Además de entretener y entregar espectáculos visuales dignos de ver en la pantalla grande, el cine de ciencia ficción a lo largo de los años ha funcionado como herramienta para abordar diversos temas de importancia para la sociedad y en una época en la que la novedad es el uso de la inteligencia artificial en diferentes áreas, era obvio que en algún momento llegaría una película que trataría el tema de la IA de algún modo que invitara a reflexionar acerca de la misma; esa cinta es Resistencia (The Creator).
John David Washington y Madeleine Yuna Voyles protagonizan la historia de un exagente de fuerzas especiales que después de perderlo todo, es buscado para cumplir con una importante misión que, además de garantizar el bienestar de la humanidad, podría devolverle a alguien que perdió. En el proceso, nuestro héroe conoce a una niña muy especial cuya existencia podría cambiar muchas cosas en medio de la guerra entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial.
La trama se sostiene principalmente en la emotiva relación que surge de forma inesperada entre un hombre roto y dispuesto a hacer lo que sea con tal de recuperar a la persona más amaba, y una niña que podría cambiar el curso de una guerra a pesar de no entender muchas de las cosas que pasan a su alrededor; ambos se ayudan y se complementan, ofreciendo entre ellos una visión más completa de su entorno y sobre lo que pueden hacer no solo para determinar sus futuros, sino también los futuros de los bandos a los que en apariencia representan.
Con una historia original que ofrece una visión turbia sobre la inteligencia artificial mientras que reflexiona acerca del uso desmedido de la tecnología, las razones que llevan a una guerra, la intolerancia ante quienes lucen diferentes, la lucha por prevalecer ante la inminente extinción y lo que significa realmente ser humano; esta película deja mucho en lo cual pensar y va más allá de ser un mero producto de entretenimiento.
Pero, al mismo tiempo que resulta profunda y reflexiva, tal como ha pasado con muchas producciones de ciencia ficción anteriores, esta cinta también es atrapante gracias a su vistoso espectáculo audiovisual, sostenido en un sonido envolvente que complementa perfectamente a geniales efectos visuales y a un adecuado uso de la CGI para crear personajes, escenarios y vehículos futuristas que resultan creíbles. Se trata de un filme que entretiene al mismo tiempo que te invita a pensar.
En su regreso a la pantalla grande, el director Gareth Edwards muestra una vez el talento que tiene para contar historias de ciencia ficción que aportan algo más que solo un increíble show visual, de la misma forma que ya lo hizo con Monsters (2010), Godzilla (2014) y Rogue One: una historia de Star Wars (2016). En esta ocasión el cineasta británico, quien también cumple con la labor de guionista, entrega un relato retrofuturista en apariencia y esencia con fascinantes elementos tanto narrativos como visuales que como espectadores nos colocan frente a dilemas morales e intelectuales relacionados directamente al uso de la inteligencia artificial, un tema más que actual que ya es parte de nuestro día a día.
Resistencia tiene todo lo necesario para ser la mejor película de ciencia ficción de este año, lo cual podrán comprobar a partir del 28 de septiembre, cuando llegó a las salas de cine.
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