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La donación de órganos de un joven de 21 años, casado y padre de un bebé, cambió la vida de seis personas que esperaban un trasplante de corazón, hígado, riñones y córneas. El acto altruista ocurrió tras su fallecimiento por muerte encefálica derivada de un accidente en motocicleta.
El joven trabajaba como mesero y sufrió un daño cerebral irreversible. Fue atendido en el Hospital General de Zona 68 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Estado de México Oriente, donde, pese a los esfuerzos médicos, no fue posible salvarle la vida. Ante esta tragedia, su familia decidió autorizar la donación altruista, permitiendo realizar una procuración multiórgánica que benefició a pacientes en distintas partes del país.
El procedimiento, que se extendió por más de seis horas, fue realizado por un equipo multidisciplinario de especialistas. Los órganos se enviaron a diversas instituciones médicas: el trasplante de corazón se llevó a cabo en el Instituto Nacional de Cardiología; el hígado y los riñones se destinaron a Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE) en Monterrey y Puebla, respectivamente, y las córneas llegaron al Hospital General Regional No. 1 en Cuernavaca.
Durante su traslado al quirófano, el donante fue despedido con aplausos y ovaciones por parte del personal médico, amigos y familiares. Este emotivo gesto subrayó la importancia de fomentar la cultura de donación de órganos en México.
Actualmente, miles de personas están en la lista de espera para trasplantes, aguardando la oportunidad de una nueva vida. Por ello, el IMSS y el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) promueven el registro de donadores voluntarios.
Cualquier interesado en salvar vidas a través de la donación post mortem puede registrarse en la página oficial del Centro Nacional de Trasplantes o en la sección de Donación de Órganos y Tejidos del IMSS. Este trámite asegura que la voluntad del donador sea respetada, facilitando procesos médicos que transforman vidas.
El caso de este joven es un claro ejemplo de los beneficios de la donación de órganos, pues su generosidad no solo salvó vidas, sino también inspiró a otros a considerar la posibilidad de ser donadores. En cada uno de los pacientes que recibieron un órgano suyo, permanece vivo un legado de amor y solidaridad.