La crisis del maíz que se tradujo en un incremento sin control del precio de la tortilla, puso a prueba al gobierno de Felipe Calderón. Aún es prematuro hablar de los efectos que tendrá esta crisis, pues al golpe que recibieron en su bolsillo las clases más desprotegidas habrá que añadir posibles consecuencias en la inflación y otras.
La crisis del maíz dista mucho de ser superada pero ya se viene otra en puerta: la del frijol, cuyos productores se enfrentan a lo mismo que los del maíz y que los trabajadores del campo en general.
Se enfrentan a la falta de apoyo de parte del gobierno para incrementar la producción y estar en condiciones de enfrentar la competencia desigual en que los metió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
México ocupa el quinto lugar en el contexto mundial en producción de frijol, después de India, Brasil, China y Estados Unidos. Ocupa además el tercer lugar en superficie sembrada, con dos millones 154 mil 600 hectáreas cultivadas al año.
El frijol ocupa el segundo lugar nacional por número de productores, con 570 mil, que generan un millón 100 mil toneladas al año.
Las cifras son engañosas. La oferta se reduce paulatinamente por la falta de apoyo para sembrar, mientras que la demanda crece. Ese desequilibrio entre la oferta y la demanda fue una de las causas de la crisis del maíz y ahora se reedita en el frijol.
Jaime Zabludovsky, quien fue subjefe de las negociaciones del TLCAN, lo advirtió ayer ante senadores y especialistas: “En frijol tenemos déficit; el frijol que se consume en México se produce en muy pocos lugares; incluso a veces tenemos problemas para conseguir ese frijol o hay que hacer siembra por encargo.
“Aquí lo que se requiere es fomentar la producción del frijol que México demanda y que no se produce en ninguna otra parte; dicho sea de paso, es un fenómeno similar a lo que está pasando con el maíz blanco”. Hasta aquí la cita.
Los productores de frijol esperan con temor la llegada del próximo año, pues la liberación de la leguminosa contemplada en el TLCAN agudizará las condiciones desiguales con que compiten con sus similares de Estados Unidos.
Y es que el 100 por ciento de los productores de frijol del vecino del norte utiliza fertilizantes; en México sólo el 10.38 por ciento lo hace. En Estados Unidos, el 100 por ciento utiliza semilla mejorada; en México, sólo 24.05 por ciento.
En Estados Unidos se usan mil 546 tractores por cada mil agricultores; en México se usan sólo 20 tractores por cada mil agricultores. En Estados Unidos el subsidio gubernamental por productor es de 346 dólares; en México el subsidio es de 81 dólares.
Lejos de recibir los apoyos de parte del gobierno mexicano que contempla el TLCAN, los productores de frijol enfrentarán la apertura el próximo año con un panorama nada alentador.
Diconsa se encuentra desmantelada, desapareció Banrural, Fertimex fue privatizada, desapareció Conasupo, y existen problemas e inconsistencias en las reglas de operación para acceder a los apoyos oficiales.
En un documento entregado en el Senado, la Unión Nacional de Productores de Frijol expone parte de su problemática: “Enfrentamos serios problemas en materia de organización, capacitación, infraestructura productiva y comercial, financiamiento, tecnología, seguro agrícola y comercialización.
“Sembramos en superficie pequeña, producimos poco por hectárea y a costos elevados, vendemos al precio más bajo del mercado, corremos solos los riesgos y no existe ningún sistema compensatorio”.
Por si no fuera suficiente, la Secretaría de Economía aplica un calendario de licitaciones de los cupos de importación de frijol en el mes de septiembre, lo que implica que la introducción del producto de Estados Unidos coincide con la recolección de la cosecha del ciclo primavera-verano del frijol mexicano.
Los datos están ahí. Si no se toman medidas, la crisis del maíz será alcanzada por la crisis del frijol y así, los dos principales alimentos del mexicano estarán unidos en una crisis de consecuencias incalculables.
OFF THE RECORD
*La embajada de Chile en México opera para que la visita de Estado que realizará la presidenta de ese país, Michelle Bachelet, el 20 y 21 de marzo, no sea vista como una legitimación del gobierno de Felipe Calderón. Como parte de esta estrategia, no se descarta que Bachelet se reúna con la izquierda y... con López Obrador.
*Carlos Medina Plascencia, quien perdiera ante Manuel Espino la contienda Interna por la dirigencia nacional del PAN, intenta resucitar mediante la creación de un organismo dedicado a fomentar el empleo a través del apoyo a las pequeñas y medianas empresas. No cabe duda. En política nadie se muere para siempre.
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