Escenario

‘Problemista’: Una amistad para vencer a los fantasmas de la soledad

CORTE Y QUEDA. La ópera prima de Julio Torres, guionista, cómico y actor salvadoreño, se perfila como uno de los filmes más interesantes del año

La mujer de la foto
Fotograma de 'Problemista'. Fotograma de 'Problemista'. (CORTESIA)

Julio Torres es un guionista, cómico y actor salvadoreño que hizo sus pininos creando sketches para el popular y longevo programa de Saturday Night Live. A partir de su salida de este show televisivo, ha explotado su creatividad y humor particular con proyectos para HBO como Los Spooky's (2019-2022), una comedia bastante extravagante, así como Fantasmas (2023), un surrealista viaje en busca de un arete de ostra de oro. Esas peculiaridades en su sentido del humor y la forma en que el artista ve el mundo están presentes en su ambiciosa ópera prima, Problemista.

El debut detrás de cámara de Torres está lleno de todas las características típicas de su visión mientras cuenta la historia de Alejandro (el mismo Julio) que llega a Nueva York en busca de conseguir su sueño y poder darle rienda suelta a la extrema creatividad que tiene en su mente. Todo ello a través de un cuento de hadas cargado de mensajes como el aprender a crecer y convertirse en adulto, una crítica social a la cuestión social de los migrantes en Estados Unidos, pero sobre todo una oda a la complicada mente de aquellos genios creativos que aprenden a domar sus crisis y monstruos para convertirse en lo que son.

Torres le imprime a Alejandro y su travesía un sentido de semi autobiografía a través de este alter ego que busca cumplir su sueño lejos de casa pero descubre que no es tan sencillo como creía. Su inocencia y peculiar mirada de la vida lo mantiene a flote hasta que enfrenta una crisis en la que dependerá de alguien más su destino. Lamentablemente para él, esa persona es la arrogante Elizabeth (Tilda Swinton), una mujer que busca mantener el legado de su esposo pintor (RZA) que vive en un estado de criogenia hasta nuevo aviso. Su demandante y gritona persona promete al chico latino que si la ayuda a cumplir su cometido, le ayudará para conseguir su visa de trabajo.

En medio de todo ese embrollo y el choque entre personalidades totalmente opuestas, simbolizadas de maravilla por Torres en una relación de monstruo con su presa dentro de una cueva sin salida, revelación que tuvo entre sueños alguna vez, alimenta a Problemista de sus mejores momentos. La dupla del salvadoreño y la británica ofrece los momentos más alocadamente mágicos en un relato que, por momentos, se dispersa en sus temas, algo que parece ser característico del humor y mirada del artista salvadoreño.

Existe un tono de tragicomedia que va entre lo colorido, lo surreal e imaginativo con un montón de ideas en el relato que lo vuelven impredecible pero a la vez difuso, como una obra de arte incomprensible que deconstruye el usual viaje del héroe en medio de una fábula que juega constantemente con las expectativas del público mientras comprendemos poco a poco no sólo la crisis creativa, migrante y de vida de Alejandro, sino que va desarrollando un sentido de empatía hacia aquellas personas solitarias que, por su rarez o exigencia, suelen ser rechazadas en un mundo pesimista donde no hay lugar para los sueños.

Una de las ventajas que tiene Problemista es que, a pesar de pecar de una narrativa ambiciosa que no cierra todas sus líneas argumentales, se siente honesta y realista, casi como una catarsis por parte del salvadoreño, que dirige, escribe y actúa en la cinta.

Su navegación a través de una ciudad voraz como Nueva York le propina reveses duros mientras comprende que, aunque una idea es capaz de transformar una realidad, la sociedad puede ser malvada ante aquellos soñadores y su sensibilidad de transformar el mundo. Eso provoca un dilema introspectivo que detona en cuestionar el peso de la creatividad y las limitaciones que uno debe encontrar para salir adelante, incluso si caes en el abismo oscuro de Craigslist.

Como buen cuento, la voz en off de Isabella Rossellini añade ese toque mágico a esta crónica de la conquista del sueño americano para convertirlo en un cuento sobre la convicción de perseguir lo que te apasiona, incluso si aparecen aparentes brujas en el camino. Esto, sumado a un diseño de producción interesante por parte de Katie Byron (No te preocupes cariño, 2022) que le añade colores a un mundo parco, así como la fotografía de Fredrik Wenzel (Fuerza Mayo, 2014; The Square, 2017) que ahonda entre lo iluminado de Alejandro y lo oscuro de los retos que encara a su paso, que le añaden esa índole de realidad distorsionada que funciona en el universo de la cinta.

Así, Problemista resulta en un ejercicio bastante propositivo que se siente a todas luces como una extensión del genio creativo de Julio Torres y sus monstruos, donde la seriedad de ciertos temas como la complejidad del sistema para conseguir una VISA o el complejo arte de la creatividad contra la realidad y la pérdida frente a la esperanza dotan de una profundidad dispersa pero interesante que resulta no sólo visualmente atractiva sino inteligente con el único pecado de no contar con una narrativa singular, algo que añade ramificaciones que alejan pero alimentan el trasfondo fantástico de una intensa amistad llena de duras verdades que encuentran consuelo en los monstruos creativos del arte y de los sueños, venciendo a su paso los fantasmas de la soledad.

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