
Mientras el turismo consolida a Puerto Vallarta como uno de los destinos más dinámicos del país, en la Universidad de Guadalajara (UdeG) advierten que este mismo crecimiento ha acentuado la desigualdad urbana y la segregación social en el municipio.
De acuerdo con un reportaje publicado por la Gaceta UdeG, la académica María Amparo del Carmen Venegas Herrera, del Departamento de Estudios Regionales-INESER del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), ha documentado cómo la expansión turística y la falta de planeación han derivado en una ciudad fragmentada, donde más de la mitad de la población vive sin acceso a servicios básicos.
“El espacio urbano refleja relaciones de poder, decisiones políticas y vocaciones económicas. En Vallarta, la ciudad ha crecido alrededor del turismo, pero sin considerar el bienestar integral de sus habitantes”, explica Venegas Herrera en su análisis. Su estudio revela que, en 2020, más de 141 mil personas —el 51% de la población total— vivían en zonas periféricas segregadas, con carencias en infraestructura como agua potable, drenaje, electricidad e internet.
La investigación analiza cómo la vocación turística del puerto, desarrollada desde la década de los sesenta, concentró inversiones y desarrollo en la costa, conocida actualmente como “Zona Romántica”, mientras que las zonas habitadas por trabajadores se expandieron hacia laderas y terrenos irregulares, muchas veces sin permisos ni servicios urbanos.
“La segregación no es sólo física, también es social. Hay un contraste marcado entre los espacios destinados al turismo —hoteles, restaurantes, desarrollos inmobiliarios— y las colonias donde viven quienes trabajan en estos sectores”, señala la investigadora.
Desde la perspectiva académica, la falta de planificación urbana, la corrupción y la débil aplicación de políticas públicas son factores clave en la configuración desigual de Puerto Vallarta. “Las ciudades no se construyen solas. Las decisiones sobre dónde se permite edificar, qué servicios se instalan y qué zonas se regularizan responden a intereses políticos y económicos”, añade.
Este tipo de estudios universitarios cobra relevancia en el diagnóstico de los problemas urbanos y en la generación de propuestas para abordarlos desde una perspectiva integral. La investigación de Venegas Herrera forma parte de una línea de trabajo del CUCEA enfocada en el análisis regional, con énfasis en los impactos sociales de las actividades económicas predominantes, como el turismo en el caso de Puerto Vallarta.
Además de ofrecer datos duros, el trabajo académico subraya la necesidad de repensar el desarrollo urbano desde una óptica más equitativa y sostenible, en la que se incluya a todos los sectores de la población. “El turismo puede ser motor de crecimiento, pero si no se acompaña de una visión social, reproduce desigualdades históricas”, concluye la investigadora.