En 1979 el colectivo de Monty Python, conformado por Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin (siempre en estricto orden alfabético) se tomó la tarea de filmar su segundo largometraje, uno que provocaría dolores de cabeza a los censores alrededor de todo el mundo, uno que cuestionaba la religión de una forma satírica y directa, La vida de Brian (Monty Python's life of Brian), la cual, sin lugar a dudas, sería imposible de realizar en la actualidad, por su humor, sus dardos políticos y críticas sociales.
La noche en que Jesús de Nazaret nace, en la puerta de al lado nace Brian, quien crece odiando al imperio romano, sólo para enterarse que él mismo es hijo de un centurión lo que le lleva a unirse al Frente Popular de Judea (FPJ), terminando preso. Al escapar es secuestrado por una nave extraterrestre, es regresado a la Tierra y, es confundido por los aldeanos como el mesías que les liberará del yugo romano.
Monty Phyton es un grupo de comediantes que se distinguía por la forma en que criticaban al poder, a las relaciones sociales y, sobre todo, la hipocresía de la clase dominante, por lo que esta película no traiciona sus principios, obligando al espectador a enfrentar un espectáculo tan sarcástico que le obliga a cuestionar no sólo su religión, sino la forma en que se entrega a ella. Debemos destacar que la figura de Jesús es tratada con inusual respecto de su lado, sin que sea tocado y cuya presencia sólo es al fondo de los acontecimientos de la cinta.
Comencemos por hablar de la secuencia de créditos, la cual es creada por Terry Gilliam, la cual tiene su habitual estilo de animación, ahora acompañada por imágenes que hacen referencias bíblicas, la mayoría de ellas tomadas de Gustave Doré y Giambattista Piranesi, quienes habían ilustrado pasajes bíblicos. Es acompañada con la canción de “Brian”, la cual buscaba emular las realizadas por John Barry y cantadas por Shirley Bassey para “Goldenfinger” y “Diamonds are forever”, de la saga de James Bond. Esta secuencia es precedida por la llegada de los que son conocidos como los tres reyes magos, quienes equivocan la dirección y terminan en la casa del recién nacido Brian y no de Jesús, marcando la serie de equívocos a los que tendrá que enfrentarse en su vida el protagonista.
La vida de Brian descansa sobre todo en la palabra, en la forma en que esta es usada para manipular las situaciones, con momentos hilarantes como aquella secuencia donde Brian es obligado por centuriones romanos a conjugar palabras en latín, o aquella donde los dirigentes de la FPJ están discutiendo las acciones tomarán una vez que Brian es recapturado y llevado a ser crucificado.
Y a pesar de que los Monty parecían no conocer la autocensura, hay escenas que eliminaron de la cinta por considerar las habían llevado demasiado lejos o que no permitían avanzara de forma natural la historia, siendo la más famosa la conocida escena de “Otto” donde sale un judío con tendencias nazis.
En su estrenó la película era acompañada por un cortometraje narrado por John Cleese, Away from it all, una parodia de los documentales turísticos que se burlaba de la costumbre británica de exhibir ese tipo de trabajos antes de la atracción principal.
La vida de Brian fue tachada desde su estreno de blasfema, las agrupaciones cristianas se volcaron contra ella, atacando principalmente la secuencia final, donde vemos a los crucificados bromear sobre la experiencia del momento, donde la cinta termina con una de las mejores canciones de la historia del cine, “Always look on the bright side of life”, que pide ver el lado optimista de la vida aun en los peores momentos de ella.
La cinta en realidad es una sátira sobre el dogma, de la forma en que éste se apodera de la vida de la gente y le impide pensar y avanzar, de la forma en que éste, en la religión, se instala en lo maravilloso para atrapar a la gente y hacerles seguir a cualquiera. Y claro aplica a la política, bien lo sabemos en México. También habla de la forma la mujer ha sido tratada en las religiones en la historia, la forma en que se les minimiza y elimina de la vida pública.
En la actualidad, el film es considerado como una de las más grandes comedias de la historia del cine, el British Film Institute le tiene en el lugar 28 de su listado de cine inglés, por ejemplo. Y es una de las grandes opciones para estos días religiosos, una cinta que cuestiona y muestra un paradigma diferente.
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