‘Sugar Island’, Venecia lanza una mirada ‘afro’ a la maternidad y periferias dominicanas
COBERTURA. Johanné Gómez Terrero se inspiró en La maternidad en adolescentes y el trabajo en los cañaverales dominicanos para rodar su filme, una historia de magia y búsqueda de la identidad negra
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Johanné Gómez Terrero llevo si filme ‘Sugar Island’ a las Jornadas de los Autores de Venecia
La maternidad en adolescentes y el trabajo en los cañaverales de República Dominicana inspiraron a la cineasta Johanné Gómez Terrero para rodar Sugar Island, una historia de magia y búsqueda de la identidad negra con la que ha llegado a las Jornadas de los Autores de Venecia.
“Venecia está siendo sumamente importante sobre todo por lo que estamos contando. Creo que puede garantizar que la película dialogue con mucho más público del que yo tenía previsto”, valoró en una entrevista con EFE la realizadora dominicana.
Gómez Terrero compite en las Jornadas de los Autores, un certamen independiente y paralelo a la Mostra, con Sugar Island una mirada ‘afro’ a las realidades de su isla, desde los frecuentes y numerosos embarazos en muchachas, el trabajo en el azúcar o la propia herencia del colonialismo.
La idea empezó a rondar su cabeza hace aproximadamente una década cuando su sobrina se quedó embarazada siendo solo una adolescente, pero sus planes fueron cambiando al interesarse por los trabajadores de la caña de San Pedro de Marcoris, la tierra de su abuela paterna.
“Lo que abraza estas dos vertientes tiene mucho que ver con las periferias y con una mirada afrocentrada. Ambos temas tienen que ver con ser una persona racializada: quienes trabajan en los cañaverales son dominicanos de ascendencia haitiana y los quintiles más pobres, negros, es donde se da más el embarazo en adolescentes”, explicó.
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En la cinta Makenya (Yelidá Díaz) vive en una aldea en medio de plantaciones de azúcar, con una vida como la de cualquier joven, hasta que un embarazo inesperado la obliga a madurar antes de lo previsto y a tener que buscarse la vida para disgusto de su familia.
Mientras, los trabajadores de la caña protestan al temerse desplazados por el avance irrefrenable de la automatización del sector azucarero.
Su gestación transcurrirá en ese contexto, de forma paralela a la siembra, florescencia y corte de la caña. Aunque en ese proceso se encontrará con el respaldo místico de los espíritus de la tradición, los Misterios, alcanzando una dimensión sobrenatural.
Sugar Island habla de la maternidad en un país en el que el aborto está prohibido y también aborda el problema de las personas indocumentadas de la isla o del racismo y las jerarquías.
Pero, como telón de fondo, mantiene un tono anticolonialista mediante un diálogo con el propio tiempo.
“Lo que establezco es un diálogo entre ese pasado y esté presente que sigue ahí. El Estado nación sigue siendo una perpetuación de las lógicas coloniales”, aseveró la cineasta.
La película, llena de color y músicas ancestrales, ha tenido su estreno en el marco de la Mostra veneciana y llegará a los cines de España, especialmente de Madrid, Barcelona y Canarias, en marzo del año próximo, avanzó el productor David Baute, de Tinglado Film.
En estos días de proyecciones en Venecia, la cinta de Gómez Terrero ha interesado a varias distribuidoras de países como Alemania, Italia, Brasil, además de otros lugares de Latinoamérica, y ha sido seleccionada en el Festival de Londres, según Baute.
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