El cortometraje de animación El año del radio dirigido por el tapatío Samuel Kishi Leopo, es uno de los nominados esta noche en los Premios Ariel, luego de un exitoso paso por festivales. Previo a la ceremonia de esta noche en el Teatro Degollado de Guadalajara, hablamos con el cineasta:
Samuel vienes con el cortometraje animado El año del radio, el cual descubrimos en el GIFF del año pasado.
Exacto, sí, pues estoy muy contento de estar aquí con todos ustedes. Estoy muy contento de la nominación de El año del radio, esta es mi primera incursión en cortometraje en animación y pertenece a lo que me gusta llamarle la trilogía de la memoria que está compuesta por mi ópera prima, Somos Mari Pepa, mi segunda película Los Lobos y pues este tercero es el cortometraje y trata de la historia de Alex, un niño de siete años que es cuidado por su tía abuela que tiene un poquito de demencia senil y cuida a él y sus hermanitos.
Todas las noches ella prende la radio para escuchar el programa de la mamá de los niños, en ese programa la mamá convoca al auditorio para decirles “ok descríbanme su noche, como es su noche, qué es lo que ven, qué es lo que escuchan” y es así como hay un compilado de historias y crónicas de la noche en la ciudad es un cortometraje que está ubicado en los años noventa y es un cortometraje que le hace un homenaje a la radio pero también a todas esas noticias y acontecimientos que nos marcaron como una generación, yo soy un noventero, mi infancia fue en los noventas y me marcó muchísimo todo lo que ocurrió en mi país y en mi estado, es un homenaje a la radio y es un homenaje a mi jefa y a mi tía abuela también.
Un cortometraje que nos habla de tradiciones mexicanas y supersticiones mexicanas, esta idea de la mariposa negra es muy del interior de la república y en tu corto tiene un papel fundamental, ¿por qué llevarla a la pantalla así?
Fíjate que esto de la mariposa negra me marcó muchísimo. Yo de chavito escuchaba un programa que se llamaba “los Radiofantasmas” y me acuerdo que una de las llamadas que eran constantes era de las mariposas negras y todo el mundo decía “es que son las mariposas de la muerte” y eso me marcó muchísimo, me decía “no manches”, entonces me asustaba a la hora de ver las mariposas negras, ahora claro que no, son bonitas, es una cosa que se le da a un a un insecto que ni la debe ni la teme pero bueno, generamos estas historias y le damos ese valor y el protagonista de esta historia escucha como hablan de las mariposas negras y como es una representación de la muerte, es una metáfora que está a lo largo de todo este cortometraje.
Es un cortometraje donde la animación es con trazos que me recuerdan mucho estas caricaturas muy en moda a mediados de los noventas, de trazos alargados, personajes como muy afectados por los diálogos, ¿sí tenías consciente que querías retratar así ese momento?
Sí, fue una búsqueda de retratar los noventa mediante la animación, de hecho, el protagonista trae el uniforme de Jorge Campos porque pues de chavo, era el ídolo. Algo que nos fijamos muchísimo es que, la neta, no teníamos mucha lana para poder hacer este cortometraje y decíamos “cómo podemos hacer para sacarlo que sea poderoso, que sea honesto, que sea digno y que la animación tenga onda” y nuestra referencia fue la animación de los noventa pero especialmente la animación que se hizo en los treinta y en los cuarenta.
Esta animación que viene de un movimiento que se llama UPA, que son animadores que trabajaban antes para Disney que dejaron un poco la industria y que dijeron “cómo vamos a hacer nuestros proyectos, cómo vamos a animar y cómo vamos a vender nuestros proyectos también”, entonces dijeron vamos a hacer esta animación con fondos más limitados, con una animación quizás un poquito más limitada y bueno de ahí salieron proyectos como Mr. Magoo.
Entonces basándonos en eso y también en una cosa medio expresionista, porque tiene algo este cortometraje también de expresionismo, de este movimiento artístico, pues lo combinamos, lo metimos a la licuadora y dijimos ahí está, con eso va saliendo El año del radio.
Algo que me llama mucho la atención de este trabajo, que me recuerda mucho a Somos Mari Pepa, es la cuestión de la pérdida de alguien mayor que guía a los protagonistas, ¿con esta película vas a cerrar este ciclo de pérdidas? Porque también está en Los Lobos pero muy indirectamente.
No sé si voy a cerrar el ciclo de las pérdidas y del duelo porque los siguientes proyectos tienen que ver también con eso, son los intereses que uno va teniendo y los temas que a uno lo van obsesionando, me interesan los duelos y cómo cuál es nuestro proceso y cómo intentamos superarlos y cómo es el día a día, me interesa contar estas historias honestas que hablen de la incertidumbre del crecer, de la incertidumbre del sistema, de lo que nos ofrece el sistema y de lo que no podemos ser, de los sueños de la clase media y media baja mexicana que son sueños de papel muchas veces, quiero hablar de estos temas, quiero hablar del arraigo y del desarraigo, de este sentimiento de no sentirse a veces parte, de sentirse un extranjero en tu propio país, hablar de esta separatividad, es lo que me interesa, es lo que me apasiona también.
¿Qué viene ahorita para ti?
Bueno, vienen dos largometrajes, uno se llama Alondra dejó el nido y el otro se llama Inmóvil, traigo otros dos largometrajes que son adaptaciones de novelas, nada más todavía no puedo decir para que no se nos cebe, y acabo de dirigir un par de series también, espero que se estrenen el siguiente año y vamos a estar cacareado y platicando de eso
¿Para estos largometrajes ya hay fechas posibles?
Me encantaría ya comenzar a filmar, estamos en desarrollo, filmar el siguiente año. A veces me tardo un poquito, pasó también con este cortometraje y pero la verdad es que prefiero especialmente con las cosas tan personales ir construyendo de una manera más artesanal pues con mucho amor y digo espero que podamos terminar y filmar el siguiente año y quizás a finales del siguiente año también ya estar como buscando los estrenos.
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