Cuando pensamos en Marte, imaginamos un mundo árido y polvoriento, con vientos fríos y un suelo rojizo e inhóspito. Sin embargo, bajo su superficie, se esconden señales de un pasado más dinámico de lo que se suponía. Hace poco tiempo, el rover chino Zhurong reveló estructuras poligonales bajo la superficie a más de 35 metros de profundidad en la planicie de Utopía Planitia, dichas formaciones geométricas sugieren que, en algún momento, el agua jugó un papel crucial en la historia del planeta rojo.
Los patrones en cuestión no son ajenos a la Tierra. En regiones frías como el Ártico o la Antártida, el agua atrapada en el suelo se congela y expande, provocando fracturas que con el tiempo forman redes de polígonos bien definidas. Conocidos también como polígonos de permafrost, ocurren cuando el agua se infiltra en el terreno y, al congelarse, ejerce presión sobre la superficie, modelando el suelo de manera predecible. Si en Marte se observan estructuras similares, es muy probable que hayan surgido por procesos análogos, aunque bajo condiciones completamente distintas y en un pasado que aún desconocemos.
Ahora bien, el hecho de que estos polígonos se encuentren tan profundamente enterrados indica que han permanecido ocultos durante siglos, cubiertos por capas de sedimentos acumulados con el tiempo. Sugiriéndonos que Marte no siempre fue el desierto helado que conocemos hoy, sino que en algún momento experimentó ciclos climáticos activos en los que la presencia de agua fue lo suficientemente significativa como para modelar el paisaje. Pero, si el agua estuvo presente en tales cantidades, ¿qué tan recientes fueron estos procesos? ¿Podría quedar aún algo de dicha humedad atrapada en el subsuelo?
De entre las teorías propuestas, aquella más aceptada es que estos patrones surgieron debido a ciclos de congelación y descongelación que fracturaron el terreno. La humedad atmosférica, capas de nieve derretida o incluso antiguos cuerpos de agua pudieron haber intervenido en el proceso, repitiendo esta dinámica una y otra vez hasta esculpir las formas que ahora hoy en día yacen bajo la superficie. Sin embargo, lo más relevante de este hallazgo no es solo la geometría en sí, sino lo que implica para la búsqueda de agua en Marte.
Si en Utopía Planitia existen estructuras poligonales sepultadas, es posible que aún queden reservas de agua congelada en el subsuelo. Esto no solo cambiaría nuestra percepción del Marte actual, sino que también abriría la posibilidad de que futuras misiones puedan acceder a estos depósitos. El agua es un recurso fundamental para la exploración espacial, tanto para el soporte vital de los astronautas como para la producción de combustible en misiones de largo plazo.
Cada descubrimiento en Marte nos acerca un poco más a entender su pasado y, en última instancia, a responder la gran pregunta: ¿alguna vez tuvo condiciones adecuadas para la vida? La geometría del subsuelo es una pieza más en este rompecabezas, una señal de que el agua no solo estuvo presente en Marte, sino que dejó rastros que aún podemos estudiar. Conforme nuevas misiones exploren estos vestigios, podremos reconstruir la historia del planeta rojo con mayor detalle, quizás incluso encontrando indicios de que, en su pasado remoto, Marte fue un mundo muy diferente al que vemos hoy.