Estamos a una semana de los Premios Ariel, los máximos galardones del cine mexicano, motivo por el cual en Crónica Escenario compartiremos una serie de entrevistas especiales con el objetivo de que nuestros lectores conozcan a profundidad a los nominados de la edición 64 de nuestros premios. Comenzamos con la máxima favorita: Noche de fuego.
EL CAMINO DE LADYDI
Diez años de investigación necesitó la escritora Jennifer Clement para la que se convertiría en su novela LadyDi. En un inicio, no sabía exactamente a dónde iba, sólo que le interesaba saber cómo la violencia estaba afectando a las mujeres pues todo se enfocaba en las historias de los hombres.
“Los dos primeros años estuve entrevistando a mujeres de narcos porque al principio pensé que ese iba a ser el libro. Eso lo hice los dos últimos años de la presidencia de (Vicente) Fox y cuando entró Felipe Calderón el trabajo se volvió súper peligroso y la persona que me medio protegía me dijo que ya no era posible”, recordó.
Ahí fue cuando conoció algo que estaba sucediendo en el estado de Guerrero: llegaban camionetas que se estaban robando a las niñas y para protegerlas sus familias estaban cavando hoyos en las milpas o jardines para esconderlas. La premisa fue contada en su novela.
La escritora del libro adaptado a esta película, Jennifer Clement, compartió parte de la historia que la llevó a atravesar una década de investigaciones para escribir su obra: “Le pregunté a una señora en México: ¿Qué estaba pasando en Guerrero? Y me dijo: ‘Uy, pues se están robando a nuestras niñas, y que llegan en camionetas y se las roban. Entonces, estábamos cavando hoyos en las milpas o en los jardines y cuando vemos que llegan estas camionetas, las escondemos en los hoyos’. Y me impactó tanto esa imagen, creo que no dormí en días”.
Años después la cineasta Tatiana Huezo estaba preparando un documental sobre niños y adolescentes en ambientes hostiles cuando el productor Nicolás Celis le ofreció realizar una adaptación del texto Clement. En un inicio, Huezo rechazó la oferta, pero no pudo sacarse la idea de la cabeza, especialmente al convertirse en madre. Aunque es ficción hay parte de la historia fílmica de Huezo.
“Invariablemente ver a mi hija me remonta constantemente a mi propio atrás y creo que parte del corazón de la película viene de algo personal”, mencionó la directora, primera mujer ganadora del Ariel a Mejor Dirección. “A nivel personal esta película ha significado mirar para adentro. Noche de fuego ha sido un viaje hacia adentro, hacia mi propia infancia, hacia mi propia adolescencia”.
“Intenté mirar desde los ojos de una niña, tengo una hija y eso me remonta a mirar atrás, viene de de algo muy personal... aunque es una película que también tiene su génesis en la adaptación del libro de Jennifer Clement”, dijo.
Además, Huezo reconoce que la creación de la cinta ha sido complicada, especialmente considerando que significa su introducción en la ficción. “Vengo del documental, de trabajar muy de cerca con la realidad, de poner en escena la realidad y, a grandes rasgos, lo que ha significado este salto para mí, este tránsito entre trabajar en el documental y encarar mi primera ficción ha sido algo intenso”, destacó. “Tal vez lo más importante ha sido poner las emociones de un ser humano en la piel de un personaje. Creo que ese ha sido el reto más importante”.
“La verdad del documental se trasladó a una ficción. Cada vez que he visto la película lloro en un momento distinto, siento que la película puede tocar fibras y llegar de una forma muy profunda a la gente que a veces creo que falta en muchas películas, a las que les falta empatía en temas muy difíciles”, dijo Celis.
“Tatiana tiene una gran delicadeza para hablar de cosas importantes sin que eso signifique que te va a dar una clase de moralidad o que te va a enseñar a vivir o como tienes que ver. Ella tiene una forma de ponerte en los zapatos de otros de una forma muy bonita. Cuando salgan de ver Noche de fuego van a querer abrazar a alguien y querrán hacer algo positivo, porque está hecha con mucha alma”, agregó.
NACE LA NOCHE DE FUEGO
Rodada en Neblinas, Landa de Matamoros, un pequeño poblado en la sierra Gorda de Querétaro, Noche de fuego retrata la historia de amistad de tres niñas que viven en un lugar en el que es peligroso crecer siendo mujer. Las pequeñas tienen escondites bajo tierra para escapar de la amenaza de ser secuestradas y sus madres las entrenan para huir de la muerte y para escapar de aquellos que las convertirían en esclavas.
“El contexto es hostil y está enmarcado en el ámbito de la siembra de maíz y amapola en las montañas, que podría ser cualquier montaña de cualquier pueblo de nuestro país. Su narrativa, sin embargo, ofrece una mirada honesta frente a la violencia del mundo adulto”, comentó la realizadora de origen salvadoreño cuando presentó un adelanto en Los Cabos, en el 2019.
La película, ligeramente inspirada en la novela Ladydi de Jennifer Clement, es la historia de tres amigas que viven en un pequeño poblado en la montaña en medio de un contexto violento. “Es una historia que habla del amor, de la amistad, de la lealtad, pero sobre todo habla de una mirada honesta frente a la violencia y frente al silencio del mundo adulto, creo que esa es la esencia de la película”, comentó Huezo durante la presentación del filme.
“Muestra una realidad que no es nueva. México es un país que ha estado marcado por el saqueo, por la violencia, por la impunidad, y en este territorio donde es muy difícil acceder a la justicia, donde vale todo, donde es fácil desaparecer, donde es fácil matar y no sucede nada, la condición femenina está muy expuesta”, dijo en otro momento a EFE.
Las tres niñas protagonistas de su filme aprenden a sobrevivir y a hacerse invisibles en un pequeño pueblo marcado por los efectos colaterales de la guerra contra el narcotráfico, pero esa vigilancia constante no apaga sus inquietudes.
“Noche de fuego habla de la magia que habita en ese momento de la vida, del juego, de ese mundo que estas pequeñas construyen, que es un refugio impenetrable. Para mí era muy importante que mostrara una mirada más pura, más contestataria, honesta, frente a la violencia, en contrapunto con la inmovilidad y el silencio de los adultos”, añadió.
CINE MEXICANO EN CANNES
En el 2021, Noche de fuego tuvo su estreno en el Festival de Cannes en la sección Una Cierta Mirada, la segunda en importancia del evento fílmico en donde ganó una Mención Especial. ¿Cuál es el mensaje que da la película para la misma industria de nuestro país pensando en el poder y alcance de nuestras historias? Se le preguntó en Crónica Escenario a Tatiana Huezo. nos dio una gran respuesta:
Pienso que el cine mexicano es muy poderoso y muchos no lo ven. Estamos llenos de historias muy impresionantes, muy humanas. En nuestras películas estamos guardando el tiempo que nos tocó vivir, es nuestra memoria e identidad.
Me siento muy orgullosa de haber venido a Cannes con esta película. fue recibida de una manera tan amorosa, el aplauso del día de hoy fue increíble, la sala totalmente llena para más de mil personas. Hemos tenido cualquier cantidad de gente que acabando la función se acercó a nosotros con un interés genuino.
Todos estos días han sido de una enorme expectativa. Siento que el cine mexicano está en el más alto nivel, a la par de cualquier cinematografía exitosa del mundo y sentirme parte de esto me hace sentir muy feliz. También creo que es un momento muy delicado para el cine mexicano y que, estar aquí, en estas ligas mayores a las que nunca pensé llegar, tendría que provocar una mínima consciencia de dónde estamos parados con nuestra cinematografía. De lo mucho que necesitamos que sea valorada y que sea apoyada. No es cualquier cosa llegar con nuestras películas a estos niveles.
Cabe decir, que siento que no es una película de festivales tampoco. Creo que hemos hecho una película que va a tocar a muchos públicos y que este es el primer paso. Creo que va a ser una película que tendrá un impacto fuerte para mucha gente, al mexicano por supuesto, porque es una de sus historias. El cine no puede detenerse, para aquellos que piensan dejar de apoyarlo, sería muy triste retroceder de lo que hemos ganado estos últimos años: El cine mexicano es una producción muy grande, rica y compleja, con tantos cineastas nuevos, cosecha total de nuestras escuelas de cine, a los que no se les puede dar la espalda.
Creo que viene un cambio muy importante, que se está democratizando, pero necesitamos mucho más para que esa democratización pueda llegar a un buen puerto, para que la producción no se detenga y para que esta industria, que apenas está empezando a ser muy sólida, termine de consolidarse.
APUNTES SOBRE LA VIOLENCIA
Este filme está ubicado en las montañas de Guerrero, “un lugar sumamente violento, donde se siembra amapola y hay un tráfico importante de goma de opio para producir heroína”, pero se rodó en la Sierra Gorda de Querétaro por la peligrosidad de ese primer enclave. La realidad, según apunta la directora en Cannes, supera a la ficción.
“Las mujeres en México crecemos con miedo, con miedo de caminar por la calle a ciertas horas de la noche, con miedo de volver a casa después de una fiesta, con miedo a ponerte una falda. Todos los días desaparecen niñas y mujeres”, denunció.
Sobre el mensaje, Celis indicó que el reto fue hacer de Noche de fuego una historia que represente a los mexicanos, pero sin llevar la violencia a grados más altos y explícitos.
“Cómo hacer esta historia que ya hemos visto en los periódicos y en las noticias del país, pero visto desde otra manera, desde la empatía, sin victimizar, hacer una apología de la violencia, hacer algo que nos interese y que no fuera a través de los balazos, de la pornografía y esta parte tan drástica. Tuvimos que conectar con los personajes y las locaciones y que entendiera con la riqueza del lenguaje de Tatiana y esta mirada femenina y delicada”, dijo.
EXPERIENCIAS DE LOS ACTORES
En Crónica Escenario entrevistamos al actor Guillermo Villegas, que interpreta al profesor Leonardo, personaje que apoya a la comunidad de la sierra, que nos contó cómo fue su experiencia de unirse a este drama realista y reflexivo. “Fue difícil en cuanto a las condiciones del terreno, el grabar hasta allá y los traslados, me acuerdo que tuve que ir en dos ocasiones a filmar a la sierra de Querétaro, volvía a regresar a la CDMX para algunos detalles y de nueva cuenta volver, cuando me dijeron que eran 10 horas de camino me sorprendía demasiado, pues me hacía preguntarme qué tan lejos o difícil íbamos a llegar”, dijo.
Trabajar con todo el reparto dentro de su papel fue algo conmovedor. Por ello, Villegas confiesa que al ejercer el rol del profesor ya no solo se limitó a ser un personaje, sino realmente empaparse de ello fuera de cámara. Entre risas, explicó esta anécdota: “De entrada trabajar con niños me encantó porque realmente eran niños que estaban en esa escuela, más allá de las actrices protagónicas había escenas en que yo daba clases a los niños que si iban ahí, y me acuerdo que Tatiana me decía, ‘ahí te los dejo, sé Leonardo, ese maestro que estamos construyendo, que te escuchen y tengan la confianza porque vamos a hacer esto muchas veces’”, recordó el actor.
“Debes saber algo, para nadie que no está en rodaje es divertido, pero grabar cine es realmente muy cansado y me encanta cuando los niños fuera de corte me empiezan a decir: ‘profe, profe déjeme ir al baño’ o corrían conmigo cuando algo pasaba. Recuerdo una niña en particular que era muy inquieta pero me recordaba demasiado a como era yo de pequeño, aunque no se vea en cámara lo que pasaba yo los tengo en mi corazón y trabajar con alguien nuevo siempre es un goce”, mencionó.
Por su parte Mayra Batalla, una de las protagonistas del filme compartió una anécdota que la hizo formar parte del filme con una entrevista que le hizo Tatiana: “A grandes rasgos quería saber de mí, de mi niñez, de mi madre: mi historia de vida básicamente. Mi origen es muy parecido al de Ana, la niña y de Rita, su madre a la que interpreto. En mi caso yo crecí con una madre viuda y sé lo que es hacerte cargo de tus hijos sola, y particularmente en un lugar en el que hay mucha violencia. Sé lo que es que tu madre haga todo lo que está en sus manos para protegerte y a veces no lo logre”, dijo.
“También sé, como niña, estar en este mundo de la fantasía de cuando se es inocente. Me conecté mucho con eso de la historia. Quizás me adelanto pero a veces a los niños parece que se les ve como inválidos o poco inteligentes, como si los niños no tuvieran la capacidad de entender el contexto más rudo que les tocó vivir. Cuando eres niño y te pasan cosas fuertes, crees que la vida es así, pero igual juegas con inocencia. De eso es de lo que hablamos en esa entrevista. Supongo que Tatiana encontró esas conexiones de mi vida con sus personajes”, añadió.
Es difícil imaginarnos que en México se puede crecer sin tener contacto con la violencia, ¿qué piensas de eso?, le preguntamos: “Pensar en la guerra contra el narco es irse a algo muy grande, pero es que en realidad todos desde niños somos testigos de cosas que no debimos haber visto. Yo me pregunto qué es una niñez perfecta. Yo creo que todos estamos al alcance de vivir cosas fuertes que nos marcan la vida y nos definen por muchos años. Las cosas difíciles también son parte de la niñez y hay que aceptarlas”, enfatizó.
MARCADOS POR EL DOLOR
Parece que las grandes películas no pueden estar lejos del dolor, ¿qué piensas de esa reflexión?, le preguntamos a Tatiana Huezo y respondió lo siguiente:
No sé si las grandes películas no pueden estar lejos del dolor, lo único que te puedo decir es que estas son las historias que me mueven las tripas y el tapete, que me quitan el sueño. Cuando leí este libro y vi en sus personajes la posibilidad de seguir explorando mi propia búsqueda.
Tuve la oportunidad de navegar con una enorme libertad creativa y construir las escenas como yo lo proponía. Es decir, no me pidieron hacer una adaptación fiel del libro. De por sí yo no sé hacer encargos, entonces una de las cosas que le dije a Nico (Celis) es que para entrarle a esta historia, a este mundo de la amapola, a este contexto violento que envuelve a la película, es porque tengo muchas ganas de poder investigar, de entender y construir mi propia mirada sobre México y construir a los personajes desde mi propia vida como mamá o como mujer o desde mi propia infancia.
Con todo, es una película de mucha luz y también de sombra. De mucha alegría y también de mucha tristeza. Creo que hay un equilibrio importante en ese sentido. Pero es verdad, el monstruo está ahí, me sigue, no lo he podido dejar y no me ha podido apartar de esos temas. Después de Tempestad yo dije que quería hacer un musical, mi alma quería descansar, porque es doloroso.
Aquí es diferente porque es una ficción, pero yo sí me eché un clavado profundo a cómo miran estas niñas y como ven el mundo, a cómo se dan cuenta de lo que significa ser mujer en un contexto como este, en donde está muy expuesta a la brutalidad la condición femenina. Para poder contar historias muy poderosas hay que mirar hacia adentro, hay que rascar donde duele y caminar con los pies del otro y es algo que he estado haciendo desde hace muchos años con el documental y los personajes que me han permitido entrar a sus vidas para conocer la tragedia que muchas familias, desgraciadamente, viven en México.
No es algo nuevo para mí. Es algo que me sigue cimbrando y que no he podido apartar. Es esta cosa de cómo la violencia marca de forma irreversible la vida de las familias.
Finalmente, cabe destacar que el filme tiene otra sensación más allá de la rabia. Nicolás Celis dijo que la primera vez que la vio le dio la necesidad de abrazar a sus seres queridos y Tatiana Huezo coincidió con él en nuestra charla:
“Siento que Noche de fuego tiene algo muy entrañable, que es el mundo mágico de las niñas. Siento que nos va a hacer mirar hacia atrás, hasta eso que se quedó allá, lo que es irrecuperable en nuestra vida cuando crecemos y nos empezamos a dar cuenta de que el desencanto llega a nuestras vidas”, dijo.
“Es verdad que cuando acaba la película tienes ganas de abrazar a alguien. Para mí fue muy importante centrarme en construir a personajes femeninos con muchos claroscuros, mujeres complejas, mujeres reales. Me propuse huir de los clichés femeninos, de definir a los personajes totalitariamente o empobrecerlos”, continuó.
“Creo que si hay una de las cosas de las que me siento orgullosa es la construcción de personajes de estas pequeñas, que son personajes contestatarios: son niñas que cuestionan el mundo, que cuestionan a sus madres, que tienen un aspecto crítico en la escuela rural del pueblo. Me siento muy contenta en este sentido”, concluyó.
NOMINACIONES AL ARIEL: 18
Mejor Película
Mejor Dirección: Tatiana Huezo
Mejor Actriz: Ana Cristina Ordóñez
Mejor revelación Actoral: Alejandra Camacho y Giselle Barrera
Mejor Fotografía: Dariela Ludlow
Mejor Edición: Miguel Schverdfinger
Mejores Efectos Visuales: Miguel de Hoyos
Mejor Diseño de Arte: Óscar Tello
Mejor Guion Adaptado: Tatiana Huezo
Mejor Maquillaje: Roberto Ortíz y Ana Flores
Mejor Vestuario: Úrsula Schneider
Mejor Sonido: Lena Esquenazi (diseño sonoro), Federigo G. Jordan (sonido directo), Paulo Gama (mezcla de sonido)
Mejor Música Original: Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman
Mejor Coactuación Masculina: Memo Villegas
Mejor Coactuación Femenina: Eileen Yáñez, Mayra Batalla y Norma Pablo
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
Festival de Cannes 2021: Mención Especial del Jurado en la sección Una Cierta Mirada
Festival de San Sebastián: Premio Horizontes
Premios DGA (Directores de Hollywood): Tatiana Huezo nominada a Mejor Dirección Novel
Satellite Awards: Nominada a Mejor Película de Habla no Inglesa
Representó a México en los Oscar 2022
Representará a México en los Goya 2023
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