La película Sing Sing, que llegará a la gran pantalla el próximo 12 de julio, relata sin tapujos “una historia humana que se desarrolla en la cárcel” usando las palabras y experiencias de expresidiarios, quienes representan el 85 por ciento del elenco de esta cinta, según relata a EFE el director del filme, Greg Kwedar.
Uno de los actores que interpreta “una versión” de sí mismo es Clarence 'Divine Eye' Maclin, quien relata a EFE que le costó mucho volver a ponerse el uniforme verde -la mayoría de expresos no se vuelven a poner ese color cuando consiguen su libertad- pero que superó esta barrera psicológica centrándose en el propósito de la película.
“Somos todos humanos”
“Se trata de un mensaje importante que tiene que ser público, ya no solo para los 'hermanos' que están en la cárcel, sino para los que han vuelto a casa y buscan su camino, y también es importante para la sociedad en general, para que vean que somos todos humanos”, subraya Maclin.
Kwedar cuenta que, además, “su celda en la película estaba directamente debajo de la celda en la que estuvo encarcelado” y que para Maclin fue difícil tener que volver al estado mental en el que estaba entonces.
El rodaje contaba con un terapeuta, pero Kwedar cuenta que lo realmente bonito fue ver cómo se formó un “verdadero sistema de apoyo” entre los expresos que participaron en la cinta.
Arte entre muros y alambre de espino
La película producida por la compañía A24, que llegará a las pantallas de cine el 12 de julio, se basa en el programa real Rehabilitación a través de las artes (RTA, por sus siglas en inglés), que mediante el teatro da herramientas de inserción a la sociedad a los presos.
El proyecto indica que menos del 5 por ciento de los graduados de RTA vuelven a prisión después de haber sido liberados, frente a un porcentaje nacional de vuelta a las cárceles de más del 60 por ciento.
“A pesar de las circunstancias y a pesar de los muros y el alambre de púas, el arte puede surgir, la belleza puede surgir. El amor puede suceder”, dice Kwedar, quien se topó con el programa hace ocho años y desde entonces ha trabajado para compartir el trabajo de RTA con el resto del mundo.
El filme se desarrolla en la prisión Sing Sing a la orilla del río Hudson a menos de 65 kilómetros de la Gran Manzana y sigue a dos presos que fueron alumnos de este programa: John 'Divine G' Whitfield (encarnado por Colman Domingo), encarcelado por un crimen que no cometió y obsesionado con la escritura y la interpretación, y Maclin, un preso que se dedica al trapicheo y la extorsión que se adentra en la comunidad de RTA.
La cruda jerga de la prisión
Los dos “Divines” en los que se inspira la historia participaron en el guion de la película para asegurar que su diálogo era “real” y usaba la “jerga de la prisión”.
Maclin recuerda cómo eso fue su primer aporte a la película y lo impulsó para adentrarse en el proyecto, ya que notó como todo el equipo le prestaba atención y valoraba su opinión.
Por su parte, Domingo cuenta que se centró en captar la “esencia” de Whitfield, con quien se reunió en varias ocasiones: “El hecho de que siempre estaba en la biblioteca de derecho y defendía a los demás o que era un gran líder en el programa de RTA me dio otro factor clave sobre cómo retratarlo y construir ese ser humano”.
El actor, conocido por su papel en la película Rustin y la serie Euphoria, anota que Whitfield quedó muy contento con su interpretación y, entre risas, señala que no le sorpende, ya que él es alto y atractivo.
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