Es inevitable que estas épocas decembrinas caigamos en un sentimiento de nostalgia respecto a lo duro que fue el año y la incertidumbre de lo que ello nos depara, muchas veces no sabemos reorientarnos ni saber qué camino elegir para lo que nos queremos proponer, pero no debemos olvidar que en ese proceso no estamos solos y que puede que la persona menos pensada nos eche una mano y nos ayude a entender que sucede a nuestro alrededor.
De manera acertada llega Un vecino gruñón para decirnos que no necesitamos una película navideña para reconsiderar todos los valores como el amor, paz, y muchas oportunidades que se avecinan. Siendo la segunda adaptación que se hace de esta historia, Tom Hanks interpreta a Otto, un señor viejo y amargado que ya después de jubilado no tiene más opción más que regir el orden de la comunidad que lo rodea y con ganas de querer ver a su esposa en la otra vida.
A lo largo del filme vamos conociendo a Marisol (Mariana Treviño) y su familia, junto con sus vecinos que en un mundo un moderno no entienden cómo alguien puede vivir tan desconectado de la tecnología o como alguien puede estar tan enfadoso todo el tiempo, pero justo eso será lo que se desarrolle en la historia, ya que todo tiene una importancia y valor dentro de la misma, desde el vecindario hasta las chaquetas colgadas en el recibidor, nos lleva en una montaña fría sobre aprender a soltar y lo doloroso que puede llegar a ser.
Fredrik Backman escribió en 2012 una historia llamada A man called Ove y que tres años después fue adaptada en Suecia por Hannes Holm y protagonizada por Rolf Lassgård la cual fue tan bien recibida que incluso logró buscarse una nominación a los Premios Oscar. Con esta tendencia de Hollywood de hacer remakes de las historias, parece que es Marc Forster quien encuentra un equilibrio funcional para traerla a la gran pantalla con un gran elenco y que demuestra que no todos los remakes son un refrito malo sino que se pueden hacer buenas adaptaciones con ello.
Tom Hanks no logra desde el inicio convencernos de que es un viejo cascarrabias ya que lo conocemos en un modo muy auténtico de ser en la mayoría de sus películas y entrevistas que suele dar, ya más avanzada la historia es cómo conectamos con su sentir y entendemos a profundidad su personaje que no cae en ser una comedia burlona de la gente de la tercera edad sino ver más allá de ello y lo que viven día a día en un mundo que gira más rápido de lo que ellos pueden comprender.
Al elenco de esta película se le une la mexicana Mariana Treviño que con su gran carisma e inocencia impregna la cinta de un humor digerible y llevadero por cada situación que vive y cómo se adapta a otro idioma y los retos que implica tener una familia, también la acompañan Manuel García-Rulfo y Cameron Britton que entienden la química de ser vecinos y cómo esa amistad trasciende la pantalla grande.
El director Marc Foster conoce la historia que quiere contar y va más allá de hacernos entender las motivaciones de cada personaje, sino también siembra esa labor social de aprendizaje en que cada uno podemos hacer algo por alguien más y que muchas veces ni siquiera sabremos de ello, aunque es mayor conocido por Guerra Mundial Z (2013) demuestra que no está estancado en un solo género y puede seguir experimentando y entregando buenos resultados a su audiencia.
Los cambios estacionales no solo sirven de referencia temporal para el espectador, también juegan un papel importante en como Otto se va sintiendo conforme conoce a sus vecinos y les enseña un poco quién es él, cada vez volviéndose más cálido y empático, pero sin dejar de lado que ellos también aprecian lo que los rodea, siendo un periodo cíclico al iniciar en invierno y terminar en invierno no es coincidencia por la decisión de quitarse la vida que va rodeando a la película.
Y para una película así de emocional, la música que la acompaña no podía quedarse atrás en la calidad y es Thomas Newman quien la musicaliza, ese dramatismo que acompaña los personajes te lleva a través de un vaivén de emociones para conducirte por risas, llanto, frustración y hacerte suspirar con cada nota. Es importante resaltar que también estuvo involucrado en 1917 (2019) y Spectre (2015), por lo que su música tiene una garantía de bondad y excelencia.
Sentirse conmovidos por una película de este calibre no es para menos, nos hace reflexionar realmente en qué es lo que queremos para un futuro y al ser una película tan realista conectará con más de uno en estas fechas, cumple lo que propone y es importante resaltar que si alguno de nuestros lectores necesita ayuda, no dude en acercarse con la gente más inesperada que pueda encontrarse, siempre habrá una sorpresa tras nosotros que nos alegrará y nos ayuda a dar un paso más en nuestro camino.
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