Antes de las 16:00 horas, el Auditorio BlackBerry ya se encontraba rodeado de una larga fila, pues decenas de fanáticos esperaban con emoción la hora en la que abrieran las puertas para poder reunirse con Bruses, así es conocida la tijuanense Amalia Ramírez. El público era muy variado: niños, niñas, adolescentes y adultos; eso sí, todo el fandom portaba outfits muy peculiares y los colores que predominaban eran el negro, morado y rosa, uno que otro portaba algún disfraz proveniente de los videos musicales de la artista.
En el interior del recinto se encontraba la pantalla principal del escenario encendida con una ilustración de la cantante y algunas piezas decorativas haciendo alusión a su disco Monstruos (también nombre de la gira). La audiencia se encontraba eufórica y con mucha energía, el espectáculo inició a las 20:40 horas, cuando la banda tomó sus instrumentos y Bruses salió al escenario interpretando “Trash”.
Entre luces rojas y rosas siguió con su tema “Alcohólica funcional”, posteriormente hizo una pausa para saludar a su público y mencionó que el concierto era una clase de terapia para sus fanáticos y buscaba un catarsis. Es importante mencionar que la artista siempre ha llevado el tema de la salud mental tanto en su música como a sus redes sociales, incluso habla muy abiertamente de su situación mental. Entre los asistentes se podían apreciar banderas de la comunidad LGBT+, algunos carteles como “hoy terminé mi primer plato de comida” y muchos peluches del Doctor Simi.
Amalia aprovechó el escenario para hablar de la música independiente y pedir al público chilango que siga apoyando el talento emergente, pues aseguró que ahora las disqueras ya no mandan, sino el poder que tiene la audiencia en las plataformas digitales. Después pidió que todos en el recinto levantaran el dedo medio y envió un mensaje a los “bullies”: “Somos más fuertes que ustedes, somos más chidos que ustedes y sobretodo, somos indiferentes”.
Antes de comenzar el momento más bajo de la noche, Bruses subió a un par de fans al escenario para cantar “Mala idea” y al ritmo de la música bailaron. Las lágrimas llegaron con “Me voy, me voy, me voy”, “Monstruos” y “Brillantina”, canciones que hablan sobre el punto más bajo de la depresión, la ansiedad o algún otro padecimiento mental.
Para subir los ánimos, mostró algunas canciones de su próximo álbum y tuvo algunas invitadas como Arroba Nat, Greta Ela y Fou de Qush, quienes forman parte de uno de los sencillos que posiblemente se llame “Señorita Revolución” (por el coro), un tema de empoderamiento femenino y digan rebeldía, por ello invitó a las mujeres presentes a levantar el puño. Otra de sus próximas canciones habla sobre el amor y su proceso de amar a una mujer, en ese momento levantó las banderas de la comunidad LGBT+ y su novia subió al escenario para besarla.
El show incluyó un momento de mucha candela, ya que Amalia hizo que sus guitarristas y el baterista se quitaran alguna prenda, todos accedieron y conquistaron a los asistentes. Otro de sus invitados fue Andrés Piña, juntos tocaron “I like 2 be” y pusieron todos a saltar, el piso vibró tanto que la cantante tuvo que pedir a sus fanáticos que pararan o el show tendría que finalizar. Invitó a todos a sentirse orgullosos de quienes son, sin importar que no encajen y en todo momento utilizó lenguaje inclusivo.
El evento tuvo una duración de dos horas y en la recta final tocó su canción más viral “Dueles tan bien”, uno de los momentos más esperados de la velada. Se despidió con “FBI” y recalcó el amor que le tiene a todas sus amigas, así que juntas bailaron, cantaron y disfrutaron la última canción de la noche. Agradeció por el sold out y con las manos hizo el clásico gesto maloik, claro que al instante había decenas de manos levantadas haciendo lo mismo y aclamándola.
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