La Navidad está a la vuelta de la esquina. Desde hace algunos días esta festividad se empieza a apoderar de todo el mundo, seas cristiano o no, se aprecian en cualquier lado las luces, los arbolitos, los adornos, los ya clásicos ugly sweaters y en el séptimo arte también, ya los clásicos navideños empiezan a tomar control de las programaciones televisivas y justo aquí es donde comienza nuestra historia.
Con la clara misión de convertirse en un clásico navideño El sabor de la Navidad del director Alejandro Lozano se estrenó el fin de semana en la plataforma de streaming ViX, con la participación de Salma Hayek y José Tamez como productores del filme y un elenco conformado por Mariana Treviño, Andrés Almeida, Mónica Dionne, Juan Carlos Medellín y Armando Hernández.
Personalidades que desde el primer momento te contagia de ese sentimiento decembrino y navideño, claro, cada uno desde su trinchera y su particular punto de vista, elenco con el cual Crónica Escenario mantuvo una amena charla al respecto del filme y la reflexión inherente a la festividad.
Tres historias paralelas que giran en torno a la celebración de la Navidad en la Ciudad de México se entrelazan al final. En la primera, una hija busca reconciliarse con su familia. En la segunda, dos amigos ponen a prueba su amistad al trabajar compitiendo como Santa Clauses en la Alameda Central. En la tercera, una solitaria chef que prepara cenas navideñas para otras familias confronta sus sentimientos hacia su ayudante de cocina.
El sabor de la Navidad tiene como primer e intrínseco elemento la gastronomía, hasta el mismo título hace referencia, pero se conduce hacia los procesos mas que al resultado final, Mariana Treviño, la chef en el filme, ratificó las cualidades de la cocina y sobre todo en estas fechas.
“La comida guarda muchos recuerdos, este es el sentido, también de la vista, porque la disposición de la comida mexicana es una belleza, es una obra de arte, la verdad cada platillo es único, todo eso a conciencia se quiso mostrar en la película, también para darles ese aspecto de los preparativos previos al evento de juntarnos, el amor que uno pone en esos preparativos, el tiempo, como las cosas toman su tiempo, nada es tan rápido, los procesos humanos toman su tiempo y la preparación de los alimentos que uno va a compartir y que va a ofrendar hacia el otro porque finalmente estás dando lo que tú le pones, si le pones amor, es lo que contiene la comida y si no pues tendrá el coraje del día, la comida guarda mucha memoria afectiva para uno y uno se remonta a esos tiempos, se siente apapachado, se siente resguardado”, afirmó Mariana Treviño.
“Hay una creencia alrededor de lo que es la Navidad por la época en que sucede, que es terminar un año y empezar uno nuevo, hay una esperanza de alguna manera de decir ‘vamos a dejar todo atrás y vamos a empezar desde cero para continuar’, creo que es la búsqueda que tienen estos personajes con esta creencia, con este pretexto, lo que significa la Navidad, con las tradiciones y que de alguna manera en esta búsqueda de decir ‘vamos a despojarnos, vamos a reencontrarnos, vamos a reivindicarnos y vamos a darnos esa oportunidad’, creo que El sabor de la Navidad refleja perfecto esas cuestiones y sobre todo representa tres cosas increíbles como lo es la familia, el amor y la amistad que convergen en una mesa y el sabor no nada más estamos hablando de lo que pueda existir con respecto al alimento, sino el sabor, que tú le puedes dar a la fecha, a la vida”, profundizó Armando Hernández.
“También los sinsabores que encuentras en la vida, encuentras estos conflictos que de alguna manera sacan de estas zonas de confort a los personajes, pero que al mismo tiempo los reintegra y es lo que hace la magia, que suceda en esta película, que al final es un riesgo que toma el mismo director con todos los involucrados para contarla y el resultado que tenemos al final es que existe un reflejo y una identificación no solo con los personajes, sino con la historia misma”, remató Hernández.
El otro elemento fundamental de El sabor de la Navidad es sin duda alguna la familia, la verdadera trama del filme ronda en esta cuestión y las diversidades dentro de la misma, encontramos a la familia conservadora o tradicional, la que se está gestando y la amistad como estructura familiar por elección.
“Creo que el sentido de la familia empieza primero por la apreciación, que realmente es más tangible en la historia de Mariana y mía, que es una de las tres historias que se cuentan en la película, hay una interacción que viene a partir primero de la apreciación, de decir ‘es que ella es una gran chef y yo quiero aprender de ella’ y yo quiero retomar un sentido de la vida, no nada más de mi profesión, sino de la vida a través del conocimiento y la sensibilidad de ella y eso va despertando otras cosas. Entonces creo que hay un sentido de comunidad en esa relación, hay un sentido de respeto, hay un sentido de admiración y creo que todos esos son elementos que construyen de alguna manera a una familia, puede ser un comienzo de, pero son valores que creo que tienen que estar como muy involucrados para que puedan realmente respetar en algo y obviamente”, aseguró Andrés Almeida.
“Y está muy padre, Andrés dijo que su personaje de alguna manera y creo que el mío también, tienen un poco de desilusión ante ciertos procesos personales, cada quien por sus historias, decía Andrés pues es un chef, que está un poco cansado, mecanizado, su relación con la cocina, quiere buscar un poco de inspiración, también quiere acercarse algo más genuino y mi personaje también, pues está un poco encerrada en sus miedos, se ha hecho una coraza alrededor, entonces es como un encuentro de estas, digamos, personas que están pasando por desilusiones y volver a encontrar el entusiasmo juntos, en cocinar juntos, en este preparativo que finalmente es una metáfora de cómo son las relaciones, que toman su tiempo, el tiempo va gestando los sentimientos, tiene también sus tiempos de cocción para que las cosas se den y finalmente el conocerse a través de algo que hacen en conjunto y que crean juntos”, ahondó Treviño
“Tenemos la otra historia que es otro sentido de familia, que es la amistad, dos amigos que se conocen de toda la vida, conocen todo de sí mismos, así como se pueden enemistar en un segundo también se pueden reconciliar desde el amor que también, es un sentido familiar y por último la tercera historia que es claramente una familia, la construcción de una familia, las problemáticas que esta puede tener y la reconstrucción de ellas”, agregó Almeida.
“Está padre el contraste de las tres historias y que acaban finalmente reunidos en la misma mesa para pasar la Navidad, que la Navidad es el momento de estar juntos, de olvidar cualquier bronca que tienes, cualquier problema, el chiste es reunirse y dar amor”, compartió Mónica Dionne.
“Hay muchos tipos de familia, hay gente que a lo mejor no cuenta con la familia de sangre, pero claro somos entes sociales y nos juntamos con gente y esa es la familia que vas tú construyendo, creo que lo interesante de nuestra historia es eso, estos dos amigos que se tienen el uno al otro y se acabó”, dijo Juan Carlos Medellín.
Si bien las épocas navideñas tienen una carga moral y sentimental importante ya sea por un sentido de bondad natural o por la presión de la misma festividad, El sabor de la Navidad no busca tener como tal una moraleja sino más bien es hacer una reflexión sobre las relaciones humanas, así lo aseguraron los actores y actrices del filme.
“Justamente al ser la Navidad es como la excusa de vamos a encontrarnos, llevan tres años sin verse con la hija, por lo menos mi personaje, porque siempre la acaba regando, por más que quiere ser incluida y quiere entender, no tiene las herramientas, entonces es la excusa perfecta como para ver, dejemos las rencillas, dejemos cualquier aspereza, vamos a intentar entendernos, convivir, aceptarnos, aceptar que nos queremos y que eso es lo principal”, recordó Dionne
“Moraleja como tal no sé si esté buscando el filme, las problemáticas al final que se muestran son muy humanas y creo que la manera en la que está construida la película también es de una manera muy humana, creo que es más de apreciación, más bien muestra una realidad que todo el mundo va a abrazar, que todo el mundo se va a poder sentir sentir el identificado con algún personaje o con alguna historia en particular, creo que lo que trata de retratar de una manera como más clara es que el amor está por encima de todo y que ese amor por más adversidades que hayan se va a dar, es algo que está implícito en la vida misma, entonces obviamente se engloba dentro de una particularidad que es la Navidad, que es una época en la que todos estamos con una predisposición mucho más grande a perdonar o hacer más abiertos o a dejar permear cosas que quizá están enquistadas por ahí, entonces creo que más que moralizar lo que está tratando de demostrar es como una realidad que puede ser muy latente para todos”, afirmó Almeida.
“Lo que tienen luego las fechas, es que también hay todo un constructo como arquetípico en la conciencia colectiva que habla sobre los eventos, pues es un evento la Navidad que alude a el pronunciamiento o el renacimiento del amor, hay toda esa cuestión en nuestro consciente colectivo y nosotros de alguna manera nos disponemos a ir hacia fechas específicas que son como deadlines, donde uno dice ‘a ver, ya se está acabando el año, que hice que reajuste, que ajuste, cuántas veces vi a mi mamá, no he visto a mi hermano en cinco años’, es previo a que se acabe el año y que sea el año nuevo, entonces es una oportunidad, quizá inconsciente, de las personas de reunirse y hacer un recuento interno, una revisión ante el otro de qué ha pasado y que lo importante es vernos otra vez las caras, sentarnos a disfrutar juntos y a reconocernos y reconectarnos”, agregó Treviño.
“Yo creo que no busca ser una moraleja pero sí hace una reflexión, hace una reflexión de cuál es el sabor de la Navidad y creo que tiene que ver con esta nostalgia de terminar el año y tienes un montón de conflictos en tu cabeza, los dejas ganar o te abres para poder sanarlos y poder dar pie a otra cosa, pienso que es una película acerca de la reconciliación, una reconciliación que sí se da en una época navideña porque es la época perfecta para hacerlo, porque es la época donde tú estás pensando en cómo te fue en este año y porque es socialmente todo te lleva a querer buscar a tus seres queridos y entonces creo que si hacemos un poco esa reflexión de el sabor, es esa es esa nostalgia y esa reflexión de que hay cosas que son mucho más grandes que mis propios conflictos”, complementó Medellín.
“Lo que nosotros tratamos de decir con esa película es que hay algo que va mucho más allá de tus conflictos personales y eso es el otro, quien quiera que sea, todo se arregla con amor, o sea, si hay suficiente amor, entonces podemos platicar y podemos simplemente trascender todos estos problemas”, aseguró Medellín.
“Amor, comprensión y el pensar en el otro, dar la oportunidad, hay una temática que lo plantea la familia, una familia conservadora ante una situación con un integrante que es trans y que de pronto lo que decíamos es ese ejemplificar esta situación sin señalar ninguna de las dos partes, sin decir quién está bien y quién está mal, simplemente tomar partido en las acciones que puedan existir por cuestión de ideología, de creencia, de pensamiento con respecto a una situación pero que realmente tanto a un lado como el otro se ven afectados y cómo podríamos mejorar eso, entonces realmente hay cabida para decir ‘estas son las problemáticas, estas son las afectaciones, estas pueden ser algunas alternativas de solución con el amor y la comprensión, pero también para que tú como espectador puedas forjar tu opinión y tus acciones al respecto”, finalizó Armando Hernández.
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