En el marco del natalicio del arquitecto tapatío Pedro Castellanos (1901-1961), figura clave de la Escuela Tapatía de arquitectura, se llevó a cabo la conferencia y recorrido Arquitectura Sacra: el legado de Pedro Castellanos, en el emblemático Templo de Nuestra Señora del Rosario, mejor conocido como Templo del Padre Galván.
El evento, organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco (SC), el Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Guadalajara y Arte Convergente AC, contó con la participación de Jessica Marcelli, experta en arte y patrimonio, y Daniel López Hernández, Jefe de Patrimonio Artístico e Histórico de la SC.
La charla, que combinó historia, arte y arquitectura, ofreció una mirada profunda a la obra sacra de Castellanos, una faceta poco explorada de su trayectoria.
López Hernández dio la bienvenida a los asistentes, destacando la importancia de revisar esta etapa del arquitecto, quien, además de su contribución al regionalismo y funcionalismo, dejó un legado significativo en la arquitectura religiosa.
Indicó que Pedro Castellanos es reconocido por obras como Casa Rébora, Casa Quiñones y la Privada del Torreón entre otras, pero su incursión en la arquitectura sacra es igualmente relevante.
Explicó que este templo en el que se conservan reliquias del Padre Galván, es un ejemplo de su maestría en el neogótico, un estilo que supo adaptar al contexto tapatío.
Por su parte, Jessica Marcelli, Doctora en Historia Medieval con especialización en Arte y Patrimonio por la Universidad de Florencia, profundizó en las características arquitectónicas del templo. Resaltó su estructura flamígera, propia del neogótico, y su planta de cruz latina con una sola nave, que refuerza la sensación de verticalidad y ligereza.
La experta destacó que este templo es un monumento que resalta entre las alturas de la ciudad. Su diseño lineal y sus vitrales, que reemplazan los muros tradicionales, son una muestra de la influencia del gótico inglés. Además, la fachada, con sus arcos abocinados y esculturas talladas en cantera, es una obra maestra del arte sacro.
El recorrido por el templo permitió a los asistentes apreciar detalles como las 61 tallas realizadas por el escultor Refugio Godínez, conocido como Don Cuco, quien dedicó 67 años de su vida a la ornamentación del edificio.
Se trata de una ornamentación totalmente artesanal, labrada en cantera. Cada detalle, desde los ángeles músicos en la arquivolta hasta los gabletes que coronan las torres, refleja un profundo sentido religioso y artístico, añadió Marcelli.
El Templo del Padre Galván, construido en tres etapas entre 1922 y 1969, es también un testimonio de la historia de Guadalajara. Su ubicación en lo que alguna vez fueron las afueras de la ciudad, cerca de las antiguas tenerías, habla del crecimiento urbano y la transformación de la urbe.
La conferencia y el recorrido no sólo celebraron el legado de Pedro Castellanos, sino que también invitaron a reflexionar sobre la importancia de preservar el patrimonio arquitectónico y cultural de Jalisco. López Hernández agregó que estos edificios no son solo piedra y cantera; son testigos vivos de nuestra historia y de la fe de quienes los construyeron.
El evento cerró con un recorrido por el interior del templo, donde los asistentes pudieron admirar los vitrales, el altar y otros detalles que hacen de este espacio un referente del arte sacro en México.