Escenario

‘Rojo profundo’: El giallo en su mejor expresión

CORTE Y QUEDA CLASSICS. La obra maestra de Dario Argento inaugura en Crónica Escenario una sección que nos permitirá hablar de los grandes filmes de la historia del séptimo arte

"La muerte acecha en la oscuridad"
El filme puede verse en la Cineteca Nacional. El filme puede verse en la Cineteca Nacional. (ESPECIAL)

En 1975 se estrenó la quinta cinta de Dario Argento, Rojo profundo (Profondo rosso), la cual seguía la veta del llamado cine giallo que el director exploraba en esos años, creando en esta ocasión su primera obra maestra del género, al lograr combinar una trama detectivesca con el gore e inquietudes psicológicas del género. La influencia de este trabajo llega a la actualidad, con diversas películas que de forma directa o indirecta le rinden homenajes.

Para comprender su impacto es necesario definir lo que es el llamado “giallo”, el cual viene de la literatura y es el equivalente italiano de los “pulps” norteamericanos, publicaciones de escasa calidad, tanto literaria como de papel, que mostraban historias de detectives aderezadas con mucha sangre e insinuaciones sexuales, en el caso de Italia, Il Giallo Mondadori era la más popular y sus portadas tenían un llamativo color amarillo (giallo) que les distinguía. Al pasar el término al cine se hace referencia a películas donde hay un asesino en serie, en la mayoría de los casos, vestido de gabardina y guantes negros, que iba eliminando a los que se interponían en su camino.

Rojo profundo nos narra los esfuerzos del jazzista Marcus Daly por resolver el asesinato la médium Helga, de la cual fue un testigo involuntario y que comienza un juego de gato contra el ratón con el asesino. Durante el transcurso de la investigación, más asesinatos se van desarrollando mientras él intenta recordar una pintura que falta de la escena del crimen, la cual podría darle la clave para solucionar todo.

Dario Argento con esta cinta crea la obra maestra del género y a la par da el paso necesitaba en su carrera para incursionar en el cine de fantasía, de terror, llevando las reglas del género a sus límites y expandiéndose. El primer rompimiento hace con sus anteriores gialli es en el título, originalmente se iba a llamar La tigre dai denti a sciabola (El tigre dientes de sable) pero al proliferar muchos títulos del género que hacían referencia a algún animal, decidió ir por otra dirección. Además, el incursionar en el terreno de la fantasía le llevaría a realizar sus mejores trabajos en el futuro.

El papel principal de Rojo profundo recae en David Hemmings, quien debía su fama a Blow Up de Michelangelo Antonioni, quien entrega un personaje nervioso, firme, atormentado, rico en matices y sentimientos. Es arropado por Daria Nicolodi, Gabriele Lavia, Macha Méril y Clara Calamai pero sobre todo, por el excelente score musical de Giorgio Gaslini y de la banda de rock progresivo Goblin, quienes se convertirían en acompañantes habituales del director.

Es con Rojo profundo donde Argento lleva por primera vez al máximo un estilo que depuraría a través de los años, cambios bruscos del eje de la cámara, pasar de planos panorámicos a extremos acercamientos, travellings que cambian de golpe, el uso de plano subjetivo para llevarnos a la intimidad del asesinato, elementos que se volverían su marca, irrepetible y copiada al cansancio.

La cinta encontró desde su estreno diversos problemas con la censura, lo que impidió que, en su momento, fuera de Italia pudiera apreciarse en su totalidad, cortes que llegaron a reducir la cinta de 126 minutos a 98 minutos en algunos casos, eliminando por lo regular las secuencias más sangrientas, el romance entre los personajes de David Hemmings y Daria Nicolodi, así como un par de subtramas. Hay que destacar que la cinta nunca tuvo un estreno comercial en Inglaterra y que en Japón fue llamada Suspiria 2 para aprovechar el éxito de la cinta de 1977, aunque es anterior a esa fecha y carece de relación con la misma. En México estrenó en diciembre de 1976, casi un año después, como era costumbre en esa época.

Rojo profundo no ha perdido su filo y, de forma asombrosa, su final se sigue revelando como uno de los mejores giros de tuerca de la historia, uno que te obliga a ver la cinta de nuevo sólo para ir descubriendo, a través de ella, que el director todo el tiempo va apuntando a esa dirección, desde la misma secuencia del primer asesinato y pasando por los demás, un trabajo que sólo puede catalogarse de obra maestra y aceptarse como tal.

Actualmente se puede ver en la Cineteca Nacional.

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