Escenario

Radwimps ofrece una velada de bellos momentos en el Pepsi Center

COBERTURA. El trío japonés complació a sus fanáticos mexicanos con un concierto lleno de éxitos incluidos sus temas para Your name o Weathering with you

Concierto de música en vivo
Radwimps en el Pepsi Center. Radwimps en el Pepsi Center. (OCESA/Liliana Estrada)

Hay veces que el idioma puede sembrar ciertas barreras para entender, sentir o transmitir algo. Afortunadamente, a través del poder de la música, en este caso el j-rock, las fronteras entre Japón y México han sido rotas para cambiarlas por un lazo rojo capaz de unir destinos a base del poder que un trío de “debiluchos radicales” conocidos como Radwimps muestra cada vez que pisa el escenario.

Después de una exitosa presentación el año pasado en el Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes, los nipones decidieron regresar ahora con su gira The way you yawn and the outcry of peace cumpliendo a sus fans la promesa hecha esa velada. Ahora, con el Pepsi Center WTC como escenario repleto de buena vibra, familias, parejas y amantes del ánime que venían dispuestos a cerrar su velada geek después del primer día en La Mole al costado del recinto.

Fue en punto de las 9:10 pm del pasado viernes que salen a escena Yusuke Takeda, bajista; Akira Kuwahara, guitarra líder y Yojiro Noda, vocalista, rodeados de un escenario luciendo colores azules con morado mientras una intro con sintetizadores sonaba hasta que una luz blanca iluminó a los músicos para dar entrada a “Ningen Gokko”, sorpresivo tema que tocaron por primera vez en vivo en un tour, seguido de la popular “Zenzensense”, comenzando a recordar sus colaboraciones con Makoto Shinkai que les abrieron las puertas al mundo.

Los aplausos, las palmas y la emoción fueron la constante mientras asistentes de todo tipo, incluyendo a actores como Taz Skylar e Iñaki Godoy que rondaban en la zona VIP, disfrutaban las poderosas melodías de la agrupación japonesa mientras los temas de las cintas de anime en las que han colaborado sonaban fuerte, mostrando que el lazo del destino que une a los fans mexicanos con Radwimps es tan fuerte que se transmite. Tanta era la emoción que su vocalista, vestido con playera blanca y pantalones negros, no dudó en mostrar la tremenda gratitud que Radwimps le tiene al público nacional.

“Estamos muy felices de estar de vuelta, ¿están listos?”, gritaba conmovido ante el calor del coro unísono de los presentes: “Radwimps, Radwimps”. Entre jóvenes vestidas de colegialas japonesas emulando a los personajes de Your name o Weathering with you, cintas de las que ha creado sus respectivas bandas sonoras, así como de una gran cantidad de comunidad asiática, la fiesta de los rockeros siguió mostrando la capacidad que tienen de ir de los guitarrazos a las baladas, provocando una oleada de sentimientos más allá de las letras.

“Ustedes son la mejor audiencia de este mundo, estamos agradecidos de que se hayan topado con nuestra música”, decía nuevamente en inglés Yoda, mientras las primeras notas de Suzume hacían vibrar el recinto mientras la cantante Toaka, invitada especial de Radwimps, llegaba para acompañar en la parte lírica, generando una de los momentos más memorables de la noche con todas las luces de los celulares acompañando el tema para continuar con “Ai ni Dekiru koto wa Mada Arukai”, otra gran sorpresa pues el ahora trío no la tocaba desde 2019.

“Qué onda México, es alegre estar de vuelta aquí”, dijo ahora el bajista en español. “Estoy feliz de tocar en este escenario, esta noche desde mi alma toco este bajo”, afirmó ante la locura de todos los presentes en el Pepsi Center. Luego, Akira tomó su turno al micrófono. “¿Están pasándola chevere? Yo también la estoy pasando súper. Quédense y disfruten con nosotros hasta el final”, declaraba mientras la respuesta de una audiencia entregada entonaba “DADA” mientras el vocalista presumía un Dr. Simi que alcanzaron a lanzarles. El ritmo no bajaba con “Oshakashama”, donde las luces rojas y las animaciones en la pantalla detrás de ellos complementaba la experiencia de Radwimps.

Ante un cambio de vestuario de Yojiro, que ahora lucía una playera sin mangas negra y una guitarra roja, el alocado ritmo de un duelo de solos espectacular que recordaba la esencia del rock puro, la calma llegaba con otro gran viaje al pasado de los nipones cuando “Sanbyoushi”, tema que no sonaba desde el lejano 2008, se dejaba sentir en acústico, mostrando que Radwimps sabía consentir a sus fanáticos y ellos corresponden ese amor con sus celulares.

Pero fue al volver a recordar esa memorable cinta de Shinkai con la que alcanzaron la fama en 2016, Your name, que Radwimps causó gritos y llanto al interpretar “Katawarwdoki” seguida del bello tema “Sparkle”, la canción más coreada de la noche y prueba de que el idioma no importa cuando la música, el corazón y el hilo rojo del destino es tan fuerte como los lazos humanos y los puentes que se tienden a través de la cultura.

Lamentablemente, este grito de paz estaba por llegar a su fin, pero Radwimps no dejaría pasar la vibra común entre ellos y su público, por lo que al cantar “Iin desu ka”, el bajista comenzó a guiar las palmas de todos que comenzaron a seguirle mientras el coro nuevamente unía a todos, desde aquel recoveco en Tokio, Japón del que vienen hasta la calle de Dakota en la colonia Nápoles, ofreciendo una reverencia de agradecimiento al terminar “Summer Daze” y una breve despedida. Pero aún había un par de regalos más de los nipones para México.

Con todas las luces del escenario prendidas apuntando al público y gritando “¡Viva México!”, Radwimps se tomaba una foto del recuerdo para tocar una versión rockera del “Cielito lindo” mientras el verde, blanco y rojo de la bandera onceava en las luces y en una bandera que el público regaló a la banda, mientras el hermoso “Canta y no llores” hacía retumbar los corazones de todos como introducción del final de una velada con Nademonaiya de marco mientras el trío prometía que “esta noche vamos a brindar con tequila”, además de, nuevamente, prometer que Radwimps volverá a México en algún momento.

Así fue que un completamente lleno Pepsi Center se enamoró aún más de aquellos “debiluchos radicales” de Radwimps, aquellos que a base de brincos, rock y locura, de duelos de bajos, guitarras y dos baterías, así como de baladas dolorosas y bellos momentos que resaltan la importancia del ánime en México, dijo adiós a una velada familiar, ñoña y linda donde el país del sol naciente se robó el corazón del ombligo del mundo.

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