Escenario

‘El proceso de Cristo’: Percepciones humanas más que hechos

ESPECIAL TERCERA PARTE. La investigadora de cine mexicano Daniela Muñoz comparte su investigación de seis películas en torno a la Semana Santa en la filmografía nacional, la tercera, el filme de Julio Bracho de 1965

Jesucristo Superstar
Fotograma de ‘El proceso de Cristo’. Fotograma de ‘El proceso de Cristo’. (ESPECIAL)

El culteranismo literario y cinematográfico de Julio Bracho fue una característica en su quehacer profesional que no lo abandonó jamás -afortunadamente- ni siquiera al haber entrado en la enorme industria del cine mexicano, que en la época posrevolucionaria pecaba de alardear de triunfalismos que enaltecían los supuestos beneficios nacionales que trajo como resultado la lucha armada, y que comenzarían a ser tema reiterativo en el cine mexicano (la honrosa excepción fue, obviamente, Fernando De Fuentes).

Habiendo sido fundador del Teatro Orientación junto con Celestino Gorostiza y Xavier Villaurrutia, coto de donde emergieron histriones de gran talla como Isabela Corona, Carlos López Moctezuma, María Douglas o la propia hermana del director, Guadalupe Bracho (cuyo nombre artístico iba a ser después Andrea Palma), el originario de Durango siempre estuvo comprometido con una búsqueda formal que le permitiera destacarse de la masa de directores que habían logrado instalarse en un estilo característico, agotando sus propios mitos.

Bracho, a diferencia de ellos, no encontró gran unidad temática en su producción fílmica, pero a cambio logró dotar a sus cintas de un cariz de modernidad academicista muy interesante, que contempló desde temas como la nostalgia porfiriana, (¡Ay qué tiempos, señor Don Simón!, 1941) pasando por la exploración del noir crepuscular en una cinta estupenda como es Distinto amanecer (1943), y encontrando el punto más elevado de su factura como realizador en la valentísima crítica a los poderes fácticos posrevolucionarios en La sombra del caudillo (1960).

De este modo, Bracho encuentra también un camino alterno en la realización de El proceso de Cristo, donde la intervención de un guapísimo Enrique Rocha como Jesús, suspendería la ‘tradición’ de elegir intérpretes hispanos para representar al Redentor.

Rocha, en ese entonces un joven actor ya con bastantes tablas teatrales que había sido poco menos que el campeón de los Hamlets, había debutado ese mismo 1965 como protagonista del mediometraje Una alma pura (Juan Ibáñez, 1965) basado en el argumento original de Carlos Fuentes; producción que junto con Tajimara (Juan José Gurrola, 1965, cuento original de Juan García Ponce), compondrían la cinta Los bienamados, ganadora junto con Amor, amor, amor (de la que al principio ambos formaron parte) del tercer lugar en aquel histórico Primer Concurso de Cine Experimental del mismo 1965.

A diferencia de otras cintas que abordan la Pasión y muerte del Rey de los Judíos en forma lineal, el filme de Bracho hace una interesante retrospectiva de la vida del nazareno a 27 años de su crucifixión, a través de los relatos personales de los demás protagonistas de la cinta, cuyas visiones del señero evento difieren enormemente unas de otras, ofreciendo al espectador percepciones humanas más que hechos históricamente precisos, con respecto a las acciones que precipitaron la muerte de Jesús.

La historia es la siguiente: Como producto del azar, Simón Pedro (Víctor Alcocer) vuelve a Roma y se topa con la morada de Pilatos (Julián Soler), quien durante todo este tiempo ha vivido presa de la angustia dada su inacción y tibieza en la sentencia del galileo. Pilatos comparte la vida con su mujer, Claudia (María Teresa Rivas), quien después de años levanta la voz y reclama a su marido su indecisión, confesando que ella siempre recibió pruebas irrefutables de los milagros realizados por Cristo.

Una vez que han reconocido a Pedro y lo hacen pasar a su casa, el recuento de los flashbacks comienza, contribuyendo a todos ellos también el relato de Barrabás (Wolf Ruvinskis), el antiguo ladrón que lideró la rebelión contra Roma, ya convertido en ciudadano reformado. 

Finalmente un experimentado Germán Robles ejecutaría el papel de Caifás, el malévolo líder de los pontífices del Sanedrín y principal instigador del proceso en contra del hijo del Hombre. Completa el elenco la bella Maura Monti en el papel doliente de María Magdalena. La historia se cuenta en cuatro episodios: El proceso de Cristo; El remordimiento; Cristo y la mujer y La sentencia.

EL DATO: Se sabe que el productor de la cinta, Blas López Fandos, inicialmente gerente distribuidor y director de la compañía Películas Nacionales, incursionó en la producción de filmes justamente con esta cinta, y contó con los recursos suficientes para hacer de El proceso de Cristo una película atrayente e interesante por su abordaje del melodrama cristiano. Es bien sabido que envió en viaje de investigación a Julio Bracho a Tierra Santa, con la finalidad de que el director se ‘empapara’ del ambiente histórico de la vida y milagros de Cristo, para así consignarlos lo más fielmente posible en la cinta.

* Este texto está basado en el artículo 'Cinco cintas mexicanas para ver en Semana Santa' registrado en o SOGEM-INDAUTOR, 2024

Es graduada de la Licenciatura en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Es Maestra en Ciencias Antropológicas y actualmente Doctorante en la misma especialidad por la propia ENAH, siendo sus líneas de investigación Teoría, critica y análisis cinematográfico del Cine mexicano, así como contenidos digitales y medios audiovisuales.

Posee una Especialidad en Estudios de la Frontera México-Estados Unidos por el Colegio de la Frontera Norte (COLEF), especializándose en Narcocultura y contenidos simbólicos en la esfera mediática. Como Docente de Español como Segunda Lengua (ENALLT-CEPE, UNAM) ha podido desempeñarse como promotora de la cultura mexicana también fuera de nuestro país. 

Colaboró en la muestra museográfica Heritage Middle East, realizada en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, en 2019. Ha sido profesora de Historia de Mexico, Contemporánea y Universal a nivel bachillerato, así como de Humanística, Relaciones Bilaterales y Cine Mexicano a nivel licenciatura. Colabora actualmente en diversos proyectos de gestión, promoción y difusión del Cine Mexicano en sus diversas épocas y géneros, impulsados por el STPC- Estudios Churubusco.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México