Al filo de la media noche del miércoles, el Congreso de la Ciudad de México aprobó la iniciativa de reforma de “supremacía constitucional", que blinda reformas constitucionales de ser interpeladas por la vía judicial o amparos ciudadanos.
Con 44 votos a favor y 20 en contra, el recinto de Donceles fue de los primeros Congresos en avalar la reforma a los Artículos 107 y 105 de la Constitución Federal y que sea inválido cualquier recurso legal que intente revocar las reformas planteadas por el poder ejecutivo.
Pocos minutos después de que en la Cámara de Diputados Federal de San Lázaro se aprobara el dictamen, la mesa directiva del Congreso capitalino llamó a la sesión constituyente, donde la oposición acusó a Morena de iniciar una dictadura en México, en la que murieron los organismos autónomos, la libertad de expresión, el Poder Judicial y el Estado de Derecho.
Con tumbas e imágenes de muerte que decían “descanse en paz, murió víctima del autoritarismo de Morena", los panistas expresaron en la tribuna su repudio a que no se revocaran las reformas constitucionales.
“Último paso de Morena para convertir a México en una dictadura"
Por más de dos horas, legisladores de oposición, como Patricia Urriza de Movimiento Ciudadano, explicaron que Morena y su mayoría de legisladores no tienen el derecho de eliminar los mecanismos de defensa de la ciudadanía, herramientas para defenderse de cualquier régimen que “se quiera pasar de lanza con los derechos de las personas y que quieran proponer cuestiones retrógradas".
Urriza subrayó que en el futuro, cualquier partido en el poder podrá establecer la “aberración que le plazca", sin importar que esté en contra de los derechos de los mexicanos.
Comparó que podrían avalarse iniciativas como la pena de muerte, propuesta por el Partido Verde; la segregación racial, prisión preventiva a las mujeres que aborten o que se elimine la democracia; “están legislando como si el poder que hoy tienen fuera eterno, la reforma va a salir muy cara para las siguientes generaciones y para las personas que el día de mañana estén en el poder. Es la reforma más grave que ha propuesto Morena".
En tono más enérgico, el panista Ricardo Rubio inició su discurso con la frase de Benito Juárez “malditos aquellos que con sus palabras dicen defender al pueblo, pero que en los hechos lo traicionan”. El pronunciamiento dio paso a señalar al dictamen como un ataque directo contra el Estado de Derecho y la independencia de los poderes.
“Esta reforma se hace porque es la única manera que tienen de apoderarse de la República, doblando al Poder Judicial. No vaya a ser que a los de la siniestra les reviente en la cara, porque los de la diestra les decimos que esta reforma es el último paso de Morena para convertir a México en una dictadura", acusó.
Rubio reprochó que lo que proponga la mayoría calificada “espuria” de Morena no se pueda modificar, contrario al tratado de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos que México integra, la cual establece que deben de existir mecanismos para impugnar cualquier atropello a los derechos y libertades.
“Si Morena busca eliminar la propiedad privada y despojarlos de casa, lo podrá hacer y nadie podrá detenerlos; buscan centralizar el poder y eliminar la autonomía de los estados. No nos vamos a quedar callados, aunque logren su reforma, no dejaremos que este régimen convierta a nuestra Carta Magna en un mero instrumento de sus intereses; a lo largo de la historia siempre ha habido tiranos y asesinos, han parecido invencibles, pero siempre han acabado cayendo, tiranos", gritó.
“La derecha intenta ganar en tribunales lo que no pudieron en las urnas”
En defensa de la reforma, subió a tribuna la morenista Brenda Ruiz, legisladora quien apuntó que el dictamen responde a la preocupante tendencia de la derecha a judicializar la política y el intento de ganar en los tribunales lo que no obtuvieron en las urnas.
“El objetivo es claro, se ofrece certeza jurídica y litigios que generen incertidumbre sobre la validez de la Constitución, que estemos rechazando el cambio que traerá esta reforma es cuestionar el producto de la voluntad del pueblo y con mentiras argumentar que queremos desestabilizar el marco legal que nos rige".
Ruiz subrayó que la aprobación de la reforma debe de ser entendida como un enorme paso al fortalecimiento de Estado, donde las decisiones primordiales que afectan a los ciudadanos serán respetadas y que nunca más estarán sujetas a caprichos judiciales.
Tocó el turno de la panista Olivia Garza, que acompañada de las tumbas, dijo que Morena y su mayoría serán recordados por aprobar reformas por obediencia; “ya tienen el poder ejecutivo obtenido en una elección de narcoestado, un poder legislativo con una sobrerrepresentación ilegal, ya sometieron al Poder Judicial, solo les falta someter los derechos humanos de las personas y estoy segura que pronto irán por ellos, no tardan mucho en que se inventen una embestida", la democracia la tienen de rodillas, como una persona a punto de ser acribillada por el narco", exhibió.
Los argumentos en contra no importaron para que la reforma pasara con la mayoría de los votos. Morena y aliados, en festejo, gritaban “todo por el pueblo”.