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Pasaron 23 años para que Aardman Animation, uno de los principales productores de este género en stop motion, ganador del Oscar por la cinta de Wallace y Gromit: La Batalla de los Vegetales (2005) y creador de personajes como Shawn el Cordero, regresara a una de sus historias más queridas por la audiencia, Pollitos en Fuga (2000) ahora con una secuela donde la batalla por la libertad y la aceptación de lo que somos sirve como guía para la nueva aventura. En Crónica Escenario charlamos con Sam Fell y Peter Lord, director y productor de esta cinta que está próxima a estrenarse en Netflix.
“Tardamos tanto en hacerla porque nunca tuvimos la idea correcta para seguir el relato. Siempre discutimos la opción de realizarla pero teníamos dudas sobre la historia. Además, tuvimos un incendio que quemó todas las gallinas del primer filme y eso fue un factor inhibidor porque volver a hacerlo todo sería muy caro. Así que esperamos y cuando se dio la oportunidad, lo abordamos con entusiasmo pues era importante hacer esta secuela aunque definitivamente el proceso fue bastante lento”, expresó Fell ante la duda del gran tiempo entre la primera y segunda entrega.
Además, Lord, productor de Aardman Animation, habló de cómo la tecnología y los avances de esta índole no afectaron al arte del stop motion. “Fundamentalmente, todo es lo mismo, realmente. Si bien es un mundo completamente nuevo, todo sigue siendo diseñado con plastilina como hace dos décadas y más. Y ese es el corazón de todo esto, pues todo lo que ven cerca de la cámara fue hecho a mano por el departamento de arte en Aardman. Existen estas maravillosas áreas donde caminas y puedes mirar todo lo que diseñan, arman y construyen. Tal vez la diferencia es que, en efecto, lo digital se ha incorporado poco a poco a la creación de este estilo usando, por ejemplo, pantallas verdes o CGI para expandir los universos dentro de nuestras grandes cintas”.
“Para expandir nuestro canvas en este tipo de filmes a gran escala y crear además a las multitudes, nos ayuda mucho usarlo pues crear eso es complicado para el stop motion pues es moverlas cuadro por cuadro, lo que consumiría por completo el tiempo de nuestros animadores. Además de que, en el caso de esta cinta, se necesitan muchas gallinas para hacer muchos nuggets”, añadió cómicamente Peter.
Uno de los puntos que llama la atención es el nuevo cast de voces protagonistas que se unen a la saga. “La primera tuvo elecciones perfectas pero el tiempo ha pasado. Para dar el primer paso en ello, comenzamos con Molly y Frizzle así como algunos de los nuevos personajes. Fue así que dimos con Bella Ramsey y tuvimos mucha suerte de que se uniera a nosotros”, señaló el director. “Pero debido a los cambios y evolución que tiene esta historia, pensamos en Ginger de una forma diferente a la primera cinta junto con Rocky. Mientras que en la anterior había un aire de comedia romántica entre ellos, aquí era ese relato de madre e hija. Por ello, hablamos con el director de voces y entre la lista de opciones y la sonoridad que presentaban, algo que me es de suma importancia, dimos con Thandie Newton y sus últimos proyectos así como Zachary Levi, actor que tiene a su vez un gran timing cómico demostrado en Shazam”, acotó.
“El cambio se dio de forma orgánica. Para mi, más que una secuela me parece un reinicio de todo para este universo. Amo la primera cinta junto a ese gran talento de voces que está en ella pero ahora queríamos evolucionar para obtener algo único que tuviera su propio sabor y creo que estas nuevas voces le ayudan. Nick y yo dejamos que Sam tomara las decisiones a ese respecto, pues creo que cada director tiene una diferente visión o idea para expresar creativamente”, apuntó Peter.
Si bien Pollitos en Fuga conquistó a una generación hace dos décadas, situaciones como el humor han cambiado con el tiempo, algo que no preocupó del todo a Fell y Lord. “Hay mucha comedia física y visual, es parte del sello de Aardman. Todo el mundo ama a Chaplin o Harold Lloyd por ello, es un lenguaje universal que además perdura en la comedia británica. Nuestros escritores tienen esas influencias y tuvieron la libertad de explotarlo a su manera”, expresó el director. “Trabajamos muy duro para encontrar el humor de todo tipo de formas, incluso desde los storyboards, equipo que también brindó algo nuevo e hilarante y que se compone de artistas globales que van desde España hasta Noruega que ayudaron a cubrir ese hueco que existe en cuanto a un lenguaje común en cuanto a los chistes visuales que quisimos aprovechar”, añadió.
“Creo que buscamos hacer una cinta entretenida, esa siempre es nuestra meta número uno. Tienes que ganarte siempre el tiempo y atención del público sacrificando un poco el gran mensaje que quieras dar. Las semillas de esta secuela ya estaban plantadas en la primera película con un gran cast femenino, por ello continuamos la historia de Ginger, además de que persiste este tema acerca de la relación que los humanos tienen con la naturaleza y la forma en que tratamos a los animales. Pero ahora también está la cuestión de traer a este mundo lleno de peligros una familia, añadiéndole una capa interesante a esta luchadora idealista que se sigue preocupando por todos pero ahora también por ella”, declaró Fell.
“Esta es una historia familiar donde esperamos que los padres puedan reconocer esos dilemas que enfrentan con sus hijos y ojalá los pequeños también lo vean para que ambas partes creen una conexión a partir de las diferencias y el porqué no están mutuamente de acuerdo. Es algo muy adorable porque la madre aprende una gran lección de su hija y viceversa. Esa es la evolución que existe en esta secuela y creo que el factor emocional detrás de ello no es manejado de forma dura y directa a pesar de que los temas trasciendan más allá de solamente los niños, sino que tiene diversas capas y niveles que tocan a diversas generaciones y pueden dejarle a uno algo más que una gran sonrisa sin dejar ese factor de lado”, complementó el productor.
Hablando de historias, para ambos creativos era muy importante que El Amanecer de los Nuggets fuera atractiva para todos. “Quieres hacer algo que te interese a ti y también a la audiencia. Si bien he visto y hecho toda clase de cintas, amo hacer cosas para los niños pues creo que son un público maravilloso. Pero es agradable poder construir cierta profundidad y capas para que guste tanto a niños como adultos. También existe una cuestión de honestidad como cineasta donde buscas hacer un proyecto en el que realmente crees sin ser cínicos al respecto de lo que tratan o hacia quienes van. He visto que eso sucede con otras cintas que conjuntan montones de ideas mientras llenan todo de colores brillantes y ruido para distraer a los pequeños en lugar de hacer un buen filme. En nuestro caso, trabajamos duro para hacer buenas historias y confiamos plenamente en la inteligencia del público al que se dirije”, aclaró Sam Fell.
Asimismo, esta nueva entrega de Pollitos en Fuga ofrece una cuestión de la identidad y libertad que resuena en estos tiempos de conflicto. “Ambos aspectos están ahí, por eso decidimos que Ginger fuera el centro de esta nueva aventura. A partir de ahí, nos metimos en su mente y su vida además de lo que ha logrado. Ella tuvo su final feliz antes así que necesitábamos un nuevo reto para ella y ese fue la maternidad además de la cuestión de que su hija fuera exactamente igual a ella. Esa relación compleja hace interesante el confrontamiento que tiene con ella misma, que dejó todo eso atrás y la forma en que sobreprotege a su hija sabiendo que no la va a detener, derivando en el principio central de Ginger que era la lucha por la libertad y que, como ella expresa al final, no existe ningún pollito que viva solo en una isla”, ahondó el realizador.
“Además, me parece que este filme toca algo muy contemporáneo y retador, que es la actitud que tomamos ante lo que sucede alrededor o fuera de nuestro ambiente. ¿Le cerramos las puertas y vivimos en la comodidad de estar seguros o nos hacemos responsables de lo que acontece más allá de nuestro círculo? Así como el tema de darle la bienvenida a un extraño, lo cual justamente hace que esta cinta ofrezca mucho de qué hablar entre chicos y grandes, mostrándonos que podemos ser amables con la gente alrededor y preocuparnos de igual forma por ellos”, concluyó Lord.
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