Tuve la oportunidad de entrevistar a Rafael Mancilla, presidente de la Comisión de Arbitraje, quien con las declaraciones de la semana pasada causó polémica: “Directivos de las televisoras me pidieron que no mejorara el mal trabajo de los árbitros, pues eso mejoraba los niveles de audiencia… No me hagas a los árbitros perfectos porque me quitas rating”.
Mancilla dijo que lo malinterpretaron, porque nunca mencionó a Televisa o TV Azteca, por lo que ofrecía una disculpa. El líder de los árbitros señaló en mi programa de Fórmula Deportiva que su respuesta fue en apego a lo que un amigo, que trabaja en Azteca, le refirió en una ocasión, al decir que cuando se cometían errores arbitrales o situaciones semejantes, sus programas vendían más.
Lo que sí es cierto es que estamos viviendo la peor gestión de los nazarenos en mucho tiempo, tan mal está, que se acercan al pésimo ex silbante guatemalteco Carlos Batres, quien ahora dirige a los jueces de Concacaf, para que les dé pláticas y asesore a los del futbol mexicano, pero me pregunto, ¿por qué no van por un Pierluigi Collina para que los instruya y no a ese funesto señor que se dijo ser árbitro?
Entiendo que el ser silbante hoy en día es más complicado que antes, por las diferentes tomas de las cámaras, que acercan al televidente a la intimidad en la cancha, y eso le sumas a la mala preparación de los señores jueces, pues vamos a tener un mediocre trabajo arbitral, que es lo que está viviendo el futbol mexicano, como lo declaró Decio de María, que en la jornada 12, fue la peor en cuanto a decisiones de los hombres de negro.
Recordemos de José Alfredo Peñaloza fue muy criticado y después exhibido por su propia Comisión, al quitarle el castigo a Sergio Cherokee Pérez, tras las dos amonestaciones rigoristas en el Clásico ante América y aquí se viola la frase que dice que la cédula del árbitro es inviolable.
Y esto ya tuvo sus consecuencias en esta jornada 13, en el partido de Jaguares-Chivas, donde Luis Esqueda fue amonestado por una entrada que no merecía la tarjeta, sin embargo en una entrada donde sí debió ser sancionado, no recibió tal castigo por parte de Fernando Guerrero, y eso sólo indica una cosa: miedo a tomar decisiones; y en el juego Atlas-Morelia, también sucedió algo similar con Erim Ramírez, quien no se atrevió a expulsar a Joel Huiqui, por doble amarilla.
Cómo extrañamos a los Brizio, Ramos Rizo, Codesal, Alcalá, Archundia, a Bonifacio, nazarenos con personalidad y con conocimiento del reglamento. Es más le sugerí a Mancilla, que porqué no buscaban a este tipo de ex silbantes para una mejor asesoría, a lo que me contestó que la Comisión de Arbitraje está abierta para cualquier ayuda.
ESCASEAN LOS GOLES. Esta jornada cabalística dejó mucho que desear, hubo tres empates sin goles, otro de 1-1 y dos partidos que terminaron sólo con la mínima diferencia, en total 15 goles, la peor marca del torneo y para estar bien embaladitos para la liguilla se necesita contundencia y no estar especulando.
Por último, le mando un fuerte abrazo a mi brother, Jorge Campos, por el fallecimiento de su señor padre, el “Ñoño”.
¿O usted qué piensa?
Sigamos viviendo la intensidad del futbol.
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