La guatemalteca Sara Curruchich y la mexicana Vivir Quintana cierran una etapa tras Solas ya no más, una gira juntas y la publicación de una sesión de ambas y dicen a EFE que fue un proceso de aprendizaje inigualable.
“Está muy hermoso porque el proyecto nos ha permitido poder conocer a otras compañeras, a muchas otras mujeres activistas, a muchas mujeres defensoras de los derechos humanos, de los derechos de la tierra y tanto acá (en la Ciudad de México) como en Guatemala, y eso es lo que nos mueve”, dijo Curruchich en una entrevista junto a Quintana en la capital mexicana.
Por su parte la cantante mexicana contó que el proyecto nació para dar un mensaje muy fuerte a través de la música sobre el poder de las mujeres.
Por esto, en los conciertos que dieron juntas en este último año en lugar de que fuese el show individual de cada una, intercalaban canciones, se hacían los coros la una a la otra y las bandas de ambas se fusionaron.
“Yo aprendí muchísimo sobre todo de la vida de Sara porque es súper interesante, y es súper importante mencionar que se ha convertido en una de esas mujeres de la música que a mí me enseña mucho”, compartió Vivir.
Sara, por su parte, mencionó que ambas tienen ganas de seguir colaborando con más mujeres porque saben que tienen un poco de visibilidad, algo que es un privilegio muy grande, entonces quieren desde ahí “jalar” (traer) a más compañeras.
La colaboración surgió de la necesidad de plantear una manera de aportar a la visibilización y el llamado a que las personas se sumen a la lucha contra la violencia, específicamente a través de la música creada por mujeres.
Y después de más de un año de gira, el pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, publicaron una sesión en la que grabaron las emblemáticas canciones “Sola ya no más”, de la artista maya kaqchikel Sara Curruchich, y “Canción sin miedo”, de Vivir Quintana.
En el proyecto creado por ambas han encontrado, dijeron, un “apapacho” (abrazo) al corazón, que se ve afectado muchas veces por las vivencias de cada una pero también de todas las mujeres del mundo.
Además Sara Curruchich recordó que “el gozo es nuestro derecho, el bailar es nuestro derecho”, por lo que los espacios de ocio, de colectividad y de arte contribuyen a que puedan sobrevivir al mundo en el que viven.
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