
En un acto que reunió a líderes empresariales, académicos, representantes de la sociedad civil y funcionarios públicos, la presidenta municipal de Guadalajara, Verónica Delgadillo, presentó la segunda fase del programa “Limpia Guadalajara”, una ambiciosa estrategia para transformar la gestión de residuos en la capital tapatía y consolidarla como la ciudad más limpia del país.
El programa, que surgió como respuesta a lo que la alcaldesa describió como “la crisis más grande de servicios públicos que pudo haber enfrentado nuestra ciudad”, busca no solo resolver el problema de la basura, sino convertirlo en una oportunidad para generar una transformación urbana, cultural y cívica en Guadalajara.
De la crisis al modelo público
La primera fase de Limpia Guadalajara implicó un giro de 180 grados en la gestión de residuos. Se rompió con el modelo de concesión a la empresa CAPSA y se municipalizó el servicio con la adquisición de 160 camiones y la creación de una nueva organización pública descentralizada (OPD) llamada Guadalajara Limpia, que permitió contratar personal directamente y operar el sistema.
“En tres meses logramos cumplir con los primeros cinco pasos de nuestro plan, incluyendo la recolección casa por casa. Pasamos de 10,166 reportes de fallas en el último cuatrimestre de CAPSA a solo 1,707 en el primero de Limpia Guadalajara”, explicó Delgadillo, subrayando una mejora del 70% en la atención ciudadana y una efectividad del 95% en el servicio de recolección.
Además, la alcaldesa enfatizó el valor simbólico y social del cambio: “Queremos dejar de decir ‘ahí viene la de la basura’ y empezar a decir ‘ahí vienen los de la limpieza’. Estamos trabajando por cambiar paradigmas”.
Segunda fase: del operativo al cambio cultural
Con la urgencia resuelta, la segunda fase se enfoca en consolidar una cultura ciudadana de corresponsabilidad, dignificar el espacio público y fortalecer la infraestructura urbana.
Uno de los anuncios más destacados fue la presentación del Escuadrón de la Limpieza, formado por 11 equipos distribuidos en las comunidades (antes polígonos de seguridad) de Guadalajara. Cada escuadrón cuenta con personal, herramientas especializadas, vehículos y una camioneta de 3 toneladas, y operará con acciones de hidrolavado, borrado de grafiti, recolección de residuos voluminosos, mantenimiento de mobiliario urbano, áreas verdes y bacheo en frío.
La alcaldesa también anunció que se están revisando y fortaleciendo mecanismos ya existentes como los puntos limpios, con una propuesta más profunda que será presentada en seis meses.
Inversión histórica
Para respaldar el proyecto, el gobierno municipal ha destinado una inversión total de 1,613 millones de pesos, que incluye:
- 265 millones para equipamiento (barredoras, camiones, camionetas, etc.)
- Recursos humanos y operación
- Un fondo de 8.2 millones de pesos destinado a apoyar a vecinos que realicen proyectos de limpieza o conservación en sus colonias.
Además, el presupuesto general en servicios públicos se incrementó en un 34% en comparación con el ejercicio anterior.
Corresponsabilidad, no solo sanción
Más allá de la maquinaria y la operación logística, Delgadillo insistió en que el éxito del programa depende de un cambio cultural colectivo. “Cada día nuestra ciudad produce 1,800 toneladas de basura. Cada tapatío genera 1.3 kg al día. No hay gobierno que pueda con eso solo”, advirtió.
Por ello, se lanzó un Pacto por la Limpieza, firmado por universidades, organizaciones civiles y cámaras empresariales. Se inicia una campaña de apercibimientos pedagógicos durante tres meses antes de aplicar sanciones, y se anunció que quienes incumplan podrán optar por servicio comunitario en lugar de pagar multas.
La sociedad civil y academia, protagonistas
Durante el evento, representantes como Sofía Chávez, de la organización ambiental Casa C, celebraron el fin de la concesión con CAPSA y propusieron avanzar hacia una Agencia Metropolitana de Residuos, coordinada entre municipios del área metropolitana.
Asimismo, el rector de la Universidad Panamericana, Abraham Mendoza, expresó el compromiso del sector académico con esta agenda. La universidad colaborará con programas de voluntariado y asesoría técnica en políticas públicas.
Por su parte, Javier Arroyo, presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, refrendó el compromiso del sector empresarial en cumplir normas ambientales y promover prácticas sostenibles.
Un reto compartido
La presidenta cerró con un llamado a la unidad y a la construcción de una causa común. “Frente a un país tan polarizado, lo que necesita nuestra ciudad es una agenda que nos una. Y la limpieza puede ser esa causa. Si ganamos esta lucha, ganamos todos como sociedad”.
“Guadalajara nos ha dado todo. Hoy nos toca a nosotros darle algo a cambio”, concluyó.