Escenario

Teresa Camou y el cine para impulsar ley por los desplazados a causa del crimen organizado

ENTREVISTA. La cineasta mexicana presentó hace unos días su filme Cruz, que se centra en una familia rarámuri forzada a ir a la ciudad para sobrevivir>

Indígenas mexicanos realizan un ritual tradicional en el campo
El filme formó parte del Festival Internacional de Cine de Morelia y Ambulante. El filme formó parte del Festival Internacional de Cine de Morelia y Ambulante. (CORTESIA)

La violencia que ejerce el crimen organizado sobre los habitantes originarios de las zonas alejadas de las ciudades no tiene que ver solamente con lo físico, las agresiones que les hacen a muchos de ellos les hacen tomar la decisión de abandonar sus comunidades para no tener que enfrentar más muertes o presiones, provocando algo que, si bien no se menciona en los medios de forma habitual, forma parte de una realidad que les marca. Les hace dejar todo para buscar sobrevivir en lugares donde no pertenecen de forma natural, donde su mirada del mundo es incomprendida y objeto de burlas por muchos. 

El documental Cruz de Teresa Camou Guerrero sigue a una familia rarámuri que, tras una serie de actos del crimen organizado, se ve forzada a ir a la ciudad para sobrevivir.

Cruz retrata una realidad terrible que se vive en México, el desplazamiento, y que es más terrible ya que al ser miembros de una comunidad indígena se invisibiliza aún más, ¿qué te lleva a ti a dar a conocer esta historia?

Me lleva una gran amistad con el personaje principal, con Cruz (Sánchez) a quien conozco desde hace 25 años, en la Sierra Tarahumara, defendiendo sus territorios, sus bosques, siendo líder de su comunidad, dando talleres de la Ley Agraria para que la gente sepa defender lo que es de ellos.

Lo conocí como lo que sigue siendo, un gran hombre, con mucha sabiduría, con mucha fuerza de lucha. En el 2015 me entero del asesinato de su hijo, después del desplazamiento forzoso que sufrió su familia por no querer trabajar para el crimen organizado y por denunciar la muerte de su hijo, es cuando yo me indigno, me da rabia y coraje, porque verlo en una situación desgarradora no se lo recomiendo a nadie, y que cada vez en México hay más familias desplazadas.

Eso es lo que me motiva a acercarme y preguntarle si quiere contar esta historia conmigo y hacer una película para que él no quede en el olvido, porque es muy fácil que las cosas se invisibilicen cuando pasa el tiempo y cuando nada sucede y no hay justicia, yo le dije que no quería se olvidara y quedara en el olvido, que se quedara en la memoria, que la película que haríamos juntos lo podría ayudar a él y a muchas más familias para visibilizar una realidad.

Me llama mucho la atención estas breves animaciones, las que hacen que lo narrado sea mucho más aterrador que si sólo viéramos a las personas a cuadro, ¿cómo tomas la decisión de que sean estas imágenes las que acompañen estos diálogos?

Yo soy titiritera de profesión, esa es mi pasión, yo construyo las historias como si fueran obras de teatro y así se hizo la película. En el momento en que estaba editando con Lucrecia Gutiérrez Maupomé, ésta excelente editora, empezamos a ver estos espacios en la edición, donde no teníamos imagen de cómo transmitir lo que se estaba diciendo y son los momentos de mucho más dolor, son momentos muy profundos y no queríamos usar talking heads, teníamos que encontrar una imagen que ayudara a escuchar más lo que se está diciendo en ese momento y poder pensar aún más porque el cine es maravilloso, cuando estás viendo algo, cuando estás oyendo algo, y tu mente te está haciendo pensar otra cosa.

Y es ahí cuando dije “vámonos con la animación. Conozco a un gran artista que es Arturo López ‘Pío’ y vamos a trabajar con él”. Le presenté el material a Lucrecia y a ella le gustó, empezamos a trabajar con “Pio” de cómo poder contar con la animación estos momentos. Fue un trabajo muy bonito.

Este trabajo habla también de la valentía que está dando la cara en un país donde muchas veces hablar ante la cámara es ponerse una diana en la cabeza, ¿cómo fue convencerlos a hablar de su situación, de las experiencias vividas?

Una cosa muy importante es la amistad de tanto tiempo, yo a esta familia la conozco desde hace 25 años, a los jóvenes los vi nacer, no me tocó verlos morir, pero sí me tocó ver el duelo de la familia, de los que quedan son una familia muy fuerte y cuando Cruz dijo que sí tenía que hacerse, él habló con la familia y todos dijeron que iban a apoyar a Cruz, porque él es el que ha dado siempre la cara por ellos, él que está luchando para que estén bien.

Entonces entendieron que era una oportunidad, al principio ellos pensaron que sólo iban a apoyar pero durante el proceso de grabación empezó una amistad muy profunda con ellos y yo les iba explicando paso a paso cómo yo veía la importancia de éste documental. Mucho fue confianza, mucho fue el apoyar a su padre, ahora que la película ya se está viendo me han podido acompañar a presentarla y han podido, al mismo tiempo, entender que es muy necesario que se cuente, y vamos paso a pasito porque estamos aprendiendo entre todos a entender cómo se hace esto.

Se dio por la confianza y porque es un trabajo colectivo, de qué y cómo lo contamos y, al final, hay una necesidad muy grande de hablar, entonces todo se fue dando poquito a poquito y ahora que estamos empezando a mostrar la película estamos aprendiendo a entender lo que dice la gente.

¿Cuál ha sido la reacción de la gente, sobre todo en la primera parte del relato, donde narran la serie de ataques que han sufrido con una valentía que te duele como espectador?

Hemos tenido sólo tres funciones presenciales (hasta el 9 de diciembre 2021) ya que con la pandemia eso ha cambiado mucho, hemos tenido conservatorios al final, y en esos tres la gente se queda muy callada, al final de la película como que les cuesta empezar a hablar por todo lo que han visto, siento que se conmueven mucho, ya que empiezan a hablar siempre lo hacen desde el agradecer y la valentía a esta familia por contar su historia y por lo que están viviendo. La gente termina diciéndole a los personajes que tengan esperanza, que esto tiene que cambiar.

Lo que sí me ha pasado es que al siguiente día la gente me dice “ahora sí te puedo platicar porque me dejó pensando, me dejó cuestionando muchas realidades”, la gente se queda conmovida, agradece la valentía, la fuerza y les da esperanzas, es muy bonita esa parte. Al final uno no sabe cómo la gente va a reaccionar ante la película que realizas, el presentar una película que al final da tanto dolor y que la gente la reciba, es complicado e interesante.

Retratas con mucho respeto las costumbres rarámuris, tenemos un ritual nocturno que se prolonga a la mañana siguiente, tenemos varios fragmentos, ¿qué tan importante es para ti que la gente vea estos rituales, realizados por la gente debe realizarlos?

Para mí, y para la editora, era muy importante desde el inicio que el ritmo de la película fuera mucho a como son ellos, y mostrarlos con fuerza y dignidad con lo que son, para ellos no hay diferencia con el día y la noche, son parte de un universo maravilloso con el ritual, con la tierra, con el bosque, con el agua, con los animales, y nosotros, afuera, en el mundo de las ciudades no entendemos eso, esa identidad y ese arraigo a su cultura y su tierra es importantísimo y es otra parte grave que les está pasando a ellos como desplazados, en el exilio no tienen ese arraigo.

El mostrar esto en la película para mí era muy importante, el cómo ellos luchan, aunque están en la ciudad, para seguir haciendo este ritual para estar unidos y no perderse en una ciudad que al final los expulsa, el racismo a los indígenas sigue siendo muy grande, aparte los que llegan desplazados llegan muchas veces sin papeles, en una situación muy difícil. ¿A qué llegan a la ciudad? A pedir trabajo y la gente no entiende que hay detrás de esa familia que llegó a pedirlo, a pedir vivienda, salud, educación para sus hijos.

Para mí era importante mostrarlos como ellos están viviendo esa realidad y están tratando de no perder la identidad, nadie habla de la identidad se está perdiendo en los desplazamientos, se habla de la pérdida del territorio, de la pérdida de los seres queridos, pero los que quedan vivos y los que tienen que huir, ¿qué pasa con la cultura y con la identidad? Cruz es el que me dice “Teresa nos estamos perdiendo y necesitamos bailar, porque si no bailamos nos morimos y nos vamos a desintegrar”, él estaba viviendo su proceso en el momento que estábamos grabando eso y para él era una necesidad y es así muy adecuada y muy puntual lo que él dice.

Me imagino que también es por esa cuestión es que tenemos esos diálogos en rarámuri entre la familia, conservar la identidad, conservar el vestigio, la lengua. ¿Cuál ha sido la reacción de las autoridades al respecto, porque si algo deja claro el documental es el abandono que tienen estas personas que viven estas situaciones

Mira el lunes 6 de diciembre presentamos la película en el Senado de la República con un colectivo de desplazados y de ONG’s del país, logramos presentar la película y después generar una mesa de diálogo, porque es muy importante que se impulse a que pasen la ley a favor de los desplazados en México, es una iniciativa que está atorada en el Senado y sólo falta que los Senadores digan sí para que el desplazamiento sea tipificado, porque en México no es un crimen ser desplazado y no tienen calidad de víctima y ese es un problema para que haya la respuesta correcta del gobierno.

El llevar la película fue muy acertado y hacer esta mesa, porque la película te sensibilizas de una forma. Como me dijo Cruz es que sin la película la gente no entiende, entonces esa la función del cine social que yo quiero hacer, que la película abra los ojos, entonces en el Senado gusto mucho y ojalá a fines de año se pueda pasar esta ley, la cual es un pequeño avance, no es una garantía, pero sería algo en lo que se puedan sostener y decir que ya es ley y deben defender sus derechos.

También se presentó en Chihuahua, ante las autoridades del pasado gobierno de Corral, quienes fueron los que estuvieron en el acompañamiento de ellos, y también fue para ellos un “lo que no logramos hacer”, les costó mucho verla y que les hubiera gustado apoyar más. También nos dicen que cómo la película se cuenta muy bien nos dicen que se encuentra bien relatada la realidad de los desplazados. Espero que a las nuevas autoridades, a los senadores, la película les ayude a mirarlo desde una perspectiva humana porque si no se ve una historia así, contada, los ven como números con nombre y apellido pero no se cuestionan como viven ellos, su pérdida, el desarraigo, el que los arranquen como plantas, desde la raíz, de su lugar de origen. Eso los hace verles desde otro lugar.

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