Quebecine es una organización sin fines de lucro que se dedica a la difusión del cine de autor quebequense en América Latina. En México se ha presentado esta muestra desde hace algunos años, así llega en este 2022 a su séptima edición, después de una pausa de dos años provocada por la pandemia de COVID, con la exhibición de 10 trabajos, cinco de ellos Opera Prima, esbozo de un retrato sensible del Quebec de hoy.
En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con la directora de Quebecine, Caroline Galipeau, así como con dos de las directoras invitadas, Catherine Therrien y Geneviève Albert.
Caroline tu primera visita a Quebecine fue como productora con Claire l'hiver (Clara en Invierno), ¿cómo ves Quebecine pasando por esa experiencia y teniendo ahora esta responsabilidad como directora del mismo con las nuevas generaciones que vienen?
CAROLINE GALIPEAU: Yo vine en 2018 con esa cinta, vine con la directora Sophie Bédard Marcotte, el público la recibió muy bien y fue programada en la Cineteca Nacional después por seis semanas, hicimos más en la taquilla de la Cineteca que en Quebec, eso me emocionó mucho. En 2020 ,L.A. Tea Time de la misma directora también fue seleccionado pero por fechas no pudimos venir, y ahora, el ser la directora general del evento, es un orgullo para mí, recuerdo que cómo productora estaba muy impresionada por la bienvenida que nos dieron, por la respuesta del público, 200 personas en promedio por función, lo que para los creadores es una felicidad, entonces para mí es un honor y un poco de presión por seguir con ese mismo enfoque y darles esa experiencia a los directores y directoras que nos visitan, así como el seguir con esa misión de crear puentes culturales entre México y Quebec.
Algo muy llamativo de Quebecine es que pueden traer cine muy artístico como algo muy comercial, lo que habla de la gran variedad de cine se produce en Quebec, ¿cómo se hace la curaduría del evento?
CG: Para programar este evento vimos este año cerca de 80 películas y, la verdad, elegimos las películas que nos gustan más. No es cómo que tenemos que tener documental, animación y ficción de forma obligatoria, sólo depende de lo que nos gusta, pero este año tenemos una animación, un documental, ocho ficciones que juegan con las formas, lo que les hace un poco híbridas. Claro que hay debates entre los programadores, yo lo hago con el fundador de Quebecine, Jean-Sébastien Durocher, las vemos y hablamos de ellas, y poco a poco vemos los temas comunes que emergen de la producción anual en Quebec. Este año podemos ver que hay muchas voces nuevas, voces rebeldes a veces, que quieren hablar de los temas de una forma diferente, temas delicados como en la película Noémie dice que sí (Noémie dit oui) o Una Revisión (Une revisión), por eso es importante invitar a los directores para hablar de esos temas, el cine es más que 90 minutos frente a la pantalla, son las discusiones que siguen.
Catherine, Una Revisión habla de algo que no vemos mucho, la visión de una chica musulmana en Quebec, ¿cómo surgió la inquietud de esta cuestión?
CATHERINE THERRIEN: Una Revisión tuvo un presupuesto muy reducido, por lo que me conmueve mucho llegar al mercado internacional, que llegue a Quebecine, los temas son fuertes y realmente creo en mi película. Sobre los obstáculos y desafíos que hay en el sistema educativo creo que es algo que sucede de forma general en el mundo. En Quebec se instrumentaliza a las minorías, por eso quería hacer esta película con ese personaje principal, que es una chica que pierde el control de su lucha y que tenía una relación muy sana con su profesor, antes de que la institución perturbara y creara desorden en ella. Ella era una chica que amaba la filosofía, sus estudios, que no tenía miedo de tomar la palabra y que era escuchada por su maestro, en lugar de callar y plegarse a las reglas. Muchas familias musulmanas que han visto la película, tanto en Quebec como en Francia, nos han agradecido que hayamos puesto en escena un personaje inteligente, de mente viva, que se puede convertir en un emblema de la integración dentro del sistema educativo. Creo que eso es algo poco común.
Geneviève, un tema complicado, crudo, sobre todo por la edad de la protagonista, a esa edad ¿Noémie puede decir en verdad que sí’?
GENEVIEVE ALBERT: De hecho, esa es la pregunta central de la película Noémie dice que sí. Entre los argumentos que esgrimen en defensa de la prostitución y la justifican, está el argumento según el cual cuando una mujer dice que sí, todo está resuelto y ya no se puede decir nada, pero yo creo que el consentimiento es algo complejo, hay que poner en cuestionamiento el sí, puede ser un sí declarado pero puede ser el resultado de tener que ceder ante una situación o una manipulación, puede ser un sí como resultado de una vida fragilizada por situaciones difíciles, económicas o familiares, del tipo que sea,. Y si, en mi película Noémie dice que sí, pero eso es lo que quiero que reflexionen los espectadores, sí, ella dijo que sí, pero ¿qué más? ¿Es suficiente para que esto nos haga sentido y tenga un valor?
Actualmente el cine realizado por mujeres aborda temas que los directores masculinos no se atreven a abordar de esas formas, ¿a qué se han enfrentado ustedes, en su país, para poder realizar este tipo de cine?
G.A.: Mi película fue bien recibida en Quebec y recibí muchos testimonios, muy conmovedores, de parte de personas que tienen alguna vivencia relacionada con la prostitución, a ellas les conmovió ver en la pantalla algo que fuera realista y que tenia que ver con lo que vivieron. Ahora también hay dificultades con respecto a la libertad de expresión, pero por parte del gobierno no tuve ningún impedimento, nadie puso obstáculos para el financiamiento debido al tema, en Quebec es la primera vez que se muestra el tema en pantalla de una forma tan cruda pero que no sexualiza a las mujeres, que no habla de una prostitución glamourosa, que no la romantiza, y es cierto que esto crea una onda de choque en el público.
C.T.: Respecto a los temas que abordan las mujeres contra los que abordan los hombres, creo que la política de paridad permite que las mujeres se expresen sin la presión de que tengamos que expresarnos forzosamente de temas considerados femeninos. Considero que es importante dar voz a otras mujeres a través de nuestra propia voz, como en el caso de mi protagonista. Yo como directora de cine soy como una directora de orquesta, quien permite una comunicación entre la película y el exterior. Tampoco viví ningún tipo de sabotaje ni obstáculos, pero si sentí que me cuestionaban cosas como el “¿por qué pusiste un maestro y no una maestra?” y yo creo que, aunque sea una mujer no hace eso que forzosamente todos mis personajes debían ser mujeres. Esa fue la única cosa extraña que viví. Creo que es importante multiplicar las miradas femeninas en torno a todas las cuestiones álgidas de la sociedad.
Caroline, a nivel programación, ¿hay una tendencia en temáticas sobre apertura en ciertos temas?
C.G.: Yo diría hay una liberación formal en las películas de Quebec, en la manera de grabar, de contar las historias, por ejemplo estoy pensando en la cinta Esta Casa (Cette Maison) de Miryam Charles, inspirada en el asesinato de su prima en los Estados Unidos y como ella nunca pudo superarlo porque nunca supieron que paso exactamente, entonces en esta película ella imagino el regreso de su prima y el encuentro con su madre, muchos años después, como si nada hubiera pasado, haciendo una ficción con toques de fantasía, inspirada en hechos reales. Hay mucha experimentación formal, como en Sueños y Radio (Le rêve et la radio) de Renaud Després-Larose y Ana Tapia Rousiouk, la cual fue grabada a la luz de la vela, que usaron archivos personales. Se ve que hay un deseo de experimentar, de salir de los caminos habituales,
Hace algunos años se hablaba mucho de las particularidades del acente québécois, que hacía a mucha gente le costará mucho trabajo entenderle, obvio en México no tenemos esta cuestión, aunque sí nos seduce el sonido, para Quebecine ¿qué tan importante es esa cuestión que les identifica y diferencia, aún en Canadá?
C.G.: Quebec y Nuevo Brunswick son las únicas provincias donde el francés es el idioma oficial, en el resto de Canadá es inglés, y sí, estamos muy orgullosos, somos ocho millones dentro de los 40 millones que viven en Canadá, y para nosotros es muy importante el defenderlo, guardarlo nuestro acento, que no es el de Francia, y le agradecemos a la Cineteca aceptarlo y estar de acuerdo con ello y dejarnos presentar las películas en idioma original, francés de Quebec, subtitulado en español.
G.A.: Quebec es una provincia rodeada de una lengua dominante que es el inglés, y para nosotras, como cineastas, hacer una película en francés es un gesto político para la supervivencia de nuestra cultura. Para nosotros es fundamental el poder expresarnos en francés con nuestro acento quebequense, bueno, todo mundo tiene un acento cuando un extranjero lo escucha, nos dicen “que bonito acento quebequense” pero yo podría decir lo mismo de los franceses. Para nosotros es un acto político el expresarnos en francés.
Caroline, ¿te gustaría llevar cine mexicano a Quebec?
C.G.: La misión de Quebecine es crear puentes entre las culturas de Quebec y México, vamos trabajando en esa dirección. Tenemos la idea de hacer laboratorios creativos entre quebequenses y mexicanos para que se conozca más gente, de hecho, empezamos este año con el circuito pro, donde vienen profesionales de Quebec a conocer a los de México, productores, distribuidores, comisionados fílmicos, con la idea de crear oportunidades y nuevas colaboraciones, quizá haya mexicanos que vayan a filmar a Quebec o, al revés. Creemos que es el principio de una gran colaboración.
Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .