Wilco se presentó el pasado domingo en Ciudad de México, en el que fue su último show en tierras mexicanas tras estar en la Riviera Maya y en Guadalajara. La sede para este evento, fue el Frontón México en un cambio casi de último minuto luego de que originalmente se anunciara en el Teatro Ángela Peralta, pero debido a las quejas de los vecinos, se tuvo que mover.
El 2023 se está esfumando, la temporada decembrina es la más nostálgica, y qué mejor forma de acompañar todos estos factores que con la música y brutal actuación de Wilco con un bellísimo set que recorrió apenas una pequeña parte de lo que enmarca su carrera.
Empezando un poco más temprano a lo convencional (por ser domingo), Mint Field fueron los encargados de apartar y brindar recibimiento a la gente que buscaba sus butacas y tener una buena perspectiva del show.
La banda radicada en Ciudad de México, conformada por Estrella Del Sol, Sebastian Neyra, y ahora en la batería con Hugo Valdivieso, tocaron gran parte de su nuevo repertorio conformado por canciones de su más reciente material de estudio Aprender a ser, mismo que tuvo un gran recibimiento, no solo en este show de la capital, también en las demás fechas donde le hicieron compañía a Wilco en la República Mexicana.
Con un escenario donde se extendía una alfombra de color rojo y una manta hecha a tiras que simulaba la sensación de una pantalla donde imágenes de color bañaban a los oriundos de Chicago, Wilco continuó con “Handshake Drugs” y “Pittsburgh” mientras Jeff tocaba su guitarra acústica y lucía su vestimenta al más puro estilo de Johnny Cash, todo de negro con su sombrero blanco y su voz con tintes de rock aguardientoso y country dolido.
Wilco usó un juego de luces que, por momentos, daban directamente en la cara de los asistentes y no dejaban disfrutar el show a gusto a pesar del gran desempeño musical que la banda mostraba en el escenario, con Jeff siendo escoltado por una batería color azul cielo y las imágenes coloridas que seguían mostrándose en el fondo, tratando de que el público entrara en calor y saliera de sus asientos, cosa que sucedió poco en la noche.
Ante el talento de los músicos que conforman a la agrupación de Chicago, Tweedy recibió uno que otro grito de las damas asistentes donde le pedían a Jeff que les hiciera un hijo así como ciertas ovaciones entre rolas, que fueron el común denominador de esta velada donde, a diferencia de otras tocadas en el Frontón, todo el público estaba sentado en su asiento no habiendo zona para estar de pie, mientras casi nadie usaba su celular, simplemente se dejaba llevar por este country rock alternativo de Wilco.
“Cruel Country”, canción que hablaba de su amor por su lugar de origen a pesar de sus imperfecciones y una de las más coreadas de la noche, “I am trying to break your heart”, donde la agrupación reflexionaba acerca de volverse a abrir a una ex pareja y tratar de romperles el corazón sin éxito conectó por fin con la audiencia de forma importante mientras el vocalista tocaba su guitarra acústica con fuerza en uno de los mejores chispazos de la noche.
Después de agradecer a sus fans el poder regresar a la CDMX después de tres años, Wilco continuó este peculiar recital con otra de las favoritas del público, “If I ever was a child” donde los ritmos de esas raíces country se hacían presentes inclinándose hacia el rock alternativo que es parte de la identidad experimental de la agrupación para luego pasar a algo mucho más movido en su sonido, donde la batería sonaba con fuerza en “Cousin”.
La velada continuaba y Jeff se quitaba el sombrero, dejando de lado su habitual guitarra para entonar “Hummingbird”, otro de los éxitos que coreó la gente desde sus lugares, aplaudiendo por primera vez en la velada y siguiendo los pasos de un muy agradecido vocalista para rendir tributo a aquellos que no se pueden olvidar. Nuevamente la guitarra acústica se hacía presente en otro tema asentándose una largo otro, factor común en la noche que, si bien mereció una ovación de pie de los asistentes, terminó por ser algo repetitivo.
“Misunderstood” fue otra rola que causó la emoción de los asistentes que, durante el estribillo, causó furor ante la potencia lírica que hace alusión a todos aquellos incomprendidos con los gritos del vocalista que canalizaba ese dolor iracundo reflejado en su lírica, logrando otro chispazo de emoción que provocó una segunda ovación de pie para la banda mientras, por primera vez en la noche, se escuchaba el “oe oe oe, Wilco, Wilco”.
Otro momento de la noche se presentó ante un ritmo mucho más jazzístico con “Jesus Etc.” donde Jeff invitó al escenario a los abridores, Mint Field, a entonar la canción con ellos, logrando el momento más sorpresivo de la velada para propios y extraños. Mientras, las vibras de un final inevitable llegaban y la gente seguía gritando peticiones al aire. Esto lo aprovechó Jeff, que jugó con su querido público: “Hay temas que no podremos tocar pues tenemos 800 canciones y solo hay tiempo para unas 500”, dando paso al idilio nostálgico de “Heavy Metal Drummer”.
Después de una velada donde Wilco demostró una buena calidad como intérpretes en vivo, el cierre llegó en los sonidos del krautrock desprendido de “Spiders (Kidsmoke)”, un tema que tomó fuerza con su transcurrir para dejar a todo el público con un grato sabor de una noche increíble en música de Wilco.
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