Escenario

La Vela Puerca ofreció un viaje a la nostalgia en el Lunario

COBERTURA. A través de un recorrido por su discografía, el grupo uruguayo que combina una variedad de géneros, aderezado con letras poéticas y sociales se reencontró con su público capitalino

música

La Vela Puerca en el Lunario.

La Vela Puerca en el Lunario.

Humberto Sauri

Luego del tradicional recibimiento de la banda La Vela Puerca con un emotivo coro unificado que simboliza la expectativa y la lealtad hacia el grupo nacido en Montevideo en 1995 (“Vamos, vamos La Vela, vamos La Vela de mi corazón”) el concierto, celebrado la noche del martes en el Lunario del Auditorio Nacional, arrancó oficialmente con “Sin visitar”, canción de su es el sexto disco de estudio Érase de 2014, una poderosa y energizante canción que invitaba a brincar al ritmo de sus mejores versos.

La noche continuó con “Potosí”, “Buenas mascotas”, “Un frasco” y “Claroscuro”. A lo largo de su trayectoria, La Vela Puerca ha desarrollado una sólida base de seguidores en América Latina y España y sus conciertos en vivo son conocidos por su energía y compromiso con el público. La banda ha abordado temas como la juventud, la identidad, la política y la vida cotidiana en sus letras, lo que les ha ganado una audiencia diversa y apasionada.

La presentación fue sorprendentemente calmada en comparación con la enérgica atmósfera que suele crear La Vela Puerca junto a su apasionado público. Probablemente se debió al hecho de que el evento se llevó a cabo en un lugar que generalmente se percibe como más “elegante”, lo que a menudo influye en el comportamiento de la audiencia. Es posible que este entorno haya contribuido a un baile más tranquilo y a la ausencia del uso de ciertas sustancias.

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La banda La Vela Puerca.

Luego de “Para no verme más”, “Todo el karma”, “Por dentro” y “Llenos de magia” llegó el primer encore, pasados algunos minutos, el público volvió a unirse para corear “Zafar”, una de sus canciones más reproducidas del disco A contraluz presentado en 2004 que marcó un punto importante en la carrera de La Vela Puerca. Este álbum consolidó aún más su posición en la escena del rock en español y les otorgó una mayor visibilidad, le siguió “El viejo” y “El poeta”.

Uno de los momentos más memorables fue cuando cientos de voces citadinas que se encontraron mientras cantaban “Criado pa’ toser/con mucha variedad”, de la mencionada “Zafar”. Aplausos sin medida, envolvieron a la agrupación que por más de por más de 25 años se ha caracterizado por abordar temas como la juventud, la identidad, la política y la vida cotidiana en sus canciones, lo que les ha valido una audiencia diversa y apasionada para seguir con la parte más emocional del concierto. De pronto todos los asistentes se volvieron uno solo y así permanecieron el resto del concierto.

Un segundo encore coronó la noche, y la audiencia dejó claro cuánto estaban disfrutando, mostrando su deseo de que ese momento fuera eterno. Finalmente, la banda cerró con “José sabía”, pieza característica de su álbum De bichos y flores, el segundo disco de la agrupación uruguaya cuya producción corrió a cargo del reconocido Gustavo Santaolalla.

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Rumbo al final del concierto, Sebastián Teysera, voz principal, agradeció por la bella noche y tanto amor. Tras su última actuación en el Indie Rocks!, personalmente, las expectativas para este concierto en el Lunario del Auditorio Nacional eran elevadas. Aunque gran parte del público coreó las canciones desde el corazón, hubo una sensación de que faltaba la energía característica de sus presentaciones, como un animado slam y el inconfundible aroma a marihuana que suele envolver sus conciertos.

La Vela Puerca se ha coronado como una de las bandas más influyentes en el panorama musical latinoamericano. La construcción de su legado se encuentra arraigado en su compromiso con la autenticidad y su habilidad para conectarse con las emociones y experiencias de sus seguidores y abordar temas que pudieran percibirse como incómodos.