Desde que Disney decidió llevar sus cintas animadas al mundo real, apoyándose en los efectos generados por computadora, el desencanto ha ido apoderándose de cada una de ellas, desde la que puede ser la peor de todas que es Dumbo, la decepcionante La Bella y la Bestia pasando por algunas que logran tener cosas que funcionan como Aladdín o El Libro de la Selva, pero sin convencer del todo a los espectadores, ahora le toca el turno a La Sirenita (The Little Mermaid) que corre la misma suerte que las anteriores.
En el océano, las hijas de Tritón, las sirenitas, se encargan de velar por los mares, Ariel es la encargada del mar del Caribe, obsesionada con el mundo terrestre pasa sus días coleccionando las cosas llegan a ella a través de los naufragios. Cuando salva a Eric, un rico heredero de una tierra cercana, decide ir a buscarle y de paso cumplir su sueño de ver el mundo humano.
Dirigida por Rob Marshall, La Sirenita es lo que podríamos esperar en sus manos, una película con grandes musicales, emotiva, pero que sufre en su parte de los efectos generados por computadora, los cuales nunca logran ser totalmente convincentes. El director no sólo logra crear una película un poco más interesante a la mayoría de estas adaptaciones ha hecho Disney, sino que logra algo que se podría creer imposible, mejorar un número musical de la versión animada, el controversial “Besa a la chica” (Kiss the girl) donde se tuvo que adecuar a la época actual para que los fascistas de lo correcto no se sintieran agredidos.
La Sirenita es la cantante Halle Bailey, quien pone todo su candor y fuerza en los musicales, saliendo triunfante de esa parte, pero su actuación fuera de esos momentos, deja mucho que desear, por mucho que se esfuerza, nunca es natural, se nota demasiado la actuación no es su fuerte. Como Tritón, Javier Bardem se divierte, se nota goza cada momento. La villana de la historia es interpretada por Melissa McCarthy, quien parece que nació para interpretarla.
El papel del príncipe Eric recae en un anodino Jonah Hauer-King, quizá el punto más bajo de los humanos en pantalla. Y remarco la palabra humanos, porque de los personajes animados, Sebastian no está mal, pero resulta olvidable, no tanto como Flounder, a quien le anularon su personalidad por completo, pero es la gaviota quien se roba cada escena donde aparece, y cómo no, si la voz en inglés corresponde a la increíble Awkwafina, quien traspasa su personalidad al personaje generado por computadora.
La parte fuerte de la cinta son sus números musicales, es ahí donde podemos ver la gran mano de Marshall, lo que hace con el número de “Besa a la chica” donde el ambiente es creado a través de los sonidos que se encuentran en la naturaleza, la intimidad alcanzan los actores, todo se une para uno de los grandes momentos de todos los tiempos de Disney, no así lo que pasa con “Bajo el mar” el cual resulta en un excesivo uso de CGI y que hace todo se note más falso que promesa de Sirenita de no buscar humanos. El uso de esa tecnología le juega en contra y mucho no sólo a esa escena sino a todos los momentos donde se usa en extremo, siendo el final quizá el punto más decepcionante.
La Sirenita afrontó muchas críticas antes de su exhibición por usar a una cantante de ascendencia afroamericana en el papel principal, pero en una jugada magistral, la cinta justifica de una forma tan correcta y tan adecuada que deja claro que eso no debería ser problema, la inclusión por una ocasión le da la vuelta a la palabra forzada y funciona, como cuando se hacen bien las cosas, de forma espectacular. Si bien es cierto muchas veces se hace muy mal y en lugar de verse como algo natural se siente forzado, aquí no tiene ni siquiera motivo para sentirse fuera de lugar.
La cinta más allá del mundo de fantasía muestra algo que los adolescentes atraviesan, el encontrar su voz, su identidad, el dejar atrás las figuras paternas para hallar su personalidad, así mismo, muestra lo complicado puede resultar para los padres el entender que llega un momento en que sus pequeños ya no son pequeños y deben dejarlos cometer sus aciertos y errores por su cuenta.
La Sirenita puede aburrir a los más pequeños, pero a los pubertos y adolescentes les hará pasar un momento divertido, a los fans de la cinta animada les quedará a deber mucho, a los que quieran descubrir la historia podrán pasar un momento agradable y, quizá, deslumbrarse con los números calcados de la animada. No es lo mejor que hemos visto de Disney, pero dista mucho de Dumbo por ejemplo, lo que es ganancia.
Y sí, al final la casa del ratón desaprovechó la oportunidad de rendir un sentido tributo a Rigo Tovar y en su lugar, al igual que con la animada, tenemos la repetición de “Bajo el mar”.
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