Con el objetivo de garantizar el acceso a agua potable de calidad, estudiantes del Tecnológico de Estudios Superiores de Chimalhuacán (TESChi) desarrollaron la planta purificadora “Aguaquim”. Este proyecto innovador, liderado por 13 alumnos de Ingeniería Química, permite producir hasta 400 garrafones diarios, beneficiando a más de cinco mil personas de su comunidad educativa.
La planta tiene una capacidad de purificación de seis mil litros diarios, con un almacenamiento máximo de cinco mil litros. Su sistema puede generar un garrafón de 20 litros cada 45 segundos, lo que asegura cubrir la demanda interna del TESChi, calculada entre 70 y 90 garrafones al día.
En una etapa futura, se planea registrar la marca y patente de Aguaquim ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), lo que posicionaría al proyecto como un ejemplo de innovación en proyectos sostenibles en México.
Innovación académica aplicada
La creación de la planta purificadora no solo resuelve una necesidad práctica, sino que también impulsa la formación académica de los estudiantes. A través de asignaturas como Ingeniería de Costos, los participantes aprendieron a evaluar la viabilidad económica de proyectos industriales, mientras diseñaban sistemas de control de calidad para garantizar el cumplimiento de las normas oficiales de purificación de agua para consumo humano.
“Es un orgullo para mí formar parte de este proyecto, porque nunca había trabajado en algo tan significativo dentro de la escuela. Tener una planta purificadora que abastezca de agua potable al Tecnológico es un logro enorme”, expresó Karime Guadalupe Chávez Mondragón, estudiante participante.
Actualmente, el TESChi destina 36 mil pesos mensuales al consumo de agua potable, por lo que “Aguaquim” representa un ahorro significativo para la institución, a la vez que promueve la sostenibilidad en sus operaciones.
Impacto en la comunidad
Carlos Manuel López Alvarado, director del TESChi, destacó que la planta purificadora es un reflejo de los principios de la Nueva Escuela Mexicana, que fomenta la innovación en la educación y el desarrollo de proyectos que generen un impacto positivo en las comunidades.
Este esfuerzo fue posible gracias al respaldo del Gobierno del Estado de México, encabezado por la maestra Delfina Gómez Álvarez, y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTI), liderada por Miguel Ángel Hernández Espejel.