Innovación

Dada la gran cantidad de volcanes activos en México, la misión del nanosatélite es crucial: vigilar la actividad volcánica del país, con especial atención al Popocatépetl

CIENCIA PARA TODOS: Satélites y volcanes mexicanos

Siguiendo la estela del AztechSat-1, el primer nanosatélite mexicano lanzado en 2019 en colaboración con la NASA, este año nos encontramos frente al Gxiba-1, un proyecto que reafirma la autonomía tecnológica del país y demuestra el talento e ingenio de los científicos e ingenieros mexicanos.

Dada la gran cantidad de volcanes activos en México, la misión del nanosatélite es simple pero crucial: vigilar la actividad volcánica del país, con especial atención al temido Popocatépetl, ubicado en el Estado de México.

Su lanzamiento está previsto para 2025 y se llevará a cabo desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Este pequeño explorador es fruto de la colaboración de distintos actores, destacando a nivel nacional la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quienes lideraron su desarrollo.

Como parte del programa de Monitoreo y Exploración de Volcanes Activos (MEVA), Gxiba-1 será un centinela en el cielo. Utilizando tecnología de punta, analizará las emisiones de gases como dióxido de carbono (CO₂) y dióxido de azufre (SO₂), convirtiendo estos datos en herramientas clave para la predicción de erupciones. Su objetivo es prevenir desastres y proteger a las comunidades que viven a la sombra de estos gigantes.

En este sentido, Gxiba-1 no solo representa un avance tecnológico, sino también una declaración de ambición y talento.

Al igual que el AztechSat-1, Gxiba-1 ha cruzado fronteras, logrando ser seleccionado en el renombrado concurso KiboCUBE, organizado por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) y la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de la ONU (UNOOSA). Con este logro, México se consolida en el escenario mundial de la investigación espacial y refuerza su reputación como un actor clave en el sector aeroespacial.

Ahora bien, lo que hace a Gxiba-1 tan innovador es su capacidad de procesamiento. Equipado con modelos de aprendizaje profundo, analizará en tiempo real los patrones de gases emitidos por los volcanes, identificando posibles señales de erupciones inminentes. Esto marca un avance significativo en la prevención de desastres naturales.

El respaldo internacional ha sido una pieza clave en su desarrollo. Instituciones como JAXA han asegurado que Gxiba-1 cumpla con los más altos estándares de seguridad para su despliegue desde la EEI.

TE RECOMENDAMOS CIENCIA PARA TODOS. Constelación Atlántica: España y Portugal en apuesta espacial que contempla lanzamiento de 16 satélites en 2027

En definitiva, la misión Gxiba-1 representa un hito en la exploración espacial del país. No solo permitirá la prevención de desastres y la protección de miles de personas, sino que también posicionará a México como un referente en el desarrollo de nanosatélites. Con este tipo de iniciativas, el país está demostrando que tiene el talento, la visión y la capacidad para competir en el ámbito aeroespacial global. Gxiba-1 no es solo un satélite; es un símbolo del ingenio y la determinación de México por conquistar nuevos horizontes en la ciencia y la tecnología.

El espacio ya no es solo el destino de las potencias tradicionales. Con cada misión, México avanza con paso firme en la exploración del cosmos, escribiendo así su propia historia entre las estrellas.

@Rodrigo_MorenoP

 

Lo más relevante en México