Sparta, del director austríaco Ulrich Seidl, será presentada hoy en el Festival de Toronto, y está previsto que compita por la Concha de Oro en San Sebastián pese a las revelaciones sobre supuestos malos tratos a actores menores durante el rodaje de esta cinta protagonizada por un pederasta.
Filmada en 2019 en aldeas pobres del noroeste de Rumanía, la película narra la historia de un hombre austríaco en plena crisis vital con pulsiones pedófilas que enseña judo a menores en escuelas abandonadas de Rumanía.
Según el semanario alemán Der Spiegel, los niños rumanos que interpretan a estos menores fueron presionados para grabar semidesnudos escenas violentas en las que se recreaban situaciones de alcoholismo sin que se informara previamente a sus familias sobre la temática del filme, cuyo autor niega las acusaciones.
UN FILME “SOBRE DOS HERMANOS”
“Nos dieron una especie de libreta en la que escribía si queríamos participar en una película sobre dos hermanos y eso fue todo”, dijo esta semana uno de los menores protagonistas al programa de televisión rumano Observator.
La mención a los “dos hermanos” hacía referencia al hermano del protagonista adulto de la cinta, cuya historia también tiene relevancia en la trama y en la concepción de Sparta.
“Nos alegramos de que nos dieran dinero; creímos que nos haríamos famosos, no sabíamos de qué se trataba", relató la madre de uno de los menores, que tenían entre 9 y 16 años, a Observator. Estos testimonios coinciden con los que ofrecieron previamente a Der Spiegel los propios implicados en el rodaje.
UNA INVESTIGACIÓN POLICIAL
La naturaleza de algunas de las escenas -en una de ellas un niño está en ropa interior en presencia de un adulto desnudo que se rasura el vello púbico- provocó, durante el mismo rodaje, momentos de tensión que llegaron a oídos de la Policía rumana.
En 2019, las autoridades rumanas abrieron una investigación sobre lo sucedido, que, según cuenta Die Spiegel, se cerró en febrero de este año al no denunciar ninguno de los seis menores cuestionados haber sufrido abusos de ningún tipo.
Sin embargo, esta semana la Policía rumana ha retomado las pesquisas a raíz, según un comunicado oficial, de “las informaciones aparecidas en el espacio público sobre posibles infracciones cometidas contra menores con motivo de la realización de una producción cinematográfica”.
Seidl se ha defendido en la prensa austríaca al asegurar que nunca cruzó “los límites éticos y morales durante el rodaje”, aunque también el Instituto Austríaco del Cine (ÖFI) que aportó 1,3 millones de euros para dos películas -entre ellas Sparta- ha abierto una investigación sobre lo sucedido.
LA POSICIÓN DE SAN SEBASTIÁN
Mientras las autoridades competentes establecen qué ocurrió durante el polémico rodaje, el Festival de San Sebastián ha apostado por proyectar la película en su 70 edición, que se celebrará en la ciudad vasca entre el 16 y el 24 de septiembre y en la que la cinta de Siedl optará a la Concha de Oro.
En declaraciones a EFE, el director del festival español, José Luis Rebordinos, afirmó hace unos días que “no tiene la capacidad de juzgar cómo se ha rodado la película y si durante el rodaje se ha cometido algún delito”. La suspensión de la proyección de Sparta, añadió, solo se llevaría a cabo si existiera “una orden judicial”.
UN DIRECTOR POLÉMICO
Aclamado en numerosas ocasiones por la crítica y por festivales de prestigio como Venecia, Cannes y Berlín, Ulrich Seidl es conocido por indagar en su cine en las relaciones de poder y la explotación, el efecto del fanatismo religioso o el consumismo.
El cine de Seidl trabaja mucho la composición y en ocasiones adopta un estilo casi documental en el que se incluyen -como en Sparta- actores no profesionales.
Uno de los títulos en los que tampoco trabajó con actores profesionales fue Paradise: Love (2012), que cuenta la historia de una mujer austríaca de 50 años que viaja a Kenia en busca del amor de un joven del país, mucho más joven y más interesado en el dinero que en la relación romántica que puede ofrecerle su amante europea.
Tres años antes, Siedl sacó Import Export, cuya trama se asoma a los destinos de una joven enfermera de Ucrania que produce contenido erótico por internet para sobrevivir y acaba casándose con un austríaco de edad provecta por la nacionalidad.
El otro protagonista de la cinta es Paul, un joven guardia de seguridad del extrarradio de Viena que empieza una nueva vida en el este de Europa tras perder su trabajo.
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