BúsquedaMujer polémica de fiesta y pachangas, así se puede identificar a la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, quien su principal preocupación es atender el “jolgorio acapulqueño”, ya los casos de homicidios e inseguridad que tienen contra la lona a los ciudadanos que prometió proteger, eso, pasa a segundo plano.
Abelina López, quien finge ser gente del pueblo acapulqueño y simular que siente las preocupaciones e inquietudes de sus conciudadanos, exhibió nuevamente su rostro real, el de la despreocupación y a quien solo interesa la fiesta, el jolgorio como ella le dice a las pachangas y todo lo que tenga sinónimo de diversión.
En medio de la ola de violencia que azota al puerto guerrerense, la munícipe se negó a dar su punto de vista sobre los asesinatos de 13 personas, entre transeúntes y choferes del transporte público que ha dejado la inseguridad en las últimas horas, en el municipio que ya se le olvidó que tiene por encomienda gobernar.
Interrogada por medios locales, la Presidenta municipal, quien ha adoptado la imagen de la Adelita acapulqueña, al ser presionada para que opinara sobre la inseguridad y asesinatos que han ocurrido en Acapulco, se salió por la fácil y al estilo Andrés Manuel López Obrador dijo: “yo voy a hablar del jolgorio acapulqueño”, lo que quedó clara que para ella la fiesta es primero y la inseguridad que ahoga a los acapulqueños ya vendrá otro a solucionarlo.
“Vénganse a divertir a Acapulco” reiteró la alcaldesa, quien como si fuera una eminencia del espectáculo estuvo custodiada en todo momento por un fuerte despliegue policiaco.
Esta acción de la edil desató duras críticas contra ella, pero al ser gente fiestera no le incomodaron reclamos o calificativos contra su persona o contra su administración.
Abelina López Rodríguez, una de las caras visibles del equipo de Marcelo Ebrard que quiere ser la gobernadora de Guerrero en las elecciones el 2027, pero con sus acciones en Acapulco, la reflexión invita a evaluar qué se le espera a Guerrero si se apuesta por ella para tomar las riendas de un estado severamente golpeado al que ni las actuales autoridades estatales atenden.