillo. Si bien muchos incluyen en esta trilogía a Manos libres (2004), ésta no forma parte ya que es dirigida por José Buil.

Pole dance narra la historia de Magda, quien, al separarse de su pareja, un mariachi, termina involucrándose en una relación llena de violencia y oídos sordos de una sociedad que sigue ignorando a sus mujeres. En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con sus protagonistas, Gimena Gómez y Norman Delgadillo.

¿Qué fue para ustedes trabajar con Maryse Sistach sabiendo que iban también a ser parte del cierre de una trilogía muy importante para ella?

Gimena: Yo me siento soñada, yo de niña pude ver, y no me preguntes por qué vi esa cosa de niña, pero pude ver Perfume de violetas y yo dije, yo quiero ser actriz, y yo quiero hacer ese tipo de cine. Años más tarde, y gracias a que Norman me sugiere como actriz para el casting, me quedo en esta con esta película.

Yo no sabía que iba a cerrar con esta película la trilogía, pero evidentemente cuando supe que era Maryse, cuando supe que iba a estar Norman, con quien ya había trabajado, cuando supe que iba a poder compartir el set con Arcelia Ramírez, con Delia Casanova, con María Rojo, y poder hablar de este tema que nos compete tanto como sociedad y sobre todo como siendo un país en donde mueren nueve mujeres al día por feminicidios, pues, evidentemente, es un gran honor. Muy feliz y muy honrada con una gran responsabilidad, y sí, muy contenta.

Norman: Para mí también fue un sueño hecho realidad. Obviamente yo crecí con las películas de Maryse. Perfume de Violetas nos marcó a todos, yo ya había tenido la oportunidad de trabajar con ella y con Pepe Buil, su esposo, como directora en otra película. Ahí nos llevamos, creo que demasiado bien, tanto que se enteraron que mis familiares son mariachis, y pues, bueno, me escribieron, se inspiraron para escribirme este personaje de Ernesto Villarreal, que es mariachi, y pues, bueno, ¿qué te puedo decir? Que dos grandes leyendas del cine mexicano te hagan un regalo así, pues, yo estoy que todavía no me la creo.

¿Y cómo fue que te vino a la mente qué Gimena podía ser una gran compañera para este proyecto?

Norman: Primero que nada, creo que tenemos una química espectacular en escena, ya habíamos trabajado de pareja, habíamos hecho una teleserie de MTV, Último año, donde íbamos en la prepa pero éramos pareja y segundo que ella llevaba años, desde que la conozco, practicando pole dance y para Maryse era muy importante que la actriz que diera vida a Magda, le supiera mucho al pole dance, porque había muchas escenas donde tenía que verse. Mi primera opción siempre fue Gimena, entonces, por ahí le estuve hablando al oído a Pepe y a Maryse, y después de un año de casting Gimena se ganó el papel a pulso.

Gimena, el pole dance está muy satanizado en México, pero tienes una actividad que practican ya mujeres, hombres, una actividad ya deportiva en este país más que solamente por un espectáculo de centro nocturno. ¿Cómo te sientes tú sabiendo que está reivindicando el pole dance con esta cinta?

Gimena: Me siento muy contenta porque hace años tenías casi que ocultarlo, porque si no te metías en problemas. Yo no era tan buena ocultándolo, pero te metías en problemas, como en señalamientos, y obviamente me siento muy contenta de que en este momento se le esté tomando más en serio, porque es una práctica que no es nada fácil, se requiere de mucho trabajo, de mucha disciplina, y es como el tango, que nació entre prostitutas e inmigrantes. Espero que, en unos años, los boletos, como ahora cuestan para ir a ver tango, cuesten mucho y nos acordemos de esa época en donde se le señalaba y se le satanizaba.

Me gustó mucho esta secuencia, del final donde vemos toda tu fuerza en el tubo, vemos esta cuestión. ¿Qué tanto te preocupaba a ti no lastimarte, pero sobre todo no lastimar a tu compañero, en estos movimientos que haces, que son muy complicados, pero tienen que ser muy coreografiados y verse tan reales en pantalla?

Gimena: La verdad me preocupé mucho, creo que esa fue de las de la escena que más me preocupaban, porque tampoco creas que tuvimos mucho tiempo para ensayarlo y me preocupaba no lastimarme a mí, me preocupaba lastimar obviamente a mi compañero, pero tuvimos un gran fotógrafo que es Serguei (Saldívar Tanaka) y con los juegos de cámara, tú sabes que se puede hacer magia.

Y algo muy bonito de esa última escena es que ella se salva sola. Como que en muchas películas y por lo menos historias que a mí me han tocado interpretar, siempre hay un salvador, un hombre que llega a salvar a la mujer y en ésta, ella se salva a sola, con lo que practica y eso se me hace algo súper acertado y un mensaje muy hermoso para muchas mujeres.

Norman te toca interpretar un personaje que puede ser como un arquetipo mexicano, borracho, machista, pero que también madura a través de la cinta, ¿cómo abrazaste al mariachi en esta ocasión?

Norman: Primero, poderle dar vida a un mariachi de Garibaldi, que es de donde trabajan y vive toda mi familia, donde yo crecí, pues era todo un honor. Conozco bien cómo se desenvuelven los mariachis, cómo trabajan, sus horarios de trabajo, tengo familiares en A.A. porque bueno, el alcohol con este trabajo a veces lamentablemente viene muy de la mano, pero a mí me gustó mucho poderle darle la vuelta de la mano de Maryse porque si bien, como bien mencionas, el mariachi es el estereotipo del macho mexicano, tenemos una infinidad de películas que se encargaron de retratarlo así en el cine de oro y no las critico pero Pepe Buil, el guionista, mencionaba que es la primera película de mariachis feminista y para mí eso es muy grato.

Porque al final la historia de Ernesto Villarreal, mi personaje, arranca después de que ya realizó muchísima violencia con su esposa, con su hija, con su familia, pero está en el momento en el que se dio cuenta, en el que intenta reivindicarse. La reivindicación también es algo importante que tenemos que tocar, porque ¿cómo se hace la reinserción social después de que fuiste funado o que estuviste en la cárcel? Es muy difícil para las personas volverse a reintegrar a la sociedad y es algo que Ernesto, a lo largo de toda la película, está intentando lograr y esa es una capa de profundidad muy interesante y que le da la vuelta al machismo, porque si el personaje lo fue, lo fue, pero está intentando cambiarlo.

Me llama mucho la atención lo que dices porque regularmente en las películas de Maryse siempre son películas muy feministas, donde los hombres son siempre secundarios, pero siempre son detonantes de algo. En tu caso no solo eres detonante sino también eres víctima indirecta de lo que ocurre con el personaje de Gimena. ¿Cómo sientes que el público va a recibir a este personaje con este mensaje?

Norman: Yo he podido ir a varias funciones de la Cineteca Nacional y he encontrado respuestas de todo tipo. Desde gente que me aplaude por querer recuperar a su familia, porque el personaje quiere recuperar a su familia, a gente que de verdad lo odia y que dicen “por favor, que Magda no vuelva con él jamás, no deberían de estar juntos, el daño ya está hecho, necesitan una vida nueva” y es muy padre poder ver los polos de las reacciones del público.

Gimena, tu personaje sufre algo que las mujeres en México sufren todo el tiempo. Este acoso directo, pero también virtual, esta amenaza a su vida. ¿Qué tan importante es para ti participar en una película en donde lo ponen enfrente, pero como bien dijiste, donde la mujer misma logra defenderse y salir adelante, sin esperar que el hombre venga y la rescate como regularmente pinta el cine?

Gimena: Pues para mí es importantísimo. Ha sido un reto en todos los sentidos y me ha movido muchas cosas a nivel personal. Creo que es muy importante como artista no solo entretener, es tener este tipo de proyectos en donde estás dejando algo, algo que puede ser que ayude a que se cree un granito de conciencia. Y obviamente como mujer me toca hablar de este tema, nos toca alzar la voz y mi voz es el cine, mi voz es la televisión, mi voz es el teatro. Entonces para mí es muy importante y es un sueño haberlo hecho con la gente con la que lo hice.

Me gustaría saber qué experiencia les deja haber trabajado con estos dos monstruos sagrados del cine que tenemos, tanto Maryse como Pepe, que son muy queridos por la comunidad, pero también conocemos que son muy estrictos en su trabajo, que son siempre muy directos y que saben lo que desean. A ustedes como jóvenes actores, ¿qué les deja trabajar con ellos?

Gimena: Obviamente les aprendí mucho, saben lo que quieren, Maryse sabe perfectamente lo que quiere sin embargo, ella es una directora de verdad, no es una dictadora, porque muchas veces en proyectos te topas con dictadores y el trabajo de un director es guiarte y cocrear. Y ella es una directora con un con una D mayúscula.

Norman: Es mi segundo proyecto con ellos y muy pronto estaremos arrancando el tercero. Yo me siento en casa. Para mí son mis papás del cine. Todo lo que les he aprendido, yo ya tenía experiencia en televisión y en otras películas anteriormente, pero no con un cine tan profundo y tan interesante como es el que yo quiero hacer y además de que me están ayudando a crecer como actor, pues ya también ahora soy productor de esta película. Y bueno, también es gracias a ellos. Entonces yo les debo mi vida.

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