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Roberto Madrazo subió al ring electoral a Vicente Fox.
Pudo elegir a cualquier otro rival. Bravo Mena, por ejemplo. Pero no, prefirió a Fox.
Y el PRI va a pagar ese error, si es que no enmienda pronto.
Lo más seguro es que de seguir en esa dinámica de confrontación directa con el Ejecutivo sin causa concreta, sino en el terreno de las generalidades, los van a volver a noquear.
Como en Guanajuato. Y como en la elección presidencial del 2000.
Los ataques de Madrazo dirigidos directamente al Presidente de la República fueron el pretexto que Vicente Fox estaba esperando para entrar a la arena electoral, donde se siente seguro y a gusto.
Ese es, quizá, el único terreno donde nadie pone a discusión las habilidades de Fox .
Ya les ganó dos veces, y quieren una tercera tunda.
Con el agravante de que el PRI ya no cuenta con el favor de los medios electrónicos, ni con el Cisen, ni con la PGR, ni con todo el aparato del poder para echárselo encima.
Y Fox, en contraste, tiene ahora la banda presidencial terciada al pecho, que es un teflón formidable mientras se tiene.
Por si hay alguna duda, ahí están las encuestas de popularidad, que todavía lo tienen por las nubes con todo y una recesión económica que ya ha durado dos años.
La gente sabe que Fox no tiene bien sujetas las riendas del país, pero por la muy poderosa razón de que es el Presidente de la República, no quiere que le hagan olas ni que le muevan el piso por temor a que tropiece y nos vayamos todos al hoyo de una nueva crisis sexenal.
Por eso la gente está con él. Con él, no con el PAN.
Pero la dirigencia nacional del PRI puso en charola de plata la ocasión para que Fox se asumiera como el jefe de campaña del PAN.
Los unió a los dos, cuando a todas luces es mucho más rentable políticamente el separarlos.
En el PAN hay un gran número de diputados y senadores, amén de cuadros estatales y municipales, que no necesitan demasiados estímulos para irse en contra de Fox.
Y eso es veneno puro en las pretensiones electorales del PAN.
Pero el PRI en lugar de trabajar por separar al PAN de Fox, o por lo menos neutralizar al Presidente y sacarlo de la contienda de julio, ha preferido unirlos y poner al jefe del Ejecutivo como vocero de la campaña panista.
No es cuestión de juzgar si Fox lo está haciendo bien o mal. Es cuestión de estrategia política.
Es obvio que si Madrazo ataca directamente a Fox con calificativos de incompetente, que no sabe negociar, que se le rompió la brújula, va a recibir una respuesta también directa, como en efecto ocurrió.
Y que en ese pleito, de cara a la opinión pública, va a ganar el que tiene puesta la banda presidencial.
La pregunta es ¿por qué lo hizo Roberto Madrazo? ¿El aplauso de quién quiere recibir?
Con su pleito directo con Fox por temas tan ambiguos y generales como la brújula y la ineptitud, Madrazo recibe el aplauso entusiasmado de un grupito al interior del PRI.
Ese pequeño grupo es, además, el que perdió las elecciones internas de ese partido.
Distinto sería el caso al discrepar de manera fuerte con el Presidente por algún tema crucial y concreto, que pusiera en peligro conquistas sociales o ponga en riesgo la soberanía del país.
Eso es tener convicciones y defenderlas, pero írsele a la yugular porque supuestamente es inepto o se le rompió la brújula, es un descontón que sólo hace delirar de júbilo a los priistas duros que muy pronto se le van a voltear a Madrazo.
Los que ahora aplauden al dirigente nacional del PRI por sus reproches abiertos y sonoros al Presidente, lo van a dejar solo cuando lo vean más debilitado.
Y se van a ir. Por supuesto que se van a ir.
Esa franja del priismo a la que el dirigente nacional del PRI quiere apapachar aún al precio de perder las elecciones intermedias, no se va a ir a la campaña presidencial de Madrazo dentro de dos años.
Se van a ir con el otro tabasqueño, con López Obrador, con quien ya tienen contactos y acercamientos más que evidentes.
A Madrazo le van a diezmar su capital político empujándolo a lances como éste contra el Presidente. Y para hacer más grande la ruptura a la hora buena, le van a sacar la mayor cantidad posible de posiciones en la Cámara de Diputados.
Si es que Madrazo se deja, claro está.
Lanzarse contra el Presidente no deja políticamente nada, más que moretones.
¿Por qué el PRD, cuando ataca, lo hace contra Usabiaga, contra Diego, Gil Díaz o el gobierno en general, pero se cuidan de no adjetivar contra el Presidente en específico?
Porque ya aprendieron.
El PRD no ha pasado del 16 por ciento en las elecciones federales porque se han peleado directamente con el Presidente en turno. Se hicieron fama de pendencieros y eso ante los ojos de la población no suma, resta.
Esta vez van en serio por la Presidencia y su precandidato López Obrador no toca a Vicente Fox ni con una insinuación.
Por más que Fox quiere subir al ring a López Obrador, este tabasqueño le escurre el bulto y se zafa con alguna frase ingeniosa que lo hace aparecer como un tipo sereno ante el belicoso Fox.
"Paz y amor", le dice. "No quiero pelear, estamos en Navidad".
Y si el PRD y López no quieren ponerse a las patadas con el Presidente, ¿por qué lo hace el PRI?
Ni Marcos comete ese error.
Es más, el PRD ha tejido una alianza tácita con el Presidente, que consiste en no atacarse mutuamente.
No hay un solo machucón de Fox al PRD, salvo esas pequeñas provocaciones que López Obrador torea muy bien.
¿Les da vergüenza a los perredistas que sus dirigentes no descalifiquen al Presidente?
Claro que no. Ni le llaman tibio a López Obrador ni a Rosario Robles por no subirse al ring con Fox.
Pero los priistas creen que empujando a su líder nacional a descalificar al Presidente son mejor vistos por la población.
En lugar de hacer presión para que se logren acuerdos con el gobierno para beneficio del país, apuestan a la ruptura y a la descalificación mutua.
En lugar de tomar la iniciativa para construir consensos con el Ejecutivo para darle viabilidad al país que cogobiernan desde el Congreso, optan por la ruptura.
En lugar de hacer esfuerzos por separar al PAN del gobierno (que no cuesta mucho trabajo), trabajan por unirlos.
A ver qué tal les va.
phiriart@cronica.com.mx
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