Escenario

Rodrigo Murray conecta en el teatro con Da Vinci desde “el deseo de permanecer, triunfar e inmortalizarse”

ENTREVISTA. El actor presenta Leonardo en el Teatro Milán, un exitoso monólogo que llevará a Nueva York en los siguientes meses

artes escénicas

Imagen de la obra 'Leonardo'.

Imagen de la obra 'Leonardo'.

CORTESIA

Tras una exitosa gira por teatros de la Ciudad de México y del interior de la República, y preparándose para iniciar en octubre la gira internacional que el actor Rodrigo Murray tiene planificada para presentar Leonardo en Nueva York, este monólogo magistral regresó al Teatro Milán.

Nos lleva de la mano por los recovecos de la vida y obra poco conocida de Leonardo Da Vinci, a través de una exploración sobre su insaciable curiosidad, su pasión por el arte y la ciencia, así como sus luchas internas como artista y ser humano. En entrevista con Crónica Escenario, Rodrigo Murray nos cuenta los detalles de esta puesta en escena.

“Siempre he considerado que el éxito es la consecuencia de tu trabajo, así que estoy contento de poder presentar el monólogo que empecé a escribir hace un poco más de quince años. Este trabajo es uno de los más significativos y especiales que he realizado durante mi carrera”, expresó.

“No menosprecio el resto de mi trabajo, pero particularmente este proyecto tiene muchas horas de dedicación, una investigación profunda sobre Leonardo, y una escenografía diseñada por mi amigo, socio y sensei, Sebastián, junto con la música de Luis Ernesto Martínez, un músico extraordinario que, entre otras cosas, es el bajista de La Gusana Ciega”, agregó.

Llevar la vida de Da Vinci de esta manera conlleva muchos retos: “Podría decirte que el primer trabajo que hice fue muy académico, lleno de datos, fechas y nombres. La verdad es que eso no es lo que me gusta ver en el teatro, a mí me gusta ver el espectáculo que construí, un espectáculo juguetón donde la gente participa y no sabes bien si estás en la realidad o en la ficción, porque la vida misma es así”, explicó.

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Rodrigo Murray en 'Leonardo'

“Si tuviera que poner un símil, imitaría a Calderón de la Barca. Obviamente, no me pondría a la altura de semejante dramaturgo, pero creo que el texto juega un poco con la realidad y la ficción, de manera que no sabes muy bien dónde empieza y dónde termina”, añadió el actor.

Además, durante el proceso, el actor descubrió que Leonardo era un gran aficionado y amante del teatro. Fue entonces cuando surgió la idea de poner en marcha este monólogo. “Esta obra está basada en mis conocimientos adquiridos a lo largo de la universidad. Doy clases en la UNAM desde hace una década y creo que lo que he aprendido en la escuela, tanto como alumno como profesor, me ha permitido comprender mejor estas constantes humanas de las que hablé”, mencionó.

“Un tema como Leonardo, que claramente es universal, nos fascina a todos porque la inventiva y la imaginación no son exclusivas de una clase social o de un credo. La imaginación apela al espectador de manera universal; el deseo de lo que yo hablo en la obra de teatro, que es el deseo de permanecer, triunfar e inmortalizarse, es un deseo que comparte Leonardo, nosotros hoy en día, el hombre de las cavernas y el hombre que vendrá en el siglo XLVIII”, dijo Murray.

Durante cerca de 75 minutos, el público se sumergirá en una experiencia teatral única que invita a reflexionar sobre la naturaleza del genio, el poder de la creatividad y la búsqueda incesante del conocimiento. Pero, principalmente, permitirá descubrir el lado humano del artista.

“En la investigación que hago sobre Leonardo, hay un momento crucial en el que examinó todos los proyectos que realizó en teatro: escenografías, vestuarios, máscaras. Él fue el inventor del espacio teatral tal como lo conocemos hoy, aunque en su época no existían teatros como los actuales”, describió.

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“Dentro de los palacios, él transformó el mundo del teatro de alguna manera para crear un espacio más onírico. Diseñó poleas para elevar y bajar ángeles voladores en el escenario y creó bocas gigantescas de dragones que lanzaban fuego, lo que hoy podría parecer vanguardista, él lo vivió hace más de 500 años”, continuó.

“En ese momento, me detengo y replanteo todo mi discurso con relación a Leonardo, porque tenemos un punto en común muy fuerte: el amor al teatro. Cuando el teatro es como un padre y te fascina, tanto como hacerlo como espectador, se convierte en un parteaguas en toda la investigación”, complementó.

Ya es parte de la cultura general conocer y hablar de las innovaciones que hizo Leonardo Da Vinci y su influencia en la actualidad, pero detrás de todo lo que conocemos había un hombre en la búsqueda de ser recordado por algo más que eso: “Tengo la sensación de que Leonardo estaba buscando la inmortalidad, no solo en su obra, que perdura hasta hoy, sino en la inmortalidad real”, enfatizó.

“Me refiero a sus estudios de anatomía, botánica, caballos, peces y aves. Todos esos estudios, con sus dibujos, parecen apuntar hacia la búsqueda del secreto de la vida. Y, al entender el secreto de la vida, podrías descifrar el secreto de la muerte. Por lo tanto, creo que Leonardo estaba buscando ser inmortal, pero realmente inmortal, es decir, físicamente inmortal o por lo menos, estaba realizando una búsqueda muy compleja”, sumó.

“Por eso, lo fue todo: urbanista, paleontólogo, ingeniero, filósofo, cocinero, músico, entre otros. Todos los inventos y las investigaciones de Leonardo se deben a una mente voraz por devorar todo el conocimiento y tratar de llegar a lo que sugiero y supongo que es encontrar la fuente de la eterna juventud”, añadió.

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Sobre el objetivo de esta obra, nos comparte lo siguiente: “Eso es parte de lo que exploro en el monólogo, inicialmente quería hacer un monólogo exclusivamente sobre Leonardo, pero al parecerme aburrido y académico, decidí darle un giro. Y ese giro, como bien dices, fue que empecé a escribir sin darme cuenta de que estaba escribiendo sobre mí mismo”, señaló.

No puedo compararme con el genio de Leonardo en absoluto, ni con el de Sebastián. Sin embargo, hay aspectos que nos colocan en la misma circunstancia a los tres que acabo de mencionar: aspectos humanos. Me refiero básicamente a lo que le ocurre a cualquier ser humano, sin importar el color de piel, el estado económico, el estado social al que pertenezca o las creencias”, siguió.

Esa conexión es la que además contribuye a conectar con el público: “Es decir, el hambre, el frío, el amor, la pasión y el sueño no son exclusivos de una clase social. El rey tiene hambre y frío, al igual que el esclavo. Esta perspectiva, entendiendo las constantes humanas, me llevó a reflexionar sobre en qué aspectos soy similar a Leonardo. Y entonces descubrí el fracaso. Creo que el fracaso es el lugar que nos hermana a todos. Tú has fracasado, yo he fracasado, y volveremos a fracasar”, dijo.

A menudo mal entendemos el fracaso como una derrota, cuando en realidad es un aliado que te permite volver a intentarlo. De eso también trata el monólogo. El fracaso debe verse con buenos ojos. La única manera, decía Leonardo, de alcanzar el éxito es a través de una cadena de eslabones fracasados. Entonces, si entendemos que vamos a fracasar para eventualmente alcanzar el éxito, lo vamos a tomar con mucha más amabilidad”, destacó.

“El personaje que interpreto, Rodrigo, es un fracasado. No solo en el ámbito laboral, sino también en el amoroso: su matrimonio está prácticamente en proceso de divorcio, tiene sentimientos encontrados con su hija y ha fracasado con algunos amigos. En fin, el fracaso está presente en todas partes, e insisto en que es la única posibilidad de volver a intentarlo”, añadió el actor.

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A través de la historia de Leonardo y Rodrigo encontramos muchas similitudes en los relatos, el espectador detecta cada uno de los procesos y se vuelve parte de la narrativa ingeniosa de Murray: “Por eso, encontré tres momentos en los que Leonardo fracasó en su vida, y estos tres momentos son los que represento en escena. Son tres períodos distanciados en el tiempo y el espacio, ya que trabajó para diferentes mecenas y cortes”, explicó.

“Estuvo entre Florencia y Milán, trabajando para Ludovico Sforza y para los Médici, especialmente Lorenzo de Médici, y también para los Borgia, en particular César Borgia. Estos tres personajes marcan momentos fundamentales en la vida de Leonardo. En uno de ellos, intentó hacer un caballo de 60 toneladas de bronce para conmemorar la muerte del padre de Ludovico Sforza, proyecto que nunca se llevó a cabo”, mencionó.

“En otro momento, pintó una pared en un convento que hoy conocemos como La Última Cena. Y, veinte años después de haber terminado esa pintura, la pared comenzó a desconcharse y a desmoronarse. Lo que vemos hoy no tiene nada que ver con lo que fue originalmente”, continuó enlistando su obra.

“Y, por último, la Mona Lisa, que sabemos que tampoco es el original, ese famoso cuadro que está en el Louvre. Estos son tres momentos muy importantes y particulares en la vida de Leonardo que considero fracasos, pero que evidentemente le permitieron seguir adelante e intentar otras cosas”, agregó.

Se genera una conversación con el público para que puedan cuestionar lo que vieron en escena. De esta manera, se crea un vínculo que solo es posible a través del teatro. “Compagino estos tres momentos de la vida de Leonardo con otros momentos de la vida de Rodrigo, el actor que quiere hacer un monólogo sobre Leonardo da Vinci. En el monólogo, hago una escena de uno y voy entrelazando las escenas de 1500 con el año 2024 de una manera muy divertida e ingeniosa, llena de momentos de humor”, expresó.

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Imagen de la puesta en escena.

“Leonardo era un hombre con un grandísimo sentido del humor, al igual que yo, que también trato de entender la vida con sentido del humor, sorprende a propios y extraños, entretiene, cuestiona, y me permite platicar con la gente sobre todos estos puntos de igual a igual, sin ponerme en ningún tipo de pedestal después de haber bajado a Leonardo y a Sebastián de sus pedestales. Me acerco nuevamente al público para conversar con ellos sobre lo que les interese”, relató Rodrigo.

“Así, la obra está sazonada con un espíritu mexicano; si pudiéramos llamarlo de alguna manera, es un Leonardo americano, hecho con una escultura de un escultor de Chihuahua, con un actor de México, en un teatro que hoy se llama Milán. Entendemos que el mundo de hoy es un pañuelo pequeño; muchos de los códigos de los que hablamos pertenecen a la humanidad en general y no solo a una región. Por eso considero que Leonardo debe ser visto en muchos escenarios del mundo”, concluye.

Leonardo estrenó temporada el 29 de julio, y estará todos los lunes de agosto y el 9 de septiembre a las 20:30 horas en el Teatro Milán.