Todos los días en las redes sociales vemos publicaciones sobre lo difícil que el mundo laboral: cambios inesperados, fusiones, adquisiciones y hasta quiebras que de un momento a otro dejan a las personas sin empleo. Este es un hecho que ninguno de nosotros puede cambiar, pero si podemos adaptarnos para ser relevantes en un campo determinado.
A mis 41 años, y siendo estudiante de Ingeniería en Sistemas de Software en UAG Online, estoy convencido totalmente que el trabajo duro para ganarnos la vida haciendo lo que nos gusta no es suficiente sin esfuerzo adicional, un plan de crecimiento y una sólida preparación para enfrentar los retos que existen en este mercado laboral tan competido y cambiante.

En mi vida he tenido grandes descalabros, pero también grandes éxitos, como lo fue aprobar el examen de admisión a la Universidad Autónoma de Guadalajara en 2023. Contra todo pronóstico, inseguridad por regresar a la escuela y a una edad donde no muchos deciden regresar a estudiar, mi constante búsqueda por responder preguntas relacionadas a las empresas, negocios y mercadotecnia, me llevó a perseguir una emocionante ingeniería que responde esas preguntas que me hago todo el tiempo, en una economía totalmente digitalizada.
Para alguien que no proviene de un área físico-matemática, estudiar materias como física general, cálculo diferencial o fundamentos de programación fue como ver una enorme montaña frente a mí, pero como dice un proverbio chino “para recorrer mil kilómetros debemos dar el primer paso”, y así lo di y doy todos los días. A veces con el tiempo para estudiar 4 horas, a veces sólo ver un video de 10 minutos, pero con la consigna de aprender algo nuevo de mi carrera todos los días.
Este aprendizaje me llevó a una de mis materias más entrañables que fue la de Fundamentos de Programación, donde la profesora María de los Ángeles Salazar nos enseñó las bases teóricas y prácticas de la programación en lenguaje C, el cual, desde mi ignorancia en ese entonces, desconocía que no me estaban enseñando a “programar en C”, sino que me estaban enseñando a pensar estructuradamente para trasladar ideas y soluciones de negocio a un lenguaje de programación; el producto final que un usuario utiliza es lo importante.
Naturalmente esta inquietud por aprender me llevó a revisar vacantes para practicar lo aprendido mientras ese conocimiento lo aplicaba en otros lenguajes como Python o Java, el cual actualmente utilizo en un gran logro derivado de los sólidos conocimientos que la UAG me dio: obtener mi primer trabajo como “intern” o pasante en una empresa de desarrollo de software y análisis de datos.
Claro que estoy platicando la parte bonita, ya que fui probablemente descartado en más de 100 aplicaciones de empleo durante meses. Pero no soy de los que se desanima rápido, sino que lo vi como un reto para elevar mi nivel y estar a la altura de lo que pide el mercado laboral (aunque sea por ahora como practicante).
Con esto no sólo quiero decirle a los jóvenes compañeros que me leen que este camino no tiene un principio o un final especifico, sino que debemos ser honestos con lo que queremos hacer con esta educación que es un privilegio obtener en un país como el nuestro y lo demás vendrá por nuestro esfuerzo.
Estoy muy contento con el programa académico que la UAG nos ofrece a los que estudiamos esta ingeniería, ya que nos permite adaptar lo aprendido a entornos laborales para solucionar problemas de la vida real, que al terminar buscar resolver en nuestros trabajos o emprendimientos.

Finalmente quiero cerrar con algunos consejos que me han ayudado y creo le pueden ayudar a los alumnos que se sienten abrumados por su futuro laboral:
1. No pierdan el tiempo. No hay más tiempo y no hay “mañana lo hago…”.
2. Estructuren su día para no procrastinar (o hacerlo lo menos posible).
3. Cuiden su salud física y mental. Hacer algo de ejercicio diario nos mantiene cuerdos y con niveles manejables de cortisol (la hormona del estrés).
4. Tengan un hobbie. Si todo es estudiar van a sentir el peso del mundo en sus hombros y no es justo tiranizarnos.
5. Cultiven sus relaciones familiares. Tener a quien decirle “voy mal en la materia…” o “estoy agotado mentalmente“, es vital para recordar para quien hacemos todo esto.
Muchos saludos a todos y sigamos luchando que sólo existe el día de hoy.
*Luis Manuel López, estudiante de Ingeniería en Sistemas de Software de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)