El contraalmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, de la Secretaría de Marina (Semar), fue asesinado el viernes 8 de noviembre en el puerto de Manzanillo, Colima, mientras circulaba en su vehículo por la avenida Lázaro Cárdenas, en la colonia Las Brisas. Según informes, dos hombres a bordo de una motocicleta se emparejaron con la camioneta de Guerrero Alcántar y abrieron fuego en su contra. A pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia, el funcionario naval ya había perdido la vida al momento de su llegada.
La Secretaría de Marina lamentó profundamente el suceso y expresó sus condolencias a la familia, amigos y compañeros del contralmirante. En un comunicado, señaló que colaborará con las autoridades locales para esclarecer los hechos y brindar todo el apoyo necesario a los seres queridos de la víctima.
Este crimen se suma a otro similar ocurrido apenas días antes en el mismo municipio, el 29 de octubre, cuando otro miembro de la Semar fue atacado a balazos mientras se encontraba de vacaciones. De esta forma, el asesinato de Guerrero Alcántar se convierte en el segundo ataque contra personal naval en Manzanillo en menos de dos semanas, un indicio de la creciente violencia que afecta a la zona portuaria.
Guerrero Alcántar, quien se desempeñó como director de la Agencia Nacional de Aduanas de México y en su momento fue director de la Aduana Marítima de Veracruz, era una figura conocida en el ámbito del comercio internacional, especialmente en la lucha contra el contrabando y el narcotráfico. La ciudad de Manzanillo es un punto clave para el comercio exterior de México, pero también uno de los principales focos de violencia debido a su vinculación con el narcotráfico, especialmente por la llegada de precursores químicos para la fabricación de fentanilo y otras drogas sintéticas.
El asesinato del contraalmirante se ha producido en un contexto complejo, donde el Puerto de Manzanillo se ha visto involucrado en una serie de conflictos relacionados con el crimen organizado, que incluyen secuestros y otros asesinatos. Esta serie de hechos resalta la creciente preocupación por la seguridad en la región, que sigue siendo un punto crítico para las autoridades federales y locales.
Mientras tanto, las investigaciones continúan y las autoridades buscan a los responsables del ataque. La Semar ha reiterado su compromiso con la protección de sus elementos y el bienestar de sus familias, al tiempo que se espera que la colaboración con las autoridades locales permita esclarecer lo sucedido.