Columnistas Jalisco

Universidad Panamericana

Semana Santa Mexicana: Fe, tradición y cultura viva

Jorge Alejandro Peña Landeros

Estimados lectores, como siempre, es un enorme placer reencontrarme con ustedes a través de esta columna, un espacio que nos permite estar conectados con la información, el conocimiento, la comunicación y la cultura, siempre con el objetivo de estar en avant-garde. Hoy les traigo una columna especial en la que abordaremos cómo es la Semana Santa Mexicana, desde la devoción, la cultura, las tradiciones, el folclore y las manifestaciones artísticas que varían en cada región del país.

Semana Santa

La Semana Santa en México tiene sus orígenes durante la evangelización. Las órdenes religiosas adaptaron estas celebraciones a las costumbres locales, utilizando teatralizaciones de la pasión de Cristo para enseñar los rituales a los pueblos indígenas. En las comunidades indígenas, la Semana Santa no solo rememora la Pasión de Cristo, sino también la lucha entre el bien y el mal. Las festividades incluyen danzas y rituales que integran creencias ancestrales y católicas. Esta mezcla cultural enriquece la celebración, convirtiéndola en un acto social y cultural tan importante como religioso. Las manifestaciones de la Semana Santa en México, como los altares de Viernes de Dolores, las procesiones, las quemas de Judas, entre otras, reflejan tanto el fervor religioso como una rica tradición cultural. (Gobierno de México. (s.f.). La Semana Santa entre los pueblos indígenas de México. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas).

Viernes de Dolores OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Viernes de Dolores

El Viernes de Dolores es la antesala de la Semana Santa o Semana Mayor. En el centro del país se conmemoran los sufrimientos de la Virgen María, simbolizados en el “Stabat Mater”. A lo largo de las calles se colocan altares con simbolismos como la imagen de la Virgen Dolorosa, que representa el dolor de la Virgen por la pasión de su hijo; las siete espadas, que simbolizan los siete dolores de la Virgen; flores y velas, que representan la esperanza y el sufrimiento; telas negras, moradas y blancas, que significan luto y respeto por el dolor; y un crucifijo, que simboliza el sacrificio de Cristo y la conexión entre el sufrimiento de María y Jesús.

Dentro del folklore, se regalan aguas para alegrar el triste día, recordando que el agua son las lágrimas de la Virgen. En algunos lugares se prepara la famosa agua de Cuaresma, de Viernes de Dolores o de Obispo, que lleva la mezcla de los ingredientes más curiosos como betabeles, plátanos, melón, lechuga y naranjas. En algunas casas, incluso se regala comida, como las tradicionales siete cazuelas preparadas durante los viernes de Cuaresma con platillos típicos como pescado, camarones, nopales, chile relleno, frijoles, verduras, atún y variantes. El Viernes de Dolores es una tradición poco conocida, pero que en los últimos días ha ganado relevancia, como el tradicional y famoso “callejón del buche” en San Luis Potosí, ejemplo claro de esta tradición.

La Semana Santa

En general, la Semana Santa en México se distingue por su profunda espiritualidad, combinada con manifestaciones culturales como la música, las danzas tradicionales y las representaciones vivientes, que comienzan desde el Domingo de Ramos.

Jueves Santo: Es uno de los primeros días más simbólicos de la Semana Santa. En muchas regiones del país, el día comienza con la visita a los siete altares o templos, donde, siguiendo la tradición española, las imágenes salen de las iglesias a las calles, para representar la pasión de Cristo en altares que rememoran algunas escenas del Viacrucis. Estos altares se colocan como un acto de fe, oración y meditación, y en ellos se reparte pan bendito, ramilletes de manzanilla, y oraciones. Al caer la noche, en las iglesias del país se puede ver la representación teatral del lavatorio de pies y la última cena.

Viernes Santo

Viernes Santo: Sin duda, el Viernes Santo es el clímax de la Semana Santa, un día de luto y recogimiento. En diversas partes del país, por la tarde, se celebran los viacrucis vivientes como un acto simbólico de fe. El más representativo y emblemático es la Pasión de Cristo en Iztapalapa, que, con más de 180 años de tradición, cuenta con miles de actores en escena, realismo y culmina con la crucifixión de Cristo en el Cerro de la Estrella.

En otras regiones del país, como Huauchinango, Puebla, se realizan actividades como las Alfombras de Flores y Aserrín, también se lleva a cabo los viacrucis de Taxco, Guerrero, y la emblemática Procesión del Silencio en San Luis Potosí, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial y reconocida por la UNESCO. Con más de 130 años de tradición, esta procesión es un evento de magnitud internacional, con una profunda simbología similar a la de Sevilla, España.

En muchos lugares del país, el día concluye con el “pésame” a la Virgen, donde los feligreses asisten a una ceremonia en la que se expone la imagen de Cristo yacente, la Virgen de la Soledad o los Dolores, y San Juan Evangelista, para darles el pésame. Sin duda, el Viernes Santo es uno de los días más importantes y simbólicos de la Semana Santa, donde el ambiente se llena de duelo y reflexión.

Días Gloriosos

El Sábado de Gloria, en épocas anteriores, se celebraba mojando con agua a las personas en la calle, pero la escasez de este vital líquido ha llevado a limitar esta tradición. A nivel religioso, se conmemora con la Misa de la Vigilia Pascual, celebrada por la noche, simbolizando la espera de la resurrección de Cristo, cuando los fieles se reúnen para dar gracias por este acontecimiento, y las calles se iluminan con la luz del cirio pascual. En algunos lugares también se realiza la quema de Judas, donde se crean imágenes de papel maché o estilo piñata con pirotecnia, las cuales se queman en un ambiente de fiesta y folklore. Muchas veces, las imágenes representan los pecados capitales, políticos o figuras del medio social o del espectáculo en boga, como un símbolo de la traición de Judas Iscariote.

Domingo de Resurrección

Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, es la culminación de la Semana Santa, el día más importante, en el que se celebra la victoria de la vida sobre la muerte. En muchos lugares del país, fuera de las iglesias, este día se convierte en una fiesta, donde, después de las celebraciones religiosas, se realizan danzas tradicionales.

Estimados lectores, sin duda alguna, la Semana Santa es un tiempo para hacer una pausa en el camino y reflexionar, un espacio para el fervor, la meditación y la devoción, pero también para resaltar el enorme mosaico de cultura, tradiciones, folklore y manifestaciones artísticas. Vivamos en plenitud esta Semana Santa, descansando y disfrutando de estos momentos. No olviden siempre buscar ese rayo de luz al amanecer que los inspire, los haga vivir momentos hermosos y disfrutar de la vida.

Maestro Jorge Alejandro Peña Landeros. Director de Biblioteca, Universidad Panamericana

Tendencias