Bienestar

En el marco del Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo, te invitamos a saber un poco más sobre este trastorno

El Autismo y los estigmas sociales de “Lo Normal”

El autismo no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo que acompaña a la persona que lo padece a lo largo de su vida. Por lo tanto, no tiene una “cura”, aunque algunos de sus síntomas son tratables, explica Ana Shizue Aoki Morantte, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

A pesar de los estigmas, el autismo no se manifiesta de una sola forma ni es discapacitante en todos los casos. Por ello, se habla de un espectro autista, un abanico de experiencias neurológicas que desafía las ideas tradicionales sobre la “normalidad”.

Las investigaciones actuales apuntan a alteraciones en el sistema nervioso central durante el desarrollo temprano y a mutaciones genéticas espontáneas como las causas más probables del autismo, desmintiendo así con mitos populares como su relación con vacunas o con el estilo de crianza.

Estigmatización: Cuando el prejuicio lastima

El autismo está rodeado de estereotipos que afectan la calidad de vida de quienes forman parte del espectro.

Empatía y socialización: La creencia de que las personas autistas “no sienten empatía” es incorrecta, ellos procesan las emociones y las interacciones sociales de manera distinta, lo que puede generar malentendidos.

Contacto visual: Evitar mirar a los ojos no significa desinterés, es una estrategia para concentrarse mejor en la conversación.

Colapsos sensoriales: Los meltdowns o crisis sensoriales son respuestas a sobrecargas de estímulos, como luces intensas o sonidos fuertes. Frecuentemente son confundidos con “berrinches”, lo que puede llevar a reacciones inadecuadas por parte del entorno.

Diagnóstico tardío: Muchos adultos autistas fueron diagnosticados en la edad adulta tras años de sentirse “diferentes” y forzarse a encajar en un mundo neurotípico.

Espectro Autista

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se presenta de formas muy diversas. Aquí algunos ejemplos:

Comunicación: Algunas personas autistas prefieren medios alternativos como lenguaje de señas, dispositivos de comunicación o expresión a través del arte.

Sensibilidad sensorial: Ciertas texturas, sonidos o sabores pueden ser abrumadores. La hipersensibilidad sensorial puede afectar actividades cotidianas y requerir adaptaciones.

Expectativas: La cultura popular ha reforzado la idea de que las personas autistas tienen “talentos excepcionales” o una inteligencia superior, lo que genera presión y falsas expectativas. La realidad es que la inteligencia puede variar tanto como en la población neurotípica aunque es cierto que algunos autistas pueden tener “hiper-enfoques” en ciertas áreas de su interés.

Desinformación en redes:

Mitos virales y modas peligrosas

El creciente interés por el autismo en redes sociales ha traído visibilidad, pero también desinformación.

Romantización: Los Influencers presentan el autismo como una “excentricidad adorable”, ignorando los desafíos reales en educación, empleo o salud.

Autodiagnóstico: Test superficiales en redes sociales (especialmente TikTok) llevan a muchas personas a etiquetarse como autistas sin evaluación profesional, lo que trivializa la condición y puede retrasar diagnósticos reales.

“La desinformación no sólo estigmatiza; también retrasa diagnósticos”, advierte la OMS.

La “normalidad” es una construcción social que excluye a quienes procesan el mundo de manera distinta.

Para saber más:

Therapyside- Mitos sobre el TEA y diagnóstico.

Specialisterne Spain- Estigma social y doble empatía.

Campaña “Conéctate con el Autismo” (INSM Perú).

Psychiatry.org- Comorbilidades y tratamientos.

OMS- Datos globales y desmitificación de mitos sobre vacunas.

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