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La violencia en el estado de Michoacán ha cobrado nuevas víctimas en los últimos días, con el asesinato de Lizbeth Estela Romero Tafolla, directora de Seguridad Pública de Angamacutiro, y Aurelio Santos Contreras, ex candidato a la presidencia municipal de Cotija.
El asesinato de Lizbeth Romero ocurrió en la mañana del lunes, cuando, según informes de la Fiscalía General del Estado, la funcionaria fue sorprendida a balazos en su hogar, ubicado en el centro de Angamacutiro. Las circunstancias del ataque son preocupantes: Romero recibió un disparo en la cabeza después de que un sujeto tocara a su puerta y le disparara a quemarropa. A pesar de la rapidez de los servicios de emergencia, la funcionaria, de 37 años, no pudo ser salvada. Hasta el momento, el autor del crimen no ha sido identificado y se desconoce su paradero, ya que huyó en motocicleta tras cometer el delito.
La fiscalía ha iniciado una carpeta de investigación y se encuentra recabando pruebas en el lugar de los hechos, donde se han desplegado equipos especializados para esclarecer este asesinato. El alcalde de Angamacutiro, Hermes Pacheco Bribiesca, indicó que no existieron amenazas previas contra Romero, lo que hace que el hecho resulte aún más desconcertante para la comunidad.
En un contexto de creciente inseguridad, este trágico suceso se suma a otro ataque violento en Cotija, donde fue asesinado Aurelio Santos Contreras, quien había sido presidente municipal y aspirante a la alcaldía por el PRD. Santos fue encontrado sin vida cerca del Colegio de Bachilleres en la localidad, tras recibir varios disparos. Este ataque se suma a una serie de crímenes que han azotado a la región, incluyendo el asesinato de la ex alcaldesa Yolanda Sánchez Figueroa, quien también había sido víctima de un ataque a mano armada.
La Fiscalía de Michoacán ha señalado que, al igual que en el caso de Romero, se ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del asesinato de Santos. Las primeras indagatorias sugieren que el ex candidato fue atacado mientras se encontraba en la vía pública, lo que refleja la peligrosa situación en la que se encuentran los políticos en esta región.
Michoacán ha sido sacudido por una creciente disputa entre cárteles de drogas y bandas criminales que buscan el control territorial. Las autoridades estatales han reconocido que varios grupos delictivos operan en la zona, complicando la labor de la Seguridad Pública y alimentando un clima de miedo y desconfianza entre los ciudadanos.