Cuando Ryan Reynolds inició el camino para hacer la tercera entrega del icónico mercenario Deadpool, que ahora es un fenómeno global de taquilla y se aproxima a ser una de las películas más icónicas en el universo de Marvel en el cine, una de las condiciones que ponía era que el director debía ser Shawn Levy.
El cineasta habló de la forma en que Reynolds se acercó para ofrecerle el proyecto: “Estaba filmando El proyecto Adam con Ryan en Vancouver y él me dice: ‘Sé que me vas a decir que no, pero solamente voy a hacer Deadpool otra vez si tú la diriges’”, expresó el realizador en una entrevista concedida a Crónica Escenario.
“Y yo le dije que me encantaría dirigir esa película, porque la verdad es que si trabajas en ese espacio cinematográfico monumental, como yo lo hice desde las películas Una noche en el museo, es un sueño poder contar una historia en esa especie de lienzo fabuloso e imponente”, añadió.
Dueño de una carrera como director marcada por el éxito que incluye taquillazos como Free Guy, la trilogía de Una noche en el museo y la remake de La pantera rosa, el canadiense Shawn Levy es también un respetado productor que fue nominado al Oscar por La llegada. Y si bien su trayectoria es mayoritariamente cinematográfica, ha jugado un papel muy importante en el fenómeno global llamado Stranger Things.
Pero sin duda, para el cineasta el reto de hacer Deadpool & Wolverine se ha convertido en la tarea “más agotadora y también la más gratificante”, debido a que pudo desarrollar un proyecto con libertad rompiendo el mito de lo que Disney podría permitir como empresa conocida por sus proyectos moralinos: “En la historia cabe todo lo que puedas imaginar teniendo, además, el legado, la mitología y todos los juguetes del UCM”, dijo.
Además el filme le permitió cumplir un sueño de infancia: “Siempre fui fan de las películas de Marvel, y ya era fan de Deadpool y un gran fan de Wolverine, de modo que la oportunidad de unirme a la franquicia Deadpool y hacer algo notablemente diferente me resultó apasionante”, sumó.
El realizador explicó que si bien la comedia ha sido uno de los elementos que ha distinguido su filmografía, antes de volver con Deadpool & Wolverine, había intentado no caer en el encasillamiento:
“Creo que muy deliberadamente hice mi carrera tratando de no encasillarme en nada. Me hice conocido como el director de las comedias para toda la familia, y me encantó ese espacio, pero no quería quedar definido por eso. La razón por la que fundé mi compañía, 12 Laps, fue para poder ser creativo de maneras diversas, y eso condujo a La llegada y a Stranger Things”, dijo.
“De pronto, me encuentro dirigiendo cosas como Free Guy: Tomando el control, que es una comedia de acción, pero también cosas como El proyecto Adam, que es de ciencia ficción, pero también es emotiva”, comentó.
Y así como Reynolds pidió de requisito que fuera Shawn Levy el cineasta para el filme, el realizador enfatizó que el actor también le ha ayudado a inspirar un proyecto que se enfoca en la diversión y en ofrecer una experiencia entretenida dentro del universo cinematográfico de Marvel, y que ahora se siente una bocanada de aire fresco en el mundo cinemático de la franquicia que había caído en películas que parecían estancar su creatividad:
“Creo que lo que nos unió a Ryan y a mí al principio, y que todavía nos une, es que compartimos el ejercicio de la comedia. Trabajamos en ese género la mayor parte de nuestras carreras. Los dos somos graciosos. Los dos pensamos mucho en cuáles son los ingredientes de la comedia. Pero eso no es lo único que nos interesa”, continuó.
Levy explicó cómo fue trabajar el tono dentro de la película junto a Reynolds luego de haber trabajado juntos en otros proyectos: “Lo que quizás nos interesa más es lo emocional, y espero que tanto Free guy como El proyecto Adam hayan demostrado que nos interesa el calor humano y esa conmoción que hay debajo de las risas. Y esa fue la clave en el caso de Deadpool & Wolverine”, comentó.
“Va a ser divertido, pero con esta idea del agua y el aceite como Logan y Wade, dos personas que están hechas para odiarse mutuamente, hay otro elemento. Desde luego, Wade está hecho para fastidiar a Logan. Y lo hace, pero ¿cómo es esa historia de animosidad y cómo evoluciona en algo que tal vez se parezca a algo fraternal? Esa es la historia que queríamos contar”, añadió.
En Deadpool & Wolverine, un apático Wade Wilson se afana en la vida civil tras dejar atrás sus días como Deadpool, ese mercenario moralmente flexible. Pero cuando su mundo natal se enfrenta a una amenaza existencial, Wade debe volver a vestirse a regañadientes con un Wolverine aún más reacio a ayudar.
Esta es la sinopsis del filme que ha convertido en realidad las fantasías de muchos fanáticos de los superhéroes al unir a dos de los personajes favoritos. Más emocionante aún porque el otro actor es Hugh Jackman con quien también Levy trabajó en Free guy, pero además en Gigantes de acero.
Así los actores y el cineasta han tenido el propósito de mostrar en pantalla algo que ocurre fuera de las producciones que es su propia relación: “Hemos hecho una película sobre la amistad, sobre la amistad masculina, hecha por amigos (...) Si puedes tener en pantalla algo que también existe detrás de las cámaras, siempre es beneficioso para la película”, expresó Levy.
El cineasta habló de la forma en que comenzó el acercamiento a lo que querían ver en pantalla: “Cuando comenzamos a trabajar en el guion, estábamos pensando en la arquitectura de la historia. Sé que probablemente sonará pretensioso, pero estábamos pensando en cuál sería la estructura adecuada para que esta película no se sintiera como una secuela más, o como una repetición derivada de las otras dos”, dijo.
“Pero sabíamos que queríamos a estos dos personajes originales en la película, y sabíamos que irían bien y que nos darían material para que hubiera emoción. No para salvar el universo otra vez, sino para salvar a las personas que Deadpool ama”, añadió.
“Sabíamos que iría bien, pero la película no tenía una verdadera razón para existir hasta el día en el que Hugh Jackman llamó a Ryan y le preguntó si los tres podríamos hacer esto juntos. Y a partir de ese día, entendimos la película. La vimos instantáneamente”, complementó el realizador.
Por otro lado, el filme se ha convertido ya en un fenómeno global de taquilla que le permite un respiro para Marvel y Disney que no han tenido los resultados esperados en los últimos años y eso implicaba otra responsabilidad:
“Tengo confianza porque hemos construido esta película para divertir al público y creo que lo hemos conseguido. Te dan dinero para contar historias. Yo quiero que la gente que me da el dinero conecte con el público para hacer más dinero. Así funciona. No estamos haciendo poesía o filantropía, estamos haciendo entretenimiento mainstream global”, enfatizó.
Eso sí, lo que el realizador espera que sea la señal inequívoca del éxito es la carcajada: “Digámoslo así. Si estás trabajando en algo que tiene este amor cultural, eso es algo muy potente. Es realmente potente, y sé que habrá momentos que al público le van a encantar, pero también diré que hay momentos en el que van a perder la cabeza, como a la diez mil millonésima, que no es un número, pero lo digo hiperbólicamente. Hay momentos en esta película que, si se puede escuchar el diálogo por sobre las risas, hemos fracasado”, dijo.
“Lo vimos en la sala de edición, cuando le señalo a Ryan que cada vez que mostramos una escena en particular, no se pueden escuchar las tres líneas de diálogo porque el público todavía se está riendo de la línea anterior. Todas las veces que tuvimos esta discusión fraterna, Ryan generalmente ganó, diciéndome algo como: ‘Genial. Pues tendrán que ver la película otra vez’”, añadió.
Finalmente, cabe destacar que la película también sirve de puente para el futuro del UCM (Universo Cinemático de Marvel): “Lo que está en juego para los personajes es más importante que lo que está en juego a nivel global en el UCM”, dijo y resaltó que en ese sentido se sumaba otra dificultad que era la clasificación (R) del filme por los niveles de violencia:
“La gente piensa en la clasificación para adultos, el lenguaje tan soez o la violencia explícita, pero lo que es verdaderamente más divertido de hacer una película de Deadpool es la autoconsciencia”, comentó Levy.
“Al fin de cuentas, esta película es cálida como cualquiera de las demás películas que hice. Tiene una emoción humana más sincera que casi cualquier película de X-Men o Deadpool que haya visto. Y sí, es divertida, es truculenta, es un desmadre y es cruenta, pero también es profundamente emotiva y espero que esa combinación de elementos la convierta en una experiencia interesante”, concluyó.
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