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Especialistas advierten sobre el llamado “síndrome de exposición a pantallas” y sus efectos en niñas y niños menores de cinco años

Uso excesivo de pantallas afecta la salud visual infantil: UdeG

Niños observan fijamente sus dispositivos, práctica común pero riesgosa según expertos en salud visual
Infancia frente a las pantallas: una mirada en riesgo Uso excesivo de pantallas afecta la salud visual infantil

En medio del auge digital que caracteriza a nuestra vida cotidiana, especialistas del Hospital Civil de Guadalajara han encendido las alarmas sobre los efectos negativos del uso prolongado de dispositivos electrónicos en la salud visual, especialmente en la infancia temprana. De acuerdo con la doctora Claudia Ascencio Tene, jefa del Servicio de Oftalmología del HCG Fray Antonio Alcalde, niñas y niños menores de cinco años no deberían tener contacto con pantallas luminosas debido al proceso aún inmaduro de desarrollo de su visión.

La advertencia, publicada originalmente en la Gaceta de la UdeG, detalla que el uso de celulares, tabletas, televisores y computadoras se ha incrementado notablemente desde la pandemia, y con ello, también los casos de fatiga ocular, resequedad, dolores de cabeza y desarrollo temprano de miopía entre menores.

Aunque aún no existen estudios concluyentes sobre los efectos irreversibles de la luz azul emitida por estos dispositivos, Ascencio Tene advierte que el espectro ultravioleta, particularmente el más cercano a la gama azul, es el que más daño puede ocasionar a la retina. “No toda la luz azul es igual de dañina, pero entre más se aproxima al ultravioleta, mayor es el riesgo”, puntualizó.

Los síntomas del llamado “síndrome de exposición a pantallas” ya son reconocidos en el ámbito médico y afectan tanto a niños como a adultos. Sin embargo, es en los menores donde los efectos pueden ser más severos, debido a que su sistema visual está en formación. Organismos como la Academia Americana de Oftalmología recomiendan evitar completamente el uso de pantallas antes de los cinco años de edad, y limitarlo a no más de una hora diaria en edades posteriores.

El exceso de tiempo frente a dispositivos no sólo afecta la visión: también se ha relacionado con una menor exposición a la luz natural, lo que podría impactar el desarrollo social y emocional de los menores, e incluso favorecer trastornos como el déficit de atención e hiperactividad.

Ante este panorama, la doctora Ascencio sugiere adoptar medidas preventivas como el uso de filtros de luz azul, mantener una distancia adecuada entre la pantalla y los ojos, y aplicar la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mirar un objeto a seis metros de distancia durante al menos 20 segundos. Además, recomienda el uso de lágrimas artificiales en caso de resequedad ocular, lentes con protección UV y fomentar las actividades al aire libre.

En una era donde la tecnología ocupa un lugar central en nuestras rutinas, la advertencia no podría ser más clara: proteger la salud visual desde la infancia es clave para un desarrollo sano. Y eso, en gran parte, depende de cuánto tiempo dejamos que las pantallas interfieran en la vida de nuestras niñas y niños.

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